Por Juan Carlos Chavez
Un opositor de Guantánamo que debió ser operado de emergencia hace dos días tras recibir golpes y machetazos propinados por dos miembros de un Comité de Defensa de la Revolución, fue desalojado abruptamente el martes del hospital donde estaba internado por orden de agentes de la Seguridad del Estado.
Ernesto Manuel Carrera Moreno, de 43 años, fue interceptado a la salida de una reunión privada, en el municipio de Caimanera. Sufrió lesiones en las manos, el cráneo, la mandíbula y el pómulo derecho. Debido a la gravedad de la herida en la mandíbula, fue sometido el lunes a una cirugía de emergencia en el hospital provincial Agostinho Neto.
“Los dolores son terribles y si estoy vivo es de milagro. No entiendo cómo y hasta cuándo vamos a poder resistir tanta injusticia”, afirmó el miércoles Carrera a El Nuevo Herald.
A pesar de su delicado estado de salud y las recomendaciones de los especialistas de que permanezca en observación por lo menos una semana, Carrera declaró que agentes de la Seguridad del Estado le ordenaron a sus familiares y amigos que se lo llevaran a casa.
“Es una violación sistemática contra los derechos humanos”, declaró.
Activistas en Cuba han denunciado que el nivel de violencia física y arrestos contra los disidentes se elevó significativamente en los primeros seis meses del año a 1,727, más del doble en comparación con el 2010.
Guantánamo no es una excepción. El caso de Carrera es sólo uno de varios incidentes registrados en la isla con un grado de violencia física “inquietante”, explicó el opositor Rogelio Tabío López, portavoz del Movimiento Resistencia y Democracia, en Guantánamo.
“Puedo decirle que esto va muy mal”, dijo Tabío. “El sistema político en Cuba sigue agrediéndonos con paramilitares y brigadas antimotines. No se detienen”.
Tabío y más de una veintena de opositores que se solidarizaron con la situación de Carrera fueron reprimidos a comienzos de la semana por un numeroso grupo de policías. Los ataques ocurrieron en los alrededores de la plaza Mariana Grajales, a unas calles del hospital.
El recrudecimiento de la violencia y el aumento de las detenciones contra el movimiento opositor coinciden con una referencia aprobatoria a los ataques masivos en plazas y vías públicas pronunciada explícitamente por el gobernante cubano Raúl Castro. En abril de este año, Castro se refirió al tema durante un discurso oficial en la sesión de clausura del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba.
“Nunca vamos a negar el derecho del pueblo a defender la revolución”, dijo Castro en la reunión más importante del partido en 14 años.
Jorge Corrales, periodista independiente de Guantánamo y director de la ilegal revista mensual Porvenir, comentó que los actos de repudio y hostigamientos de turbas organizadas por el régimen son tan comunes como los despliegues policiales para atemorizar a la población civil.
“Como nunca antes vemos que hay más bandas muy bien organizadas que actúan contra los opositores”, puntualizó Corrales. “Esto es algo que esperábamos porque el mismo Castro lo autorizó”.
Los CDR y las Brigadas de Respuesta Rápida actúan bajo la sombrilla de las autoridades de La Habana. Generalmente sus actos son perpetrados con total impunidad. En muy contadas ocasiones las autoridades judiciales de la isla investigan las denuncias de los opositores y víctimas de los ataques.
Hace dos semanas, enfurecidos miembros de las Brigadas de Respuesta Rápida lanzaron piedras y palos contra las Damas de Blanco, madres y esposas de presos políticos. El grupo se dirigía pacíficamente a realizar su habitual caminata tras asistir a misa en la Iglesia de El Cobre, en la provincia de Santiago de Cuba.
El incidente motivó la reacción de organizaciones independientes dentro y fuera de la isla, como la Fundación Nacional Cubanoamericana (FNCA), radicada en Miami. La FNCA dijo que la agresión tuvo características “peculiarmente feroces” y solicitó una acción decidida de la comunidad internacional y organismos encargados de velar por los derechos humanos. En su informe, la FNCA mencionó los casos de víctimas como Juan Wilfredo Soto García y Wildo Izaguirre Fuentes.
Soto murió en extrañas circunstancias tras una supuesta golpiza policial el 8 de mayo. El gobierno cubano ha negado consistentemente la acusación. Izaguirre perdió una falange del dedo meñique derecho tras ser atacado con un machete por encolerizados partidarios del régimen. El incidente ocurrió durante una manifestación pacífica el 18 de junio, en Palmarito del Cauto, Santiago de Cuba
Omar López Montenegro, vocero de derechos humanos de FNCA, calificó la violencia como una reacción frente a la pérdida del rumbo ideológico del sistema comunista.
“El concepto de revolución dejó de existir. Ahora están preocupados con la descomposición social que pueda resultar”, indicó.
En Miami, el Directorio Democrático Cubano declaró que los esfuerzos de la resistencia pacífica para la democratización de Cuba chochan con una violencia que se “ensaña” contra luchadores cívicos, sus familias y otros cubanos.
“Las más de 50 organizaciones democráticas agrupadas en la Asamblea de la Resistencia envían su respaldo a todos los cubanos que, más allá de cuál sea su militancia política, están participando valientemente en la desobediencia civil”, afirmó Orlando Gutiérrez Boronat, miembro del Secretariado de la Asamblea de la Resistencia Cubana. “Estamos con ellos y condenamos la cobarde represión en su contra”.
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