Cuba y ese calvario viejo
como viejo es el mal y la complicidad…
EL SUEÑO "ROSA" DE ORTEGUITA
NOMBRAR A UN NUEVO OBISPO CUBANO
Por Eleonora Bruzual, Univision Radio
Cada vez que me propongo no seguir con el tema del encuentro tan deseado de Benedicto XVI con los verdugos del pueblo cubano, algo pasa que agudiza mi asco y me trae de nuevo la conciencia de que eso hay que denunciarlo y censurarlo. Así sucedió el pasado viernes cuando desde la Ciudad del Vaticano una noticia terminó de revolverme el estómago y agriarme la fe… La noticia daba cuenta que el papa Benedicto XVI está dispuesto a encontrarse con el tirano Fidel Castro en su visita a Cuba, y que no importa si la reunión no estaba prevista en el programa, porque ellos –las autoridades Vaticanas- hacen lo que sea por complacer al excomulgado, al asesino de cientos de católicos que en los paredones de la ignominia murieron gritando ¡Viva Cristo Rey!
Ahora ha sido Federico Lombardi, otro cura vocero del Vaticano quien se encarga de tranquilizar a la tiranía y a la vez decirle al mundo que el Vicario de Dios en la tierra está feliz de encochinarse con los Castro y se pasa -vaya a saberse por dónde- la excomunión decretada hace 50 años por el Papa Juan XXIII y por supuesto la Encíclica "Quod Apostolici Muneris", del 28 de diciembre de 1878 cuando el Papa León XIII, decretó al comunismo "Abominable secta" y condenando justamente lo que ahora hace la cúpula vaticana, en especial Benedicto XVI y su mano derecha Bertone. Y yo no me cansaré de recordarle a una iglesia cómplice con el comunismo y compinche de tiranos que dijo León XIII: "Poned, además, sumo cuidado en que los hijos de la Iglesia Católica no den su nombre a la abominable secta ni le hagan favor bajo ningún pretexto".
Tan solícitos ellos, tan cómplices, tan amorales… “Si Fidel Castro desea encontrarlo, el Papa tiene la mejor disposición. Es posible que se realice, aunque no está en el programa” afirma el cura Lombardi, pero de inmediato, estoy segura que frunciendo el ceño y poniendo cara de cancerbero del cielo, agrega que descarta un encuentro del Pontífice con los disidentes cubanos, porque –y perdonen si me río- ¡Eso no está en el Programa!
No sé por qué imagino esos oscuros recintos Vaticanos llenos de murmullos, de ruidos de pesadas sotanas, esas que sirven para esconder pecadores y cómplices. Recintos donde afanosos buscan no molestar la fina sensibilidad de los tiranos… Los imagino astutos viendo cómo logran condenar el fulano embargo de Estados Unidos contra Cuba, sin molestar al gigante del norte… No es lo mismo meterse con los débiles y desesperados disidentes cubanos que con un Imperio. Con el Imperio Mesmo como dice Chávez
Y es que mi deber, si quiero jactarme de decir verdades, es recordar que a Benedicto XVI se le hace facilísimo reunirse con tiranos que asesinan, persiguen, calumnian a católicos sean laicos o sean sacerdotes. No hubo escrúpulos para olvidar los insultos que Hugo Chávez descargó contra dos Príncipes de la Iglesia: los Cardenales venezolanos Ignacio Velasco y Rosalio Castillo Lara. Calladitos frente a la profanación de las exequias del Cardenal Velasco en plena Catedral de Caracas… Tampoco contra honorables monseñores como Baltazar Porras y Roberto Lücker… Con que sibilina indiferencia observan como el obispo rojo Mario Moronta convierte en kioscos de templete los altares católicos y se revuelca con brujos, feriantes y un tirano militar abyecto por el que participa en ritos tribales pidiendo salud vaya a saberse a qué deidad… Con que subrepticia maña han ido penetrando la Conferencia Episcopal Venezolana, donde ya el Obispo Rojo es el segundo vicepresidente y los otros integrantes cómodos convidados de piedra… Que calladitos siguen frente a los murales chavistas donde las vírgenes portan fusiles Kaláshnikov o en la última cena de Cristo, por una extraña suerte de tiempos paralelos, están presentes Fidel Castro, Ernesto Che Guevara y Hugo Chávez…
Y como Fidel Castro desea encontrar a Benedicto XVI, éste lo “Encontrará” porque con eso lo ayuda a lavar su cara, legitimará a los dos déspotas y además la tiranía sacará buena pasta, porque Castro sabe que Benedicto XVI o cualquier Papa, es un objeto comercial, y los Castro han vendido todo: a la mujer cubana, a los niños cubanos en el mayor paraíso de pedófilos del mundo que es Cuba. A la fuerza de trabajo, mano esclava que negocian con empresarios tan cómplices como las autoridades Vaticanas y muchos también de misa diaria…
Como les dije, me había propuesto no tocar más el tema, o por lo menos no con tanta frecuencia, pero como olvidar a esa Cuba doliente donde miles esperan ser los últimos de un calvario viejo como viejo es el mal y la complicidad… Cómo resignarme y no acusar a quienes pretenden llamarse Pastores de Dios y terminan resultando aliados de los favoritos del diablo.