No sólo tienen que superar los mitos sobre los gays en el deporte, sino también los relativos a su discapacidad. Quizá eso explique el reducido porcentaje de deportistas que han admitido su orientación sexual. Sólo dos atletas de los 4.200 que asistirán a los Juegos Paralímpicos de Londres, un sorprendente 0,05%, han salido públicamente del armario.
Ambos atletas han nacido en Gran Bretaña, se llaman Lee Pearson y Claire Harvey, y son los encargados de portar la bandera del equipo de LGBT en los Juegos Paralímpicos. El jinete Pearson nació con artrogriposis múltiple congénita, un trastorno poco frecuente que se caracteriza por múltiples contracturas articulares. Pearson se ha convertido en uno de los atletas británicos más exitosos de todos los tiempos: nueve medallas de oro lo certifican. ”Me encanta lo que soy y desde luego no tengo ningún problema con ser gay”, asegura.
A diferencia de Pearson, hasta hace unos años Harvey se encontraba en plenitud física. En 2008 un coche se estrelló con ella cuando iba en bicicleta. Esto le impidió utilizar su pierna derecha. A los dos años de trabajo duro, fue la elegida para representar a Gran Bretaña en los Juegos Paralímpicos de 2012. Juega al voleibol paralímpico y tendrá la oportunidad de ganar una medalla desde ayer, 29 de agosto, hasta el 9 de septiembre.
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