Siempre he tenido gatos durante mi vida, y ahora ya hace unos meses tuve que sacrificar al último que nos quedaba (aún tengo remordimientos de haber tenido que tomar dicha decision). Estoy totalmente de acuerdo con todo lo que se ha dicho, y más. Nuestros tres últimos gatos nos cuidaban, sabían solo con la mirada como andabamos de animo, y cuando uno enfermaba, no se apartaban de la cama. Recuerdo cuando me sentía deprimido, abrazaba al mío, y notaba como la energia mala se iba...y me quedaba en paz. Ahora ya no están, y es hora de viajar más, disfrutar más, y no depender tanto de ellos, pero siempre, siempre, les echaré de menos. |