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General: BIN LADEN NO IBA ARMADO
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من: cubanet201  (الرسالة الأصلية) مبعوث: 04/05/2011 05:44
EE UU revela que Bin Laden no iba armado
El jefe de la CIA afirma que tenían autorización para matar al líder de Al Qaeda.
 La Casa Blanca dice que el terrorista fue abatido por la resistencia que opuso.
 "La resistencia no requiere un arma de fuego", según el portavoz Jay Carney, que no da más detalles
 
Directo: Reacciones a la muerte de Osama Bin Laden
LAS 3,000 PERSONAS QUE MURIERÓN EN LOS ATENTADOS DEL 11 DE SEPTIEMBRE EN NUEVA YORK NO IBAN ARMADAS Y ERAN INOCENTES QUE IBAN A SUS TRABAJOS.
 
Osama Bin Laden no estaba armado cuando las fuerzas especiales de EE UU asaltaron el complejo residencial de Abbottabad. Lo ha aclarado Jay Carney, portavoz de la Casa Blanca, durante su comparecencia de este martes ante los medios. ¿Por qué mataron al líder de Al Qaeda, entonces, en lugar de detenerlo? "Se resistió. El personal estadounidense en el terreno se manejó con la máxima profesionalidad y fue abatido en la operación por la resistencia que opuso", ha dicho Carney. "La resistencia no requiere de un arma de fuego", añadió.
 
Pero la controversia sobre la muerte de Osama bin Laden en el asalto de un comando de fuerzas especiales estadounidense aumenta, y más con las declaraciones de ayer Leon Panetta, responsable de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). En una entrevista concedida a la televisión NBC, el jefe del espionaje estadounidense respondió así a la pregunta de si la orden era matar a Bin Laden o capturarlo: "Teníamos autorización para matarlo, eso estaba claro. Pero también, si en el enfrentamiento [Bin Laden] de repente levantaba los brazos y se rendía, para capturarlo, si se hubiera dado la oportunidad. Pero eso no sucedió", dijo.
 
En la misma entrevista, Panetta reconoce que quizá ahora haya cuestiones "que deben someterse a debate". Quizá el modo en como se consiguió la información que ayudó a capturar al líder del terrorismo yihadista. Según sus declaraciones, la información obtenida de los detenidos en las cárceles secretas de la CIA, entre ellas Guantánamo, mediante la polémica técnica de asfixia simulada ayudó a trazar el plan que acabó con la vida de Bin Laden. Aunque en la entrevista, Panetta reconoce, que las claves que llevaron a los servicios de espionaje a hallar el escondite del líder de Al Qaeda procedieron
 
de "muchas fuentes de información", y no sólo de ésta. Preguntado por si en esas "técnicas de interrogación coercitivas" se incluía la asfixia simulada, el director de la CIA, que próximamente tomará el relevo a Robert Gates al frente del Departamento de Defensa, respondió: "Correcto". "Creo que debemos revelar al resto del mundo el hecho de que fuéramos capaces de pillarle y matarle", añadió, informa Reuters.
 
Fotografías atroces
 
El comunicado que leyó Cartney por la tarde (hora española), el portavoz de la Casa Blanca describe cómo, en la primera planta, las fuerzas especiales mataron a dos mensajeros al servicio de Bin Laden, junto con una mujer a la que alcanzó el tiroteo. Ya en la habitación del terrorista, en la tercera planta, una de sus esposas se interpuso y recibió un disparo en una pierna, aunque no murió. A continuación, los agentes abatieron al terrorista.
 
Carney también se refirió a la decisión de EE UU de no informar a Pakistán de la misión, calificando la relación entre ambos países de "complicada pero importante". "Debemos tener cuidado en no generalizar", dijo respecto a las sospechas por que Bin Laden viviera durante tanto tiempo (unos seis años) en el complejo residencial.
 
Acerca de las fotografías de Bin Laden muerto, el portavoz ha justificado que aún no hayan visto la luz porque su publicación podría resultar "incendiaria". La imagen del cadáver es "atroz", en palabras de Carney. Pero, según el director de la CIA, Leon Panetta, la Casa Blanca sí que divulgará la imagen. "El Gobierno, obviamente, está pensando cuál es la mejor forma de hacerlo, pero no creo que haya ninguna duda de que finalmente la fotografía será presentada ante el público", ha dicho Panetta, en una entrevista para la cadena NBC.
 
Enemigo muerto en acción
 
"Gerónimo EKIA". Con esta escueta frase, el director de la CIA, Leon Panetta, anunciaba este lunes la muerte de Bin Laden. Unos segundos después de escuchar el nombre en clave del principal objetivo del espionaje de EE UU desde el 11-S seguido por el acrónimo en inglés de "enemigo muerto en acción" (enemy killed in action), Barack Obama, reunido con sus asesores en la sala de crisis de la Casa Blanca, habló al fin: "Lo tenemos".
 
Un miembro del comando de élite de la Marina SEAL sacó una foto del cadáver del hombre alto y barbudo, y lo envió a analistas que, a través de un programa de reconocimiento facial, determinaron que había un 95% de probabilidades de que se tratara de Bin Laden. Una de las esposas del líder de Al Qaeda también identificó el cuerpo, según The New York Times, aunque la confirmación crucial llegó posteriormente tras comparar el ADN con muestras de familiares, que arrojaron un 99,9% de certeza.
 
El comienzo de la operación que culminaba ocho meses de trabajo y años de recopilación de información auguraba un desastre. Dos docenas de comandos de la unidad de élite de la Marina SEAL tenían que descolgarse de dos helicópteros Black Hawk en la madrugada del lunes en un fortificado complejo en la ciudad de Abbottabad, a 60 kilómetros al norte de Islamabad, donde se ocultaba Bin Laden desde hace cinco o seis años, como ha confirmado este martes John Brennan, principal asesor de seguridad de la Casa Blanca. Pero uno de los aparatos sufrió un fallo mecánico y cayó, con la cola enganchada en un muro de 3,5 metros.
 
Los detalles de la prensa estadounidense difieren sobre dónde cayó el aparato y si el objetivo era que los militares descendieran dentro del complejo residencial o fuera, como relata The Washington Post. Según este diario, el accidente obligó a que los militares a bordo del Black Hawk averiado, que tenían que haber iniciado la operación desde el exterior, tuvieran que luchar para ocultarse de los hombres del terrorista dentro del patio fortificado.
 
En el otro extremo del mundo, el consejo de guerra reunido en la sala de crisis contuvo la respiración, según Brennan. Nadie quería otro Black Hawk derribado como el ocurrido en Somalia en 1993, una de las pesadillas recurrentes en todas las reuniones previas para decidir cómo se realizaría la operación. Un tercer helicóptero, un Chinook, fue enviado para apoyo de emergencia. Finalmente, según el periódico de Washington, los seals que se descolgaron fuera del recinto se unieron a los que cayeron en el interior, y avanzaron intercambiando disparos.
 
Desde la sala de crisis, el presidente de EE UU y su equipo siguieron en directo el avance por el edificio principal del complejo, cuarto por cuarto, planta por planta, la mayor parte del tiempo en silencio. El rostro de Obama parecía "de piedra", según un ayudante. El vicepresidente, Joe Biden, pasaba las cuentas de un rosario. En una pantalla, el director de la CIA narraba desde la sede del organismo, al otro lado del río Potomac, lo que estaba ocurriendo en Pakistán.
 
"Los minutos pasaban como días", contó Brennan. "Fue probablemente uno de los periodos con mayor ansiedad, creo, en la vida de todos los que nos encontrábamos reunidos", describió el principal asesor de seguridad de la Casa Blanca.
 
Semanas de entrenamiento
 
El comando había volado a Pakistán durante la noche desde una base en Jalalabad, en la vecina Afganistán. El objetivo era entrar y salir del país antes de que las autoridades paquistaníes detectaran siquiera la incursión de lo que para ellos supondrían fuerzas desconocidas, y pudieran reaccionar filtrar detalles. Los miembros del equipo se habían entrenado durante semanas y practicado a diario en una precisa réplica del complejo residencial, por lo que conocían sus muros y características exteriores, así como los posibles ocupantes con los que se podían encontrar, informa The Washington Post. Según The New York Times, los entrenamientos se llevaron a cabo en réplicas levantadas en ambas costas de EE UU, aunque en un principio no se informó a los seals de cuál sería el objetivo preciso.
 
Los ensayos cubrieron una amplia gama de escenarios, entre ellos la posibilidad de que Bin Laden intentara rendirse, por lo que los seals también practicaron el método para detenerlo, según una fuente militar citada por el diario. Utilizando órdenes en árabe, el equipo tenía que ofrecer al terrorista la oportunidad de rendirse, y solo abrir fuego si se resistía, como finalmente sucedió.
 
Los Black Hawk llegaron a Abbottabad justo pasada la medianoche del lunes. Aunque contaban con el elemento sorpresa, al poco de bajar de altitud los helicópteros, los vecinos escucharon una fuerte explosión y disparos. El escándalo fue tal que un residente de la zona relató los acontecimientos en directo en Twitter.
 
Una vez dentro del edificio principal, los comandos peinaron metódicamente cada habitación hasta llegar a las plantas superiores, donde esperaban encontrar a Bin Laden, mientras desde la Casa Blanca asistían a las conversaciones a través de líneas seguras. Tras abatir a dos hombres y una mujer, y aproximadamente media hora después de aterrizar, los seals encontraron a Bin Laden en la tercera planta, vestido con la túnica y los pantalones amplios tradicionales de la zona.
 
"Tenemos contacto visual con Gerónimo [nombre clave para Bin Laden, en referencia al líder apache]", relató a través de videoconferencia Leon Panetta, director de la CIA. Minutos después, las esperadas palabras: "Gerónimo EKIA". Enemigo muerto en acción.
 
No ha trascendido si Bin Laden y los agentes intercambiaron alguna palabra, ni en qué consistió exactamente la resistencia que cita la Casa Blanca. Sí que el líder terrorista más buscado recibió al menos un disparo en la cabeza y varios en el pecho. Un tiro sobre su ojo izquierdo le voló parte del cráneo, según muestran las imágenes descritas por fuentes de AP, y murió al instante.
 
Antes de dirigirse al punto prefijado de recogida, los seals hicieron explotar el helicóptero accidentado. En el recinto dejaron 23 niños y nueve mujeres, según AP, aunque según un funcionario paquistaní, tienen bajo custodia a solo nueve niños de entre dos y 12 años. Al parecer, Pakistán asegura tener bajo custodia a una mujer de Bin Laden y a una de sus hijas, de 12 o 13 años, detenidas tras el asalto a la residencia. Según ha afirmado a Efe una fuente de los servicios secretos de Pakistán (ISI) bajo condición de anonimato, ambas se encontraban en la casa en la que los comandos norteamericanos mataron al líder de Al Qaeda. La fuente añadió que la decena de personas detenidas junto a las familiares de Bin Laden serán interrogadas y a continuación entregadas "a su país de origen", que no pudo determinar en ninguno de los casos.
 
Hacia la 1.10 hora local, los comandos se subieron al otro Black Hawk y al Chinook enviado como refuerzo y volaron al portaaviones U.S.S. Carl Vinson, en el norte del Mar Arábigo. Allí, el cuerpo pasó por el ritual islámico, aclaró el portavoz de la Casa Blanca. El cadáver fue lavado, colocado en una sábana blanca y metido en una bolsa. Un oficial leyó pasajes religiosos, que un traductor repitió en árabe. Después, el cuerpo sin vida de Bin Laden fue arrojado al agua.
 
Solo después de salir del espacio aéreo paquistaní, Obama telefoneó al presidente del país, Asif Ali Zardari, para informarle de la operación que había tenido lugar, según The Washington Post.
 
Tres opciones
 
Para llegar hasta este éxito militar, Obama tuvo que elegir la opción más arriesgada entre las tres planteadas por su equipo: un asalto de comandos estadounidenses con helicópteros, un ataque con bombarderos B-2, o una incursión conjunta con los servicios de espionaje paquistaníes, que serían informadas pocas horas antes de la operación.
 
La segunda opción fue finalmente desechada cuando tras un análisis militar se concluyó que se necesitarían unas 32 bombas de más de 900 kilogramos cada una para volar el complejo. Además, como describió una fuente de inteligencia, "hubiera creado un cráter gigante, y no nos hubiera proporcionado ningún cadáver", por lo que sería imposible confirmar físicamente la muerte de Bin Laden.
 
Hasta principios de año, el equipo de Obama no tuvo cierta certeza de que Bin Laden se ocultaba en el complejo de Abbottabad, pese a que se sospechaba desde el verano pasado, cuando el seguimiento al mensajero de confianza del líder de Al Qaeda llevó hasta ese edificio.
 
"Estuvo en el complejo los últimos cinco o seis años y virtualmente no tenía interacción con otros fuera. Pero parecía estar muy activo", ha explicado este martes a la CBS el máximo asesor de seguridad de Obama. "Sabemos que grabó vídeos y audios. Sabemos que estaba en contacto con algunos altos cargos de Al Qaeda", ha añadido Brennan. "Estamos tratando de entender en qué ha estado implicado en los últimos años, explotar cualquier información que seamos capaces de obtener del complejo y usarla para continuar nuestros esfuerzos para destruir Al Qaeda", ha concluido.
 
La operación de la madrugada del lunes culmina una década de trabajo de las agencias de espionaje, que durante años ha dado palos de ciego. La Casa Blanca ha apuntado este martes a través de su portavoz Jay Carney que, tras años de búsqueda, EE UU se ha dado cuenta de que la organización terrorista prefiere "áreas muy pobladas" a "cuevas o pequeños pueblos", como pensaba cuando inició la lucha contra la organización. Bin Laden "se ha escabullido de nuestra vista exitosamente durante mucho tiempo. No es el único objetivo de alto valor que se esconde en áreas urbanas", ha apuntado Carney.
 


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من: cubanet201 مبعوث: 04/05/2011 05:52
La decisión más difícil de Obama
El presidente ordenó el asalto solo con el 60% de garantías de la presencia de Bin Laden en la casa y sin el consenso de su equipo 
 El terrorista estaba desarmado
Activistas del Frente Antiterrorista
Activistas del Frente Antiterrorista sostienen carteles a favor del presidente de EE UU, Barack Obama, durante una manifestación en Nueva Delhi.
 El viernes 29 de abril, a las ocho de la mañana, en una reunión con sus cuatro colaboradores más directos en materia de seguridad en la Casa Blanca, Barack Obama anunció la decisión más difícil de su carrera: atacar por tierra la residencia en la que se creía que podía estar Osama bin Laden. Era una decisión que entrañaba altos riesgos operativos, que no tenía pleno consenso entre sus asesores y que podría haber conducido a un choque con tropas paquistaníes. Pero era la oportunidad de asestar un golpe decisivo al terrorismo y el presidente, después de pensarlo durante 16 horas, dijo: "Adelante".
 
Era uno de esos instantes en los que está en juego toda una presidencia, y Obama lo afrontó con bastante audacia, teniendo en cuenta que el director de la CIA, Leon Panetta, aunque recomendaba la intervención, solo le daba un 60% de garantías de que el líder de Al Qaeda estuviera dentro de la mansión que se pensaba atacar.
 
"Yo le dije que, tomando todo en consideración, tenemos la mejor evidencia desde la batalla de Tora Bora, y eso nos dejaba claro que teníamos la obligación de actuar", recordó ayer Panetta en una entrevista.
 
Otros miembros del Gabinete de Obama no lo veían del mismo modo. El secretario de Defensa, Robert Gates, advirtió de las enormes dificultades de una operación terrestre y se inclinó por recomendar un bombardeo con aviones B-2, lo que hubiera asegurado la destrucción de la residencia de la ciudad de Abbottabad, a unos 60 kilómetros de Islamabad, sin los riesgos que comportaba la utilización de un comando.
 
Según la reconstrucción de los hechos que puede hacerse uniendo la información facilitada por distintas fuentes oficiales norteamericanas, Obama participó en cinco reuniones dedicadas a analizar este asunto. La primera, el 14 de marzo; la última, el jueves 28 de abril, que el presidente cerró, con toda la información disponible en la mano, solicitando tiempo para meditar en soledad el camino a tomar.
 
Tres alternativas
 
A lo largo de esos 40 días, se le habían presentado tres opciones: el asalto con comandos, el bombardeo con B-2 y una operación conjunta con fuerzas paquistaníes, lo que permitiría hacer los preparativos de forma más abierta y evitar el peligro de que el Ejército del país en el que había que actuar acabase atacando a lo que tendría que ser una fuerza invasora.
 
Panetta, según relató ayer, se manifestó en contra de esta última opción por la desconfianza que le ofrecían los militares y los servicios secretos paquistaníes, que siempre han hecho un doble juego en su actitud ante la guerra entre Estados Unidos y Al Qaeda. "Estaba decidido que cualquier intento de trabajar con los paquistaníes hubiera puesto en peligro la operación; podrían haber alertado al objetivo", ha confesado el director de la CIA.
 
Obama se interesó por la forma precisa en que sería ejecutado el bombardeo, que parecía la opción más sencilla. Fue informado por oficiales de la fuerza aérea de que, para asegurar la destrucción de la residencia y la muerte de sus ocupantes, sería preciso arrojar 32 bombas de una tonelada cada una, lo que hubiera provocado un cráter en el que hubiera sido casi imposible identificar restos humanos.
 
El presidente consideró que una acción así nunca habría servido para demostrar ante el mundo que Estados Unidos había abatido a Bin Laden, con lo que todo el esfuerzo hubiera resultado en vano. No le gustó la propuesta desde el principio, y la idea de ordenar la intervención de los SEAL, la fuerza de élite de la Armada asignada al Comando Conjunto de Operaciones Especiales, se abrió paso, pese a todos sus inconvenientes, como la única alternativa viable.
 
Ese mismo 28 de abril en el que Obama dio por concluidos los debates sobre lo que se denominaría Operación Gerónimo, apareció en público para presentar su certificado de nacimiento ante las dudas que habían hecho circular algunos de sus más acérrimos rivales políticos.
 
Operación sin absolutas garantías
 
Antes de ese día y de las reuniones en las que el presidente intervino, los principales responsables de seguridad habían ido acumulando pruebas sobre la presencia de Bin Laden en Abbottabad a partir del seguimiento hecho -no está claro si desde julio o agosto de 2010- al mensajero de Al Qaeda que había sido identificado por presos de Guantánamo. Era una buena cantidad de material, obtenido con aviones espía y agentes sobre el terreno, pero no lo suficiente como poder darle al presidente absolutas garantías de acierto.
 
El viceconsejero de Seguridad Nacional, Denis McDonough, que estuvo en la reunión del 29 de abril en la que Obama comunicó su decisión, admitió ayer que, cuando el presidente se sentó el domingo siguiente a las 2.05 de la tarde en la War Room de la Casa Blanca para seguir el relato que Panetta hacía de la operación en directo, "no tenía plena certeza" de lo que encontrarían en Abbottabad. "Tenía, eso sí, absoluta confianza en que su equipo había trabajado de forma eficaz", añadió McDonough.
 
Lo que vio Obama en la War Room a partir ese momento, según el relato facilitado ayer por el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, fue el descenso en dos helicópteros del comando de los SEAL sobre la residencia, su irrupción en la casa, donde mataron a dos hombres -al parecer, mensajeros- que ofrecieron resistencia, y su ascenso hacia la planta superior, donde encontraron y mataron a Bin Laden.
 
Carney aportó ayer algunas novedades sobre los detalles de la operación: Bin Laden estaba desarmado, la mujer -aparentemente, su esposa- tras la que se protegió no resultó muerta, como se dijo en un principio, sino únicamente fue herida en la pierna. El portavoz de la Casa Blanca dijo que el hecho de que Bin Laden estuviera desarmado no modifica la calificación de que ofreció resistencia, ya que "existen otros modos de resistencia que el de esgrimir un arma".
 
Concluida la operación militar, los miembros del comando registraron cuidadosamente el edificio y se incautaron de varios ordenadores y discos en los que los investigadores norteamericanos confían en encontrar pistas para perseguir a otros dirigentes de Al Qaeda. Uno de los helicópteros resultó averiado al rozar una valla de la mansión y fue destruido por los propios soldados norteamericanos, aunque no se sabe con seguridad si estos abandonaron después el lugar en el único helicóptero que quedaba disponible o se hizo uso de otros vehículos. Lo que sí confirmó la Casa Blanca es que el cuerpo de Bin Laden fue trasladado en helicóptero al portaaviones Carl Vinson, en el mar Arábigo, desde donde fue lanzado al mar después de cumplirse los ritos funerarios que exige el Corán.
 


 
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