Massiel: “Es un buen momento para jubilarme”
Massiel, en un momento de la obra 'Follies',
representada con éxito, hasta el pasado sábado, en el Teatro Español. Foto: Pepe Zaibi
Hay algo peor que proponerle una entrevista a Massiel: proponerle una entrevista a Massiel en este verano de alertas naranjas de Madrid. Te citará un día y tú irás puntual, pero luego te dirá que no le da tiempo a nada y que está agobiada y que vuelvas al día siguiente, y al día siguiente te mandará un SMS y te dirá: “Hoy no puedo. Lo siento. Se ha retrasado todo y estoy con antibiótico. No te puedo atender como debo”. Finalmente, si no eres un periodista demasiado orgulloso, harás la entrevista. Y entonces comprenderás que mereció la pena: habla mucho, a veces de forma divertida, otras de forma desgarrada, y siempre incorrectamente y sin pelos en la lengua, lo cual se agradece en tiempos de contención. Massiel es imprevisible y auténtica. Y hasta hace dos días aparecía todas las tardes, después de caminar bajo los cuarenta grados de Madrid, por el Teatro Español con su perrito, el “compañero” con el que se la ve Gran Vía arriba, Gran Vía abajo, donde tiene un ático.
Massiel, el viernes pasado, en el 'Salón de Té' del Teatro Español. Foto: Curro Cañete
Massiel quiere mucho a su perro, pero lo que de verdad le gustaría tener es un marido, ese amor con el que compartir la vida por el que a tantas cosas renunció en su momento. Esa familia estable, esa felicidad doméstica, con la que siempre soñó. Massiel se casó tres veces y se separó tres veces, por lo que ha sufrido mucho, mucho por amor. “En el terreno amoroso no he sido una mujer afortunada. Me casé tres veces con la intención de que fuera ‘para toda la vida’, pero no cuajó. Julio Iglesias, que siempre habla bien de mí, lo dice: que podría haberlo tenido todo en América y que no entiende cómo no aproveché la oportunidad. Él quería triunfar, pero yo lo que quería era una familia”, me contaba Massiel el otro día.
Efectivamente, pudo triunfar en América. Quienes vivieron aquellos años saben que el éxito de Massiel fue mundial y que no sólo se sostiene en ese ‘La, la, la’ tan recurrido que hizo que ganara aquel Eurovisión que era para Serrat y que finalmente ganó ella sin que le hubiera dado tiempo ni a preparar la actuación. Tiene películas (algunas maravillosas, como ‘La vida alegre’ de Fernando Colomo), obras de teatro y muchos éxitos musicales. Y aunque a ella le encantaba actuar (considera la interpretación como su verdadera vocación), comprendió pronto que con la canción era con lo que mejor se iba a ganar la vida. Y cantó, cantó mucho. Fue a Festivales en los que ofreció conciertos ante 30.000 personas, sacó discos de éxito, y un día decidió que ya no cantaba más. Que se retiraba de la canción. “Pero es muy largo de explicar, y a mí me causa mucho dolor. Fue una gran putada, un gran engaño, una tremenda traición que me hicieron, y me retiré por no matarlos.”
Con Chema Noci, actor, y peluquero en el 'Teatro Español'. Foto: CC
También ha sufrido con los juicios de valor, pues, debajo de esas capas de cebolla que la hacen parecer una mujer muy fuerte, hay una mujer extremadamente vulnerable, como cuenta ella y como cuentan quienes le conocen. Chema Noci, peluquero y maquillador en el Teatro Español, por ejemplo, cuenta que es “muy amiga de sus amigos, y lo pasa mal cuando alguien cercano lo pasa mal. Siempre intenta ayudar”.
Mario Gas (izquierda), Asunción Balaguer, que interpreta deliciosamente a Hattie Walker en 'Follies'
y Massiel, el día del estreno de la obra. Foto: Pepe Zaibi.
El sábado pasado fue la última oportunidad de ver a Massiel en este espléndido –y de incierto futuro- teatro, donde ha estado interpretando a Carlota Champion en ‘Follies’, la espléndida comedia musical en la que destacan Carlos Hipólito y Vicky Peña. Con ‘Follies’ Mario Gas dice adiós al Teatro Español tras ocho años como director. La obra con la que el prolífico director se despide de forma triunfal: ha sido un éxito de público y de crítica desde que se estrenó el pasado mes de febrero. ‘Follies’, que se inspira en el mundialmente famoso musical de Stephen Sondheim, también inspirado en un libro de James Goldman, cuenta de forma agridulce la desaparición de un teatro, algo que sirve como triste metáfora para cerrar la maravillosa etapa que ha conocido el Español bajo la dirección de Gas.
“La veo a usted muy bien desde arriba”, dijo de pronto Mario Gas, guasón, desde la segunda planta, mientras Chema peinaba a nuestra diva en una sala de maquillaje llena de vestidos bonitos, de pelucas, de tocados con plumas. Y sí, Massiel está muy bien: cada día que ha salido al escenario y ha cantado ‘I’m still here’ el público ha aplaudido con fuerza y entusiasmo, validando más que generosamente su regreso a los escenarios. “Yo sólo he vuelto a subirme a un escenario porque era un proyecto tan maravilloso como éste, y porque era con Mario Gas. Si no, no vuelvo. Él me llamó a los dos días de morir mi madre, y aunque yo no conocía la obra, sí conocía la canción. Además, la escuché cantar una vez, en unos premios Oscar, de madrugada, no recuerdo a quién, pero sí recuerdo que dije, esa canción un día la cantaré yo… Creo que sería un buen momento para jubilarme”
-¿Has pensado en jubilarte? -Sería un buen momento. Voy a hacer 65 años y no creo que pueda hacerlo con una obra mejor, ni con mejor compañía, ni con mejor texto. ¿Qué mejor que retirarme después de hacer un Sondheim con veinte músicos, dirigido por Mario Gas? Además, el del Teatro Español fue el primer escenario que pisé, cuando tenía doce años… la vida es cíclica. La vida es cíclica y, en el caso de Massiel, vertiginosa. “Tengo la sensación de que he pasado por la vida dando saltos, pero nunca he perdido la sonrisa. Nunca han conseguido borrármela”, decía el viernes pasado, mientras avanzábamos por los pasillos del Teatro Español, en busca de un vaso de agua que calmara el calor y la sed de este verano insano de Madrid. Era el penúltimo día de ‘Follies’ y Massiel, después de estos meses de obra diaria, estaba agotada, pero sonreía. Y hacía bromas. “El trabajo tiene un gran desgaste emocional y físico, pero también produce enormes satisfacciones”, dice Mario Gas, y Massiel, seguramente, le da la razón: cuentan que tras la última función se emocionó. Porque tiene genio y voz grave , pero una vida intensa, y un corazoncito excepcional.
-‘Follies’ se ha despedido de Teatro Español, pero hay, como mínimo, otra oportunidad de disfrutar de esta excepcional comedia musical: se ofrecerá en el Festival de Peralada los días 27 y 28 de julio.
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