LA INGRATITUD La ingratitud es un pecado que puede herir profundamente a las personas que se han sacrificado por nosotros: a los padres, hermanos o amigos Cualquier tipo de maldad es el trueno; la ingratiud es el rayo. El trueno asusta, pero el rayo mata. La ingratitud es la insensibilidad a los favores recibidos. Es la amnesia del corazón. Es inútil esperar bien de los malvados, ellos nunca corresponden a los favores Por más miel y leche que usted diera a las víboras, veneno solamente le escupirán. ¿Quién no ha sido pagado con ingratitud? El que no sepa de ingratitudes poco bien habrá hecho en la vida. Pero bueno, ¿qué importa la ingratitud de los hombres? Al fin y al cabo, al servir, uno solo trata de hacer el bien y no de colocar fondos ni de recibir recompensas. Es preferible crear ingratos que dejar de hacer el bien. Además, el mal pago añade mérito a las buenas obras. Quien sirve conocerá a veces la ingratitud pero también la emoción de dar. Y siempre se encontrará gente noble y agradecida. De todas las personas las únicas que serán realmente felices son aquellas que busquen y hallen la manera de ser útiles a los demás. Siembre semillas buenas de paz y de optimismo. Viviendo según su recta conciencia. Ayude a otros lo más que pueda, de tal forma que su vida sea una alegría constante porque hace el bien a todos. No se pregunte si ellos le agradecerán o retribuirán. Haga el bien sin pensar en la recompensa, porque solo así demostrará amor para con todos. Tienda sus manos para hacer el bien por el bien mismo y no por el galardón. Esperar gratitud, nunca debe entrar en nuestros cálculos. Aquél, que haciendo beneficio espera la gratitud, carece de generosidad y aquel que extraña no recibirla, carece desentido común; de manera que no hay que pedir a los hombres que agradezcan el beneficio; tal vez, lo que hay que pedirles es que no se venguen de haberlo recibido.
La ingratitud es la hija de la soberbia
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