'Toronto Sun': ¿Es necesario ir de vacaciones a Varadero?
Cuando los turistas beben sus mojitos y se doran al sol,
'periodistas disidentes son silenciados y encarcelados por manifestarse contra la utópica isla de Castro', dice el diario canadiense.
Cuba se ha convertido para Canadá en un querido destino turístico y prácticamente en la oncena provincia no oficial del país, pero más que un "oasis" la Isla es un "espejismo", asegura este jueves el diario canadiense Toronto Sun.
El tabloide publica el artículo Cuba: un fingido paraíso, en el que sostiene que son los canadienses los extranjeros que más visitan la Isla, unos 600.000 al año, gracias a vuelos directos y baratos paquetes turísticos, reseñó Radio Martí.
Pero cuando los turistas beben sus mojitos y se doran al sol, "cada día, periodistas disidentes son silenciados y encarcelados por manifestarse contra la utópica isla de Castro", dice.
El Toronto Sun cita el caso de la popular bloguera Yoani Sánchez, y destaca que su "delito" ha sido publicar un libro que "hace que se desvanezca la fantasía de Cuba como modelo de gobierno socializado".
También destaca que otros son sentenciados a penas de hasta 25 años de prisión, muchos encarcelados junto a violentos criminales, sometidos al peor trato, y todo eso a pocas millas de distancia de los centros turísticos visitados por canadienses.
"Para los viajeros aventureros que se atrevan a entrar en 'La Habana real', el retrato encantador les oculta la verdad, ya que ningún cubano hablará de sus reales circunstancias", señala.
El diario se pregunta cuán necesarios son los viajes de vacaciones a Varaderoy subraya que mientras miles de canadienses ahorran el dinero que duramente han trabajado para irse a Cuba, miles de cubanos más arriesgan sus vidas huyendo de su país en busca de libertad.
"La ironía de que nuestro amado destino de vacaciones es un infierno del cual ellos están tratando de escapar, no puede ser ignorada", dice.
Para concluir, el artículo señala con sarcasmo que por qué en lugar de incorporar a las islas Turcos y Caicos como la oncena provincia de Canadá, no hacerlo con Cuba, para "no tener que continuar escabulléndonos a la sombra de nuestras sombrillas de playa de los abusos que nunca toleraríamos aquí en nuestro país —y todo por el aliciente de un sol barato y un buen habano".