Kary Bernal, despertando pasiones La irreverente jueza de
‘ Minuto de fama’ asegura que es un poco tímida, medida e introvertida
Alberto Sánchez
Cuesta creerlo, pero la presentadora cubana Kary Bernal asegura que detrás de esa sonrisa diáfana y contagiosa, y esa manera irreverente, osada, frontal y sin límites con que emite sus criterios o aborda a sus entrevistados, hay una persona un poco tímida, medida e introvertida, que trata de llevar una vida normal.
“Lo que pasa, explica, es que creo que soy como dice mi amigo Omar Moynelo, que despierto pasiones en hombres, mujeres y enanos cabezones, y eso me gusta. Lo que pasa es que a veces las pasiones que despierto no puedo manejarlas.”
A las seis de la tarde, es la miembro del jurado del programa Minuto de fama, que comparte las decisiones sobre el futuro de los participantes con Ari Pinelli y Juan de Alba, sólo que a ella siempre le toca decir las verdades así como suele ser: sin tapujos. “Me divierto ‘tantísimo’ haciendo Minuto de fama; es un espacio que tiene mucha interacción. Mi papel es el de la jueza dura, pero en realidad no soy tan dura como la gente piensa, lo único es que soy muy sincera, lo único que hago es no dibujar la verdad, la digo tal cual es”.
Luego, se le ve a las 9 de la noche en el programa TN3, que conducen Moynelo, Carlos Otero y Carlucho, como reportera de política y de farándula.
“Disfruto mucho lo que hago, me divierto al máximo; el día que no sea así, no sé si podré seguir haciendo televisión”, dice, refiriéndose a su trabajo actual en estos dos programas de América Tevé.
Ha entrevistado a Prince Royce, Paulina Rubio, Gloria y Emilio Estefan, Dade Iñaki, Pitbull, Niurka Marcos, y de cada entrevista una tiene una experiencia que contar.
“A veces el público se apasiona con esa persona irreverente y medio alocada que ve en la pantalla, y se olvida que uno tiene vida privada. Yo he entrado a una discoteca, y hay muchachas que se me han echado encima a besarme en la boca, sólo porque me vieron besando a Niurka Marcos en una entrevista que le hice. Otra vez le dije bromeando a Ana Gabriel que dejara a su novia Verónica Castro, y que me llevara para México con ella, que yo la iba a hacer feliz de igual manera, y ella se quedó en shock. Entonces cuando el publico ve eso, piensa que así soy yo, y les es difícil creer que en mi vida personal soy algo penosa, tímida e introvertida”.
Asegura que no tiene un método ni un estilo especial para preparar una entrevista. Su receta es muy sencilla: irreverencia, espontaneidad y mucha improvisación, pero dictada por un instinto peculiar que le sugiere qué quiere saber el público.
“Lo único que hago es buscar una arista y por ahí consigo llegarle al corazón de la gente. En la mayoría de las entrevistas te encuentras las preguntas de rigor, el último disco, el último amor o la última gira. Y yo lo que hago es buscar un ‘poquitico’ mas allá. Lo que al público realmente le gustaría saber, o preguntar lo que muchos no tienen manera de averiguar. Siempre tengo en cuenta a esas personas que están ávidas de escuchar preguntas y respuestas hechas con humor inteligente, y yo lo que hago es tratar de darle un toque de comedia irónica e irreverente”.
¿Tienes algún proyecto importante para este año?
“He tenido suerte, y si sigo así, creo que este año voy a tener la oportunidad de conducir mi programa”, comenta. “No quiero adelantar mucho más, sólo decir que nunca voy a defraudar a los que han confiado en mí, al público y a los que me han dado la oportunidad de trabajar durante años en América Tevé.
Tiene asignaturas pendientes, como rechazar propuestas para participar en piezas teatrales porque la televisión la absorbe a tiempo completo. La última ha sido Siempre se queda algo, en la que iba a compartir el escenario con Zulema Cruz. “Antes, tampoco pude participar en otro proyecto junto al presentador Luis Aguilo, que estuvo apareciendo en Minuto de fama. También tengo propuestas para hacer teatro aquí en Miami y Puerto Rico.
Kary proviene de una familia de artistas. Su madre es Daisy Castaño, quien fue cantante de Los Barba, una popular agrupación en la década de los 60 en Cuba, su padre es Omar Bernal, quien fuera bailarín del Ballet Nacional de Cuba.
Estudió solfeo y piano, y teatro en la New York Art School. “Asistía a los casting sin saber inglés y memorizaba los parlamentos tal y como los escuchaba”, recuerda. “En uno de éstos un productor italiano me vio y me invitó a trabajar como modelo de lentes y sombreros para la revista Moda Milano, me fui a Italia y por allá estuve cinco años.
Pero la parte más importante de su carrera reconoce que la ha realizado en América Tevé. Comenzó como productora en El show de Fernando Hidalgo, tuvo sus apariciones en el espacio El Mikimbim de Miami, y luego formó parte del elenco del controversial espacio La cosa nostra. “Mis apariciones en Pellízcame que estoy soñando, Ké fuerte y TN3 se las debo al productor Damián Romay y al presidente de América Tevé Omar Romay. Fernando Hidalgo me abrió las puertas como productora de su show, y ellos depositaron su confianza en mí. He tenido varias propuestas de otros canales y cadenas, pero definitivamente mi carrera ha sido en este canal que es donde he crecido profesionalmente”.
Cuando hace su trabajo se define como irónica, irreverente y gozadora de la vida. “Lo que más disfruto de mi trabajo es la manera como lo hago, tal como me ven. No hay dobleces en eso, soy así y nada más. No obstante tengo algún que otro sueño frustrado por ahí. Uno de ellos es escribir un libro sobre mis aventuras, como aquella vez que atravesé un desierto en Marruecos, desde Marrakech hasta Casablanca, con un equipo de producción italiano, filmando un documental. Ah, y también me encanta la política, me gustaría llegar a ser alcaldesa. Tú te imaginas eso?”•