EL MEJOR AMIGO DEL HOMBRE
Le puede cura su perro
Reducen la presión sanguínea,relajan al paciente
y son la puerta a las emociones: así ayudan los canes a los médicos
Por FRANCISCO APAOLAZA
El mejor amigo del hombre puede ser también su doctor. En Sevilla, un grupo de científicos se esfuerza en demostrar los beneficios de los tratamientos asistidos por unos animales que pueden hacer mucho más que traer la pelota cuando se la lanza su dueño o poner caras adorables cuando suplica por la comida. Unos treinta alumnos por cada curso aprenden la manera por las que los perros pueden ayudar a los humanos con problemas.
El psicólogo y codirector del máster Luis Rodríguez Franco reclama más investigación sobre este campo y estudios científicos que pongan negro sobre blanco los resultados, pero pone algunos ejemplos de beneficios probados de la mascota hacia el paciente. «Son beneficiosos en todo lo que incluya el manejo de las emociones», explica. Este es el caso de muchas psicopatologías, como por ejemplo las que están relacionadas con la autoestima o las habilidades sociales.
En el caso de la autoestima, Rodríguez Franco comenta cómo un perro preentrenado a que traiga la pelota puede ayudar a un niño. Si este le enseña a que juegue cobrando el objeto que le lanza y el perro lo consigue, el niño «percibe que es capaz de hacer las cosas».
En otros casos, el perro se convierte en una puerta de entrada las emociones de un paciente. Es el caso de las atenciones en crisis. «Tras un accidente, hablar con un paciente es muy difícil, porque eres un extraño, pero si llegas con un perro que le lame la mano o posa su cabeza en el regazo, le será más fácil abrirse y expresarse».
Ayuda a los mayores
A los mayores también les sirve, pues los científicos han comprobado que después de sesiones con perros en residencias de ancianos, los pacientes recuperan la conversación entre ellos. Al margen de las patologías, los profesores sevillanos recalcan que las mascotas aportan a los niños la responsabilidad de hacerse cargo de las cosas y a los adultos la necesidad de salir a la calle. «Estar sentado delante de la televisión acariciando a un perro ya tiene efectos fisiológicos inmediatos», admite. Los perros relajan.
Existen estudios que demuestran los beneficios de los amigos peludos. En la Universidad de Indiana han demostrado que la presencia de un perro disminuía la presión sanguínea de los individuos, además de hacerlos más activos y sociales. En la Universidad de Maryland fueron más allá y comprobaron que los dueños de perros vivían más tiempo después de haber sufrido un infarto de miocardio. La compañía de un animal era uno de los factores más importantes de supervivencia junto a la ausencia de otras enfermedades o el ejercicio físico. De 87 dueños de perros, al año había muerto uno, mientras que de 282 sin perro, fallecieron 19.