Damas de Blanco piden ayuda a la Iglesia frente a agresiones
Piñazos y patadas contra mujeres de Santiago
POR JUAN O TAMAYO
En un intento por frenar la ola de violencia interna registrada en las últimas semanas contra integrantes del movimiento opositor, la líder de las Damas de Blanco, Laura Pollán, dijo que solicitó un encuentro con el arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega Alamino, para denunciar los actos de hostigamiento y pedir el cese de la represión.
El domingo por lo menos unas 20 integrantes del colectivo femenino, una organización de madres y esposas de presos políticos, recibieron puñetazos y patadas de una multitud organizada por el gobierno al salir de misa en la catedral de Santiago.
“Queremos conversar porque es el intermediario entre el gobierno y las Damas de Blanco”, indicó Pollán.
En Miami, el grupo exiliado Madres y Mujeres Antirepresión por Cuba (M.A.R. por Cuba) denunció la “brutal represión” contra los opositores y activistas de derechos humanos. En un comunicado de prensa, el grupo pidió solidaridad con los disidentes de la isla.
“M.A.R. por Cuba une a la Coalición de Mujeres Cubanoamericanas para denunciar estos atropellos e instar a la comunidad internacional a solidarizarse con los hombres y mujeres de la resistencia que pacíficamente reclaman los derechos y libertades fundamentales de los prisioneros políticos y del pueblo cubano”, precisó uno de los párrafos del comunicado. “Hacemos responsable a la dictadura castrista por la integridad física y emocional de todos los que fueron violentamente agredidos el domingo”.
La Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), radicada en La Habana, informó recientemente que la represión y los arrestos temporales continúan en aumento en Cuba.
Un análisis del CCDHRN correspondiente a junio señaló que “la violencia física empleada por la policía política, sus agentes o elementos para policiales contra un oponente de paz durante el mes, ha sido especialmente inquietante”.
El informe también documentó un aumento de 110 por ciento en el número de “personas detenidas temporalmente por motivos políticos”: de 821 en los seis primeros meses del 2010, a 1,727 en el mismo período de este año.
Piñazos y patadas contra mujeres de Santiago Varios disidentes cubanos tuvieron que recibir puntos de sutura después de que turbas progubernamentales utilizaron barras de hierro, piedras y puños para atacar a críticos del gobierno que trataban de establecer su derecho a marchar en Santiago, la segunda ciudad de la isla, dijeron el lunes activistas de derechos humanos.
Los ataques, la tercera ocasión en la misma cantidad de semanas, marcaron un uso relativamente poco frecuente de la violencia física contra los disidentes, dijo Elizardo Sánchez Santa Cruz, presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional.
“Estamos profundamente preocupados, como nunca antes en años recientes, por este aumento notorio de la violencia represiva contra opositores pacíficos”, dijo Sánchez, quien culpó directamente de la violencia al gobernante cubano Raúl Castro.
“No hay ministro ni general que se atreva a semejante golpeadura y con tanta violencia sin la aprobación del gobierno central”, agregó en una entrevista telefónica desde La Habana.
Ninguno de los disidentes involucrados en los incidentes del domingo pudo ser contactado por teléfono el lunes, pero Sánchez dijo que uno de los miembros de su comité en Santiago había confirmado los detalles. El gobierno a menudo bloquea las líneas telefónicas de los disidentes después de este tipo de enfrentamientos.
El ex preso político José Daniel Ferrer García, informó el domingo de que la peor violencia se produjo al final de todo un día de esfuerzos por los opositores al gobierno para organizar protestas públicas a fin de exigir la liberación de todos los presos políticos.
Unas 20 integrantes de las Damas de Blanco, una organización de mujeres familiares de presos políticos, recibieron puñetazos y patadas de una multitud organizada por el gobierno al salir de misa en la catedral de Santiago, alrededor de las 11 a.m. del domingo, informó Ferrer.
Oficiales de la seguridad del Estado bloquearon el área alrededor de la catedral, y advirtieron a los manifestantes de que había partidarios del gobierno en el barrio, “armados con objetos contundentes”, de acuerdo con los informes de Ferrer.
Las mujeres y sus partidarios fueron obligados a entrar en autobuses de la policía, y fueron conducidos a la cercana ciudad de Palma Soriano, donde algunos de ellos viven, dijo Sánchez. Desde allí, algunos se fueron a casa de Ferrer, en la cercana localidad de Palmarito del Cauto, y trataron de organizar una “vigilia” por los presos politicos.
Una multitud de enfurecidos partidarios del gobierno atacó de nuevo a los disidentes, golpeándoles esta vez con palos, barras de hierro y piedras, y enviando al menos a ocho de ellos a un hospital cercano para recibir tratamiento. Varios de ellos sufrieron lesiones que requirieron suturas, agregó Sánchez.
Ferrer presentó los informes en Háblalo Sin Miedo, una instalación de la Web que permite a los disidentes cubanos llamar a un número de teléfono de Estados Unidos y grabar un informe de un minuto. La instalación envía entonces alertas por correo electrónico a quienes siguen el sitio.
Los informes de los disidentes identificaron a las personas que sufrieron lesiones graves como Julio César Salazar Salinas, Annis Sarrión Romero, Magalys Fernández Eulices, Prudencio Villalón Rades, José Ángel Garrido Morris, Osmelis Cruz Dacal y Juan Carlos Vázquez Osoria.
Fue la tercera semana consecutiva en que las mujeres de Santiago intentaron llevar a cabo marchas públicas en la zona, en lo que Sánchez describe como un intento de establecer su derecho a marchar por las calles al igual que las Damas de Blanco lo han hecho en La Habana desde el 2004. Ese grupo es el único al que las autoridades cubanas le permiten manifestarse en público.
Treinta y nueve Damas de Blanco y sus seguidores, todas vestidas de blanco y llevando gladiolos rosados, marcharon el domingo en La Habana después de asistir a la misa tradicional en la iglesia de Santa Rita.
Hace dos semanas, las mujeres de Santiago fueron agregidas por una turba organizada por el gobierno cuando las mujeres salían de la misa del domingo en el santuario de la Virgen de la Caridad de El Cobre, en las afueras de Santiago. Una semana después, los partidarios del gobierno acosaron a las mujeres cuando éstas salían de una iglesia en Palma Soriano.
La ciudad y la provincia de Santiago tienen la reputación de ser lugares rebeldes, que requieren de un control más estricto de la Seguridad del Estado. Fidel Castro inició su revolución con un ataque a un cuartel militar en la ciudad de Santiago, en 1953.
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