Aumenta acoso a diplomáticos de EEUU en Cuba
El panel luminoso colocado en la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana foto de archivo
Juan O. Tamayo
Agentes del gobierno cubano han intensificado su “acoso y vilipendio” verbal sobre los diplomáticos de Estados Unidos en La Habana durante el último año, gritándoles insultos desde autos en marcha y publicando fotos de sus vehículos, denunciaron funcionarios del gobierno estadounidense.
“Ellos han estado haciendo esto por mucho tiempo, pero durante el último año o algo así parecen haberse puesto más desagradables”, dijo uno de los funcionarios. “Les hemos pedido que desistan, y no lo han hecho”.
El aumento del hostigamiento parece vinculado a la presente ola de represión del gobernante cubano Raúl Castro contra los críticos del gobierno, señalaron los funcionarios. En el 2011 se reportaron unos 4,115 arrestos a corto plazo de disidentes, en comparación con 1,765 el año anterior.
Puesto que algunos de los diplomáticos estadounidenses en La Habana están asignados específicamente a observar las actividades de oposición, dijo un funcionario, “cuando las fuerzas de la seguridad hostigan a los disidentes, (los diplomáticos estadounidenses) están generalmente cerca y también reciben su parte”.
Un alto funcionario del Departamento de Estado dijo a El Nuevo Herald que el gobierno de Estados Unidos está “preocupado ante el continuo acoso y vilipendio al personal de nuestra misión diplomática en La Habana, quienes están simplemente cumpliendo con sus deberes diplomáticos normales”.
“Hemos recordado en varias ocasiones al gobierno cubano que, bajo las Convenciones de Viena, este tipo de tratamiento del personal diplomático es inaceptable”, añadió el funcionario, quien pidió conservar el anonimato debido a la política del departamento.
El funcionario del Departamento de Estado no dio detalles, pero otros dos funcionarios del gobierno estadounidense aceptaron hablar sobre algunos de los incidentes, también bajo la condición de conservar el anonimato.
En un caso, varios cubanos en un auto se acercaron al de un diplomático estadounidense que manejaba en La Habana con uno de sus hijos a bordo, lo llamaron por su nombre y gritaron varios insultos al “yanqui” antes de alejarse a la carrera, dijo uno de los funcionarios.
Un bloguero progubernamental que usa el nombre de Yohandry publicó una fotografía del auto de un diplomático estadounidense, y un texto señalando que si una piedra “cayera del cielo”, los medios de prensa seguramente reportarían que el carro había sido “atacado”.
Otros partidarios del gobierno han publicado fotos de Charles Barclay, el jefe interino de la misión diplomática de Estados Unidos en La Habana, reuniéndose con disidentes, y de otra diplomática estadounidense abrazando a Berta Soler, líder de las Damas de Blanco.
Existen además sospechas de que agentes cubanos tratan de poner nerviosos a los diplomáticos por medio de vigilarlos con agentes de la seguridad claramente visibles, y cortándoles en ocasiones los servicios de electricidad y agua a sus casas, dijo uno de los funcionarios.
“En numerosas ocasiones hemos protestado por este acoso y vilipendio, porque las convenciones de Viena establecen que el gobierno cubano tiene que responsabilizarse por la seguridad de nuestro personal, que lleva a cabo funciones diplomáticas estándar”, señaló otro funcionario.
El gobierno cubano califica regularmente a los disidentes de “mercenarios” pagados por Washington para socavar el sistema comunista, y considera altamente sospechoso a todo aquel que se acerque a los críticos del gobierno.
Los diplomáticos estadounidenses en La Habana asignados a la Sección de Intereses han recibido un tratamiento particularmente duro.
Funcionarios del Departamento de Estado se han quejado en el pasado de que los cubanos han vandalizado los vehículos de los diplomáticos, se han colado en sus casas para dejar intimidatorias señales de su presencia —heces fecales en por lo menos uno de los casos— y tratado de envenenar a dos mascotas familiares.
En meses recientes no se han reportado casos de esta gravedad. La Sección de Intereses Cubanos en Washington no respondió a correos electrónicos pidiendo que comentaran sobre esta historia.
La hostilidad del gobierno cubano hacia los diplomáticos estadounidenses en La Habana quedó subrayada a principios de este mes, luego de que la Casa Blanca anunció que el diplomático estadounidense Ricardo Zúñiga había sido designado para presidir la sección del hemisferio occidental del Consejo de Seguridad Nacional.
El periódico oficial Granma reportó el 6 de junio que Zúñiga, quien fungió como observador de los derechos humanos en La Habana en el 2003, se ocupaba de “las operaciones sucias de subversión y desestabilización” y era un “vendedor itinerante de las ideas más retrógradas y anticubanas”.
Los funcionarios del gobierno de Estados Unidos añadieron que la restricción a los viajes de los diplomáticos estadounidenses y cubanos asignados al otro país siguen siendo muy estrictas a pesar de repetidas propuestas de la administración de Obama para aligerarlas significativamente.
Los diplomáticos estadounidenses en La Habana y los diplomáticos cubanos en Washington y en las Naciones Unidas, en Nueva York, tienen ahora que pedir permiso al gobierno anfitrión antes de poder viajar fuera de los límites establecidos, en un radio de apenas 25 millas.
Washington ha ofrecido varias veces que se exija sólo una notificación previa del viaje, indicaron los funcionarios de Estados Unidos. Pero Cuba rechazó la oferta, diciendo que los estadounidenses se aprovecharían del aumento de libertad para reunirse más frecuentemente con “indeseables”.
Las autoridades cubanas casi siempre rechazan o no responden a las solicitudes estadounidenses de viajar fuera de los límites de La Habana para reuniones con funcionarios de los gobiernos o del partido comunista provinciales, funcionarios sindicales, académicos o estudiantes, explicó uno de los funcionarios.
Con seguridad rechazarían cualquier solicitud para reunirse con disidentes en las provincias, agregó, aunque los diplomáticos estadounidenses logran evadir esto diciendo que se proponen reunirse con grupos de la sociedad civil.
El Departamento de Estado impone el “tratamiento recíproco” cuando se trata de solicitudes de diplomáticos cubanos para visitar universidades estadounidenses, por ejemplo, aprobándolas o rechazándolas basándose en las respuestas a las solicitudes estadounidenses en La Habana, agregaron los funcionarios.
La aprobación de las visas de los diplomáticos estadounidenses y cubanos asignados a trabajar en el otro país han funcionado con relativa facilidad, porque ambas partes están interesadas en mantener misiones diplomáticas eficientes..
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