El gobierno no cederá el control de Internet
Por Pablo Pascual Méndez Piña-LA HABANA, Cuba
Según fuentes que solicitaron el anonimato, existen grandes posibilidades de que el cable de fibra óptica tendido entre Venezuela y Cuba comience a prestar servicios oficialmente a partir de septiembre próximo.
Una delegación del Ministerio de la Informática y las Comunicaciones de Cuba se habría reunido con la entidad estatal de telecomunicaciones venezolana, a principios de junio, en Kingston, Jamaica, para tratar sobre las contrataciones de las primeras interconexiones físicas entre Venezuela, Cuba y Jamaica.
Posteriormente, el ramal conectará a Haití, República Dominicana, San Vicente y las Granadinas, Antigua, Barbuda y Dominica, dentro del marco de la Alternativa Bolivariana para América Latina (ALBA), que persigue contar con un sistema de telecomunicaciones independiente.
Después que el cable llegó a las costas cubanas, el 9 de febrero de 2011, su puesta en marcha se ha convertido en un misterio y el régimen guarda silencio ante los rumores y desinformaciones que se proliferan en las calles.
Según los comentarios más difundidos, el cable no reúne los requerimientos técnicos necesarios. Unos dicen que fue mordido por tiburones atraídos por las resonancias electromagnéticas, otros que fue saboteado financieramente por dos vice-ministros de la informática y las comunicaciones, vinculados a un escándalo de corrupción.
Se dice que tan pronto se active el cable, la velocidad de conexión será tres mil veces superior para transmitir datos, voz e imágenes, además de disponer de 640 megabits para el enlace exterior, todo lo cual permitirá la realización simultánea de 10 millones de llamadas telefónicas. Sin embargo, estos beneficios no entusiasman demasiado al cauteloso régimen, que quiere que el acceso a Internet para los cubanos sea muy controlado.
En la actualidad, el servicio de Internet en Cuba sólo abarca las instituciones gubernamentales, o entidades de la salud, educación, científicas y, en menor grado, gremiales. El servicio a particulares es extremadamente escaso y selectivo, y de forma “conmutada” (a través de las líneas telefónicas). Existe también un sistema “aditivo” (línea independiente), que facilita mayor velocidad, pero, según los rumores, éste solo será ofrecido cuando el gobierno disponga de recursos financieros y técnicos; y será solo para quienes pasen por el filtro de la Seguridad del Estado.
Se sabe que en su afán por limitar el acceso a la información y la libertad de expresión de los ciudadanos, a través de las redes sociales, el régimen cubano tomará medidas.
Una de ellas serán la creación de Ciber-salas públicas, que se rumora serán adornadas con imágenes de dirigentes y mártires de la revolución, y letrereos con propaganda revolucionaria. Los refrescadores de pantalla serán programados con retratos y frases del comandante en jefe. Más importante aun es que se impondrán estrictos reglamentos que regulen los sitios que el ususario podrá visitar, al tiempo que profesionales de la informática y la Seguridad del Estado monitorearán constantemente a los cibernautas.
Las fuentes agregan que se prevé que los precios sean altos, para inhibir el acceso masivo a la red, el cual se hará mediante tarjetas pre-pagadas en moneda convertible.
A Cuba, como a cualquier país en el mundo actual, le resulta imposible prescindir del Internet; pero sus redes sociales y la avalancha de información representan un peligro para la dictadura totalitaria, que se sostiene en gran medida gracias a la desinformación y el aislamiento en que mantiene sumido a nuestro pueblo. Como ejemplo de la paranoia gubernamental respecto al acceso a la red podemos citar el caso de un general de brigada y jefe de la dirección de servicios médicos del Estado Mayor General del MINFAR, que fue degradado y destituido del cargo por visitar los sitios de la llamada prensa contrarrevolucionaria.
Tal vez algunos cubanos más tendrán pronto acceso al temido pero indispensable Internet, no obstante todo indica que el régimen no tiene entre sus planes renunciar al control de la información y ya se prepara para tomar medidas que eviten, a como dé lugar, que nuestro pueblo accede a información no conveniente.