Enfermos del poder en Iberoamérica El poder los enferma o son enfermos de poder.
El cáncer parece ganar terreno entre los políticos de la región
Lula da Silva, Fernando Lugo, Dilma Rousseff y Hugo Chávez
POR CARMEN DE CARLOS / CORRESPONSAL EN BUENOS AIRES
Los líderes de América Latina no gozan de buena salud. La noticia de que Lula da Silva padece un cáncer de laringe sacudió el sábado a los presidentes del continente. Uno más de los suyos tendrá que pasar por las desgastantes sesiones de quimioterapia. Lo hizo antes su sucesora en la Presidencia, Dilma Rousseff. Después de esta, el paraguayo Fernando Lugo, ambos con cáncer linfático. Y, cuando todos creían que el círculo de la enfermedad maldita lo cerraría este año Hugo Chávez, con otro cáncer que él localiza en la pelvis, se produjo la noticia de Lula, apenas dos días después de cumplirse el primer aniversario de la muerte, por un infarto, del argentino Néstor Kirchner.
El poder los enferma o son enfermos de poder. En los últimos años el cáncer parece querer ganar terreno entre los políticos de la región. La enfermedad cuyo nombre hace temblar al más valiente se extiende como una maldición en los rincones de los gobiernos y amenaza, con otros problemas de la mente y el cuerpo, con acortar sus mandatos sobre la Tierra. Quien más quien menos tiene achaques, como Cristina Fernández, con subidas y bajadas de tensión demasiado frecuentes que la obligan a suspender sus actividades.
Lula seguirá su tratamiento en el hospital Sirio Libanés de Sao Paulo. En este sanatorio fueron atendidos con éxito Dilma Rousseff, de 63 años, y Fernando Lugo, de 60. Con estos antecedentes, el ex presidente de Brasil se animó a recomendárselo a Chávez. El venezolano rechazó la idea. La Habana, donde su dolencia se trata como un secreto de Estado, fue la ciudad elegida por el bolivariano. Fidel Castro, «aquel gigante que ya superó todos los tiempos y todos los lugares», según sus palabras, se encargó de darle la mala nueva y se ocupa de que nadie, salvo los elegidos, sepan con precisión qué le pasa a Chávez.
Optimismo de Lula Idolatrado por Brasil y por medio mundo, Lula, de lágrima fácil y temperamento fuerte, afronta con optimismo el desafío de la enfermedad. También la experiencia de su amiga y sucesora le da ánimos. Rousseff está en plena forma. Lo mismo que Lugo, que recientemente suspiró aliviado: «La pesadilla ha pasado, a pesar de que todos sabemos que son células traicioneras que pueden volver».