Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

Cuba Eterna
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 BANDERA DE CUBA 
 MALECÓN Habanero 
 *BANDERA GAY 
 EL ORIGEN DEL ORGULLO GAY 
 ALAN TURING 
 HARVEY MILK 
 JUSTIN FASHANU FUTBOLISTA GAY 
 MATTHEW SHEPARD MÁRTIR GAY 
 OSCAR WILDE 
 REINALDO ARENAS 
 ORGULLO GAY 
 GAYS EN CUBA 
 LA UMAP EN CUBA 
 CUBA CURIOSIDADES 
 DESI ARNAZ 
 ANA DE ARMAS 
 ROSITA FORNÉS 
 HISTORIA-SALSA 
 CELIA CRUZ 
 GLORIA ESTEFAN 
 WILLY CHIRINO 
 LEONORA REGA 
 MORAIMA SECADA 
 MARTA STRADA 
 ELENA BURKE 
 LA LUPE 
 RECORDANDO LA LUPE 
 OLGA GUILLOT 
 FOTOS LA GUILLOT 
 REINAS DE CUBA 
 GEORGIA GÁLVEZ 
 LUISA MARIA GÜELL 
 RAQUEL OLMEDO 
 MEME SOLÍS 
 MEME EN MIAMI 
 FARAH MARIA 
 ERNESTO LECUONA 
 BOLA DE NIEVE 
 RITA MONTANER 
 BENNY MORÉ 
 MAGGIE CARLÉS 
 Generación sacrificada 
 José Lezama Lima y Virgilio Piñera 
 Caballero de Paris 
 SABIA USTED? 
 NUEVA YORK 
 ROCÍO JURADO 
 ELTON JOHN 
 STEVE GRAND 
 SUSY LEMAN 
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
 
 
  Herramientas
 
General: LA DOBLE MORAL DE LOS GAYS en Cuba
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: cubanet201  (Mensaje original) Enviado: 21/05/2011 15:35
 
Los secuestrados de Mariela
¿Cuánta homofobia había en Cuba antes de la revolución y cuánta hay ahora?
¿Es la doble moral de los gays peor que la del resto de los cubanos?
 
Cientos de personas participan en la marcha contra la homofobia en La Habana. | Efe
 
Inicio Armando López/Nueva York
Estos travestis, transgéneros, homosexuales, lesbianas, que arrollaron en la conga, entre banderas gay, del brazo de Mariela Castro y apoyando al régimen que los secuestra, sólo practican la doble moral, la misma de los que aplauden cuando les comunican el cierre de su centro de trabajo; de los que desfilan el 1 de Mayo dando vítores a la revolución y, al terminar el desfile, se van al Malecón, a buscarse unos dólares como sea para alimentar a sus familias.
 
Ante algunos airados comentarios en DIARIO DE CUBA sobre la insólita conga, me pregunto: ¿Se hubieran indignado tanto estos lectores ante un desfile de vírgenes, bomberos o levantadores de pesas que apoyaran al régimen? La homofobia se rompe, pero cuesta trabajo.
 
Debemos distinguir entre la homofobia social y la institucional practicada en Cuba por la revolución.
 
Fidel Castro, veterano camaleón, trató de justificar recientemente la suya: "Fui homofóbico porque los cubanos lo eran". ¡Tamaña mentira! Cierto que la loquita del batey tenía que escapar al anonimato de la ciudad; que la madre de origen español no apoyaba a su hijo mariquita, y el cura, desde el púlpito, y el masón, desde la logia, lo condenaban. Pero en los barrios de las ciudades, en los bembés de los negros, y en los cientos de clubes de La Habana de la República, a la contenta todos la invitaban a la fiesta.
 
En las constituciones de 1902 y 1940, y en los códigos penal y civil de Cuba republicana, no se mencionan los términos homosexual, afeminado, ni lesbiana. En los años cincuenta (cuando en New York y París la homosexualidad era un delito castigado con cárcel), en La Habana había una docena de clubes para parejas del mismo sexo: La Cuevita, Los Troncos, El Intermezzo, El Saint Michel, El Gato Negro, y el popularísimo Usero Bar, de la Avenida del Puerto, del cual no salían el dramaturgo Tennessee Williams, Montgomery Clift, Errol Flyn y muchos famosos de la época.
 
Una Habana donde en el cabaret Night and Day (a la 1.00 a.m. tocaba el Benny Moré) el primer show era de trasvestis (se les decía transformistas), doce maquilladísimos modelos y dos vedetes: Omar Ferrán y la China Musmé, portadas de la revista Show y estrellas de televisión. Y ni hablar de los bares tugurios de Luyanó; del flete homosexual en las aceras de la tienda La Sortija; en los portales de Infanta, Reina, Galiano; en los muelles del Puerto, y en las laderas del Castillo del Príncipe. La Habana de los cincuenta invitaba a la diversidad sexual.
 
Pero la desinhibición no solo se veía en la capital. En Santa Clara (donde Mariela exhibe la discoteca El Mejunje como un logro del CENESEX), en los años cincuenta, existían varios clubes para homosexuales: El Frío Bar, El Club 104 y el Bar 8A, desde donde madrugadoras parejas se dejaban rodar hasta el río Ochoa, "a nadar". Nada de esto conocen los homosexuales villaclareños. No tienen por qué conocerlo. Nacieron con la revolución.
 
La homofobia oficial
 
La homofobia se hizo política de Estado el 13 de marzo de 1963, cuando Fidel Castro arengó a los estudiantes en la escalinata de la Universidad de La Habana: "Esos pepillos que andan por ahí con unos pantaloncitos demasiado estrechos, han llevado su libertinaje a extremos de ir a sitios de concurrencia pública a organizar sus shows feminoides... Que no confundan la ecuanimidad de la revolución con debilidades de la revolución. La sociedad socialista no puede permitir ese tipo de degeneraciones". Y sentenció el Comandante en Jefe: "Observé siempre una cosa, que el campo no daba ese subproducto". De ese monstruoso razonamiento surgirían, en 1965, las UMAP.
 
Pero cuando les cuentan a los congueros de Mariela que hace 46 años existieron en Cuba campos de trabajos forzados para homosexuales; que los expulsaban del magisterio, de la televisión, de los grupos teatrales, de las universidades, para que no contagiaran con sus depravaciones al "hombre nuevo"; que en 1980 las turbas revolucionarias apedrearon sus casas, vociferando "¡Qué se vayan, los maricones!", les sucede lo que a mí cuando me hablaban de los crímenes de Machado. ¡No les interesa! Su problema es que los botaban del portal del cine Yara por "afocantes" y no los dejaban dar fiestas privadas cobrando la entrada y, "por ahora", Mariela los autorizó a fiestar a cambio de arrollar en una conga donde llevaran de farolas las fotos de Fidel y Raúl Castro y pidieran libertad para los cinco espías.
 
Estos trasvestis, transgéneros, lesbianas, homosexuales, que arrollaron en la conga con la hija del general, solo practican la doble moral imperante en Cuba. No tienen la culpa. Crecieron en una economía de guerra, aprendieron a mentir para sobrevivir. Son víctimas de una absurda revolución. Como tú y como yo, amigo lector.
 
FUENTE Inicio
 
 


Primer  Anterior  Sin respuesta  Siguiente   Último  

 
©2025 - Gabitos - Todos los derechos reservados