“Mi mamá estaba muy nerviosa porque su maleta no salía. Pero cuando el señor que llevaba su silla de ruedas le puso de ejemplo a Sean Penn, que estaba tranquilo, y que entonces no había que preocuparse, pensé que Dios me lo había puesto ahí”, declaró Alonso a El Nuevo Herald vía telefónica el miércoles desde los estudios de Univisión de Los Angeles, tras confesar que al principio no quiso identificarse con Penn.
El enfrentamiento se convirtió en noticia mundial cuando la actriz lo relató en su cuenta de Twitter.
“Si lo hubiéramos planeado no hubiera resultado como resultó. Pero en ese momento yo sólo quería organizar una reunión con él en un sitio privado”, rememoró Alonso. “El acercamiento empezó tranquilo pero terminó muy agitado porque así son ellos, los comunistas, y así soy yo”.
Tras admitir que prefiere que la llamen pig (cerda), tal como Penn la llamó, a ser “una comunista de mierda…”, como ella le espetó, la actriz cubanovenezolana de 54 años dijo que “ese grupo de actores de Hollywood”, en el que incluye a Danny Glover, evita sostener una conversación tranquila con nadie.
“Los de extrema izquierda saben insultar muy bien. Y estoy consciente de que si uno se pone a gritar ninguna de las dos partes escuchará nada y todo resultará una pérdida de energía”, añadió.
Pese a que se besaron en Colors, cuando Penn vio a Alonso ataviada con un abrigo y unos lentos oscuros, fingió desconocer a su ex pareja de la ficción.
“¿Cómo no me iba a reconocer si cuando filmamos Colors hice el amor con él y nos besamos en una cama?”, añadió. “Pero en esa época él no sabía nada acerca de mi ideología en contra de los Castro y yo ignoraba que él estaba a favor de los comunistas”.
En un momento del altercado ella le recordó al actor que su padre, el director Leo Penn, estuvo en la lista negra de Hollywood por comunista y su hijo (Sean Penn) acusó a Roberto Alonso, el hermano de la actriz, de estar entrenando a un grupo paramilitar para derrocar a Chávez, tal como lo dio a conocer el gobierno venezolano.
“Eso fue lo que le dijeron a él. Pero yo dudo mucho que sea verdad. Ellos destruyeron su hacienda de las afueras de Caracas y le mataron todos sus animales con bates de baseball”, contó la actriz.
Sin embargo, aclaró que desde que el actor comenzó a apoyar a Chávez y a pronunciarse a favor de los hermanos Castro, pidió reunirse con él, sin resultados alentadores.
“Los comunistas tienen una forma muy inteligente de hacer su propaganda. Saben llegarle a los que no saben. Y como Penn es un excelente actor, la gente le sigue, lo escucha y le cree cuando habla bien de Fidel Castro, Hugo Chávez y otros dictadores”, subrayó. “Pero en mi caso le escribí una carta explicándole mi punto de vista sobre la realidad de esos dictadores que publiqué en la internet en inglés y en español”.
“Hay que ser muy estúpido, y Penn no lo es, para estar de acuerdo con las ideas políticas de Hugo Chávez, uno de los mejores amigos de [Mahmoud] Ahmadinejad”.
La actriz agregó que Danny Glover, con quien trabajó en Predator 2 (1990), le devolvió una carta sin responderle. Tampoco Oliver Stone quiso reunirse con ella cuando se lo pidió en el estreno de South of the Border (2010) el documental sobre Hugo Chávez, donde la presenta como una ‘enemiga mentirosa’.
Al referirse al precio que ha tenido que pagar por manifestar sus ideas políticas públicamente, Alonso afirmó que “algunas puertas” se le han cerrado en Hollywood por la ignorancia que existe sobre lo que pasa en los países latinoamericanos.
“Los peores comunistas [de Hollywood] son los que tienen casas en Miami y apartamentos en la Quinta Avenida de Nueva York y pregonan que vivir bien es malo y que este país es una porquería”, señaló. “Yo quisiera tener un debate ante la prensa con Sean Penn, Oliver Stone y Danny Glover…¡pero no con los tres a la vez, porque me matan!”