“Si quieren discutir los problemas de democracia, como dicen ellos, libertad de prensa , de derechos humanos, todos esos cuentos que han inventado en los últimos años, sobre todo lo de los derechos humanos, vamos a discutir lo de Cuba”, agregó Castro.

Fuentes de la oposición interna cubana desestimaron el discurso oficial de Castro y cuestionaron sus intenciones de analizar temas de largo alcance.

“Es un mensaje repetitivo. Creo que es una actitud hipócrita de un gobierno que humilla y maltrata a su propio pueblo”, manifestó desde La Habana el opositor y ex preso político, Oscar Elías Biscet, en una entrevista telefónica a El Nuevo Herald.

Recientemente el movimiento opositor ha sido objeto de una fuerte ola represiva, arrestos injustificados y vigilancia policial personalizada. El lunes las autoridades cubanas detuvieron violentamente a medio centenar de disidentes en los servicios fúnebres de Oswaldo Payá, fundador del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), en la capital cubana.

Berta Soler, líder de las Damas de Blanco, comentó que Castro debe dar muestras de cambio y transparencia en la isla antes de analizar la agenda cubana a nivel internacional.

“El gobierno de Castro y sus allegados son violadores de los derechos elementales y de muchas otras cosas más que el pueblo de Cuba no tiene por qué estar sufriendo”, dijo Soler.

En ese sentido el activista Elizardo Sánchez Santa Cruz, director de la ilegal pero tolerada Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, radicada en La Habana, declaró que no percibe ninguna cuota de “sinceridad” en el ofrecimiento hecho por Castro.

“La única disposición muy clara que veo en el gobierno de Raúl Castro es su intención de perpetuarse en el poder sin hacer ningún tipo de reformas verdaderas”, puntualizó Sánchez.

Mientras tanto, en La Habana, la revista católica Espacio Laical pidió al Estado cubano que no obstruya las nuevas formas de asociación y debate que se originan en el país como iniciativas “independientes y pacíficas” al margen de las instituciones gubernamentales.

“Los nuevos proyectos a los que nos referimos se conciben con otra naturaleza: no son hostiles al Estado, pero se consideran autónomos, como foros donde pueden converger actores de diferentes sectores sociales y de diversos intereses”, escribió Espacio Laical.

Antonio G. Rodiles, director de Estado de Sats, un movimiento radicado en La Habana que promueve el intercambio de ideas y la discusión de la realidad de la isla, hizo votos para que el editorial de la revista sea tomado en cuenta por las autoridades cubanas.

“Espacio Laical se está refiriendo a todo el espectro y me parece magnífico”, dijo Rodiles. “Ahora espero que el gobierno tome una posición de inclusión”.