-Cuando encuentro una trampa para ratas, salto encima del resorte, cojo el alambre del cepo que baja a toda hostia y con los dientes, lo muerdo 20 veces para afilarme los dientes, destrozo la trampa y me como el queso.
- ¡Coño! - Dicen las otras.
La rata gallega mira a la vasca, pide un orujo, se lo bebe de un trago, rompe el vaso en un rincón, y dice:
-Cuando encuentro una bolsa de veneno para ratas, me la llevo a casa y hago palomitas con ella y me las como viendo una peli y bebiéndome una cerveza.
-¡Joder! - Dicen las otras.
Acto seguido, ambas ratas se dan la vuelta y miran a la rata andaluza. Ésta pide un fino, toma un sorbito, le da una caladita al cigarro, las mira, se bebe otro sorbito, deja el vaso en la barra y dice:
-Perdonad, pero os voy a tener que dejar...
Tengo que ir a casa a follarme al gato.