Joven salvadoreño asegura que su vida corre peligro si es deportado
Julio Hernández Moreno Joven salvadoreño asegura que su vida corre peligro
si es deportado debido a su orientación sexual.
NUEVA YORK - Un estudiante universitario detenido por agentes de Inmigración en un autobús cuando regresaba a Nueva York lucha para evitar ser deportado a El Salvador, donde asegura su vida corre peligro debido a su orientación sexual.
Julio Hernández Moreno tuvo el martes su primera audiencia ante un juez de Inmigración, que le concedió hasta el próximo 9 de agosto para que prepare su defensa junto a su abogada Aygul Charles, que no descarta pedir asilo político y explicó que deben probar que su vida está en riesgo si regresa a El Salvador.
"Me siento agobiado, tengo miedo de regresar a mi país", dijo el inmigrante de 24 años durante la conferencia de prensa tras culminar la audiencia, en la que estuvo acompañado por Charles y miembros de la organización juvenil New York State Youth Leadership Council.
El salvadoreño, que emigró a EE.UU hace cerca de cinco años "huyendo de la violencia de las pandillas en mi país" y tras un enfrentamiento con uno de sus miembros, fue arrestado en el autobús de la compañía Greyhound en el que regresaba a Nueva York desde Chicago.
"El autobús se detuvo en el pueblo de Erie, en Pensilvania, donde le esperaban agentes de Inmigración que subieron, nos miraron a todos y solo pidieron documentos a los que parecíamos latinos: a una puertorriqueña, que les mostró sus papeles, y a mi", indicó Hernández Moreno, quien estuvo preso del 27 de abril al 6 de mayo en cárceles en Pensilvania.
"Nos trataron mal (a los que estaban en la misma cárcel), no nos dejaban expresarnos libremente, ni reunirnos. Me torturaron psicológicamente porque querían obligarme a que firmara la deportación voluntaria. Te dicen que si no lo haces, vas a pasar ahí trece meses, pero me mantuve firme", aseguró Hernández Moreno, que vive en El Bronx, donde estudia radiología en un colegio universitario de ese condado.
Agregó que pese a que su pareja le estuvo tratando de localizar, no fue hasta que un juez le dejó en libertad que finalmente pudo reencontrase con él y pedir ayuda para su caso "porque no me permitieron hacer una llamada".
Explicó que proviene de una familia humilde de Apopa, San Salvador, "y en la colonia donde crecí hay mucha delincuencia de pandillas. Existen la Mara 18 y la Salvatrucha" que trataron de que él se les uniera "cuando no sabían que era 'gay'", indicó.
Aseguró que las pandillas han acosado por años a las familias, incluyendo la suya, que les tienen que pagar una cuota de ocho dólares, y que cuando supieron que es homosexual, le hostigaban constantemente.
"Son las Maras y nadie dice nada, nadie vio nada", lamentó el salvadoreño, que en febrero de 2007 se enfrentó a un pandillero que había tocado inapropiadamente a una de sus hermanas.
"La intenté defender, me golpearon con un bate y amenazaron de muerte", tras lo cual, "decidí venir a este país en busca del sueño americano", indicó Hernández Moreno, que llegó a EE.UU el 13 de marzo de 2007.
Hernández Moreno aprendió inglés rápidamente y con ayuda de amigos pudo comenzar a estudiar en el Bronx Community College. "Lastimosamente me pasó esto en las vacaciones de primavera, nunca pensé que fuera a ser arrestado. El único delito que he cometido es ser ilegal", argumentó.
El caso de Hernández Moreno no es aislado, dijo Sonia Guinansaca, del New York State Youth Leadership y aseguró que muchos otros estudiantes indocumentados en EE.UU enfrentan deportación que la campaña nacional "Educación, no deportación" a la que se han unido trata de evitar.
Aseguró que pidieron ayuda a los senadores de Nueva York, Charles Schummer y Kirsten Gillibrand, y que ante la no respuesta acudieron al senador de Chicago Dick Durbin.
Explicó que pidieron a Durbin, de quien dijo "ha cooperado y ayudado a otros estudiantes que enfrentaban la deportación" que presente un documento, que tiene que ser aprobado por el pleno de la Cámara Alta, que señale que pese a que se reconoce que puede ser deportado, también reconoce que puede ser una persona útil a su comunidad.
La activista indicó que es una acción legislativa a la que se ha recurrido en otros casos y que están en espera de la respuesta de Durbin.
Hernández Moreno aseguró que pidió ayuda al Consulado de El Salvador en Nueva York, donde presuntamente le informaron que por no haber pedido asilo a su llegada a EE.UU "no pueden hacer nada".