Contratista Gross cumple dos años preso en Cuba pese a reclamos de EEUU
Grupos religiosos y familiares mantienen una vigilia frente a la Sección de Intereses de Cuba en Washington, DC, el 14 de noviembre de 2011, en apoyo de Alan Gross, el contratista de EE.UU. que ha estado preso en Cuba por dos años.
Por Rigoberto Díaz
El contratista estadounidense Alan Gross cumple este sábado dos años preso en Cuba, que lo condenó a 15 por espionaje, sin que se vislumbre su liberación por “razones humanitarias” como lo reclaman su familia, líderes religiosos y el gobierno de Estados Unidos.
Gross, de 62 años, detenido en Cuba el 3 de diciembre de 2009 y condenado el pasado 12 de marzo, “ha perdido mucho peso” y “estamos preocupados por su salud”, dijo el miércoles en La Habana el secretario general del Consejo Nacional de Iglesias de Cristo de Estados Unidos, Michael Kinnamon.
El líder religioso, que se reunió también con el gobernante Raúl Castro, explicó que visitó a Gross “durante dos horas”, y destacó que el Consejo tiene “interés en una solución humanitaria” en este caso y el de cinco agentes cubanos detenidos en Estados Unidos desde 1998, bajo cargos de espionaje.
El Consejo, que aglutina a iglesias protestantes y otros credos que en conjunto tienen 45 millones de fieles, medió hace una década en el caso del niño balsero Elián González, eje de una ácida disputa de siete meses entre La Habana y el exilio cubano en Miami, que concluyó en junio de 2000 con la devolución del menor a su padre en la isla.
La familia, el gobierno de Barack Obama, miembros del Congreso estadounidense, líderes judíos y personalidades como el ex presidente Jimmy Carter, han pedido a Cuba la liberación por “razones humanitarias” de Gross, quien está recluido en el hospital militar Carlos J. Finlay en La Habana.
Según su esposa, Judy, el contratista ha perdido unos 45 kilos y padece de “estrés”, pues encara una dura situación personal: su hija de 26 años fue sometida a una mastectomía y su madre, Evelyn Gross (de 89), padece cáncer.
Evelyn divulgó el jueves en Estados Unidos un video en el que pide a Raúl Castro que “libere” a su hijo para que “pueda reunirse inmediatamente con su familia”, mientras que Judy pidió a Obama que “haga lo que pueda para sacarlo” de la cárcel.
“Hablé con Alan hace dos días y nunca lo había oído más deprimido o desesperanzado”, dijo el miércoles la esposa de Gross, al encabezar una vigilia de judíos frente a la Sección de Intereses de Cuba en Washington.
Gross, quien admitió ante un tribunal cubano haber sido “un tonto confiado” al que engañaron -no precisó quién-, fue condenado por entregar equipos de comunicación satelital a opositores para crear una red informática clandestina en un plan “subversivo” de Estados Unidos con el fin de “destruir la revolución”.
Washington lo reconoce como empleado de la empresa Development Alternatives (DAI), contratada por la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID), que depende del Departamento de Estado, pero sostiene que suministraba celulares y equipos a grupos judíos cubanos para ayudarles a comunicarse con el exterior.
En la cárcel, que comparte con dos cubanos, Gross ha recibido visitas de funcionarios consulares estadounidenses, líderes de la pequeña comunidad judía de Cuba y de la de Estados Unidos, de la cual es un miembro activo.
Tras visitarlo en noviembre, el rabino estadounidense David Shneyder dijo que el contratista quiere ser canjeado por los cinco agentes cubanos, condenados en 2001 a severas penas de cárcel, una posibilidad descartada por el Departamento de Estado, pero sobre la cual se ha rumoreado en círculos del exilio cubano de Miami.
“En ningún momento el gobierno estadounidense ha expresado su deseo de dar concesiones unilaterales al régimen de los Castro, o suavizar sanciones, para obtener la liberación de Gross”, dijo en octubre la secretaria de Estado, Hillary Clinton.
El arresto de Gross terminó con un breve periodo de distensión entre Cuba y Estados Unidos -sin relaciones diplomáticas desde 1961-, iniciado con la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca en 2009. Washington sostiene que mientras siga preso no habrá avances hacia la normalización de relaciones.
Cuba reclama la liberación de sus agentes, uno de los cuales, René González, salió de prisión hace casi dos meses tras cumplir su condena de 13 años, pero debe permanecer tres años más en Estados Unidos en libertad supervisada.
Un grupo bipartidista de 19 senadores estadounidenses escribió este jueves al gobierno cubano para pedir la liberación incondicional de Gross, destacando que su permanencia en prisión “es un gran obstáculo en las relaciones bilaterales”.
“Tras dos años en una cárcel cubana, Gross y su familia han pagado un enorme precio personal”, dice la misiva enviada al jefe de la sección de intereses cubanos en Washington, Jorge Bolaño.