Greg Davis, alcalde republicano de Southaven (Mississippi) desde 1997, no ha tenido más remedio que salir del armario después de que una auditoría haya revelado que, entre otros muchos gastos personales, cargó al Ayuntamiento compras realizadas en un sex-shop gay.
Davis ha sido investigado por existir sospechas sobre el uso inadecuado de 170.000 dólares, lo que ha revelado que cargó al presupuesto municipal abultados gastos personales. Pero poco podía sospechar el todavía alcalde de la cuarta ciudad del estado de Misssissippi, sin embargo, que sería una factura de “solo” 67 dólares de un sex-shop gay de Toronto (Canadá) el que desataría la polémica. Davis tiene un perfil político muy conservador: en 2008 fue candidato republicano al Congreso promovido por una plataforma de defensa de los valores familiares tradicionales (perdió frente al candidato demócrata), aunque no han trascendido posicionamientos públicos expresamente homófobos.
Davis, divorciado hace ahora un año y con tres hijas, ha reconocido el hecho, ha desvelado públicamente su homosexualidad y ha pedido disculpas a us votantes. “En este punto de mi vida y de mi carrera, aunque he tratado de mantener separadas mi vida pública y mi vida personal, resulta obvio que ya no puede ser así”, ha declarado Davis, que reconociéndose una persona conservadora reconoce haber mantenido una larga lucha consigo mismo hasta aceptar su homosexualidad. Davis, que podría verse ante los tribunales por utilización de fondos públicos para fines personales, ha pedido disculpas a sus seguidores por “no haber sido suficientemente honesto conmigo mismo para ser honesto con ellos” pero al mismo tiempo ha expresado que “para mantenerme cuerdo y seguir adelante no tengo otro remedio que empezar a ser honesto respecto a quién soy”.