Cuba recupera el miedo al apagón
Dos personas sentadas a la puerta de una casa en La Habana durante el apagón
Por Ángel Tomás González | La Habana
Hay una pesadilla histórica que comparten los cubanos que viven en la isla. Y es que algún día el país sufra un irrecuperable infarto de apagón eléctrico. Ese temor brotó en los pasados años 90 del pasado siglo cuando por causa del derrumbe de la ex Unión Soviética, la isla perdió el abastecimiento anual de unos 12 millones de toneladas de petróleo. Durante esa década a Cuba se le comparaba como un árbol de Navidad. Durante horas algunas provincias tenían electricidad y otras permanecían apagadas. Los cortes de electricidad, entonces, duraban más de 16 horas cada día. 'El Gran Apagón' se llama la obra pictórica del artista Pedro Pablo Oliva, que se exhibe en el Museo Nacional, y donde el artista testificó su visión del país apagado de una punta a la otra y las ocupaciones de su gente en esa oscuridad total.
El susto público del "gran apagón" se activó la noche del pasado domingo cuando, a la hora de transmisión del oficialista telediario -a las 20.08 horas- La Habana se alojó en la oscuridad. Al principio los habaneros pensaron que era un corte de electricidad temporal en su barriada, como ocurre en ocasiones. Y cuando eso sucede, según el informal protocolo que ha impuesto la sabiduría popular del apagón, se llama por teléfono a amigos o familiares que vivan en otra zona y se les pregunta si tienen electricidad con el propósito de visitarlos durante las horas del apagón. Está mal visto no ofrecer refugio temporal a los amigos o familiares "apagados". Por razón de esas llamadas telefónicas en breve tiempo los habaneros conocieron que toda la capital estaba sin electricidad. El susto aumentó cuando por llamadas telefónicas y el "boca a boca" en las vecindades circuló la información que la mitad de la isla estaba apagada.
Ante esa noticia, todavía sin confirmación oficial, los vecinos de mi barriada que salieron a la calle para escapar del severo calor dentro de las viviendas, dieron prioridad al tema de cómo evitar que se les echara a perder los alimentos que han logrado "resolver" para comer en los próximos días. Hubo debate especulativo sobre las horas que puede aguantar un pollo guardado en el congelador de la nevera antes de echarse a perder. Y no faltaron las recetas culinarias más efectivas para hacer perdurar los alimentos ante la carencia de electricidad. Los únicos edificios con luces eran los hoteles, hospitales y casas de diplomáticos que disponen de generadores eléctricos.
Dado el intenso calor dentro de las casas y la imposibilidad de combatirlo con el aire de ventiladores, algunos vecinos subieron colchonetas a las azoteas de sus viviendas para dormir a la intemperie. Una estampa que no se veía desde los años 90.
Los vecinos que tienen radios portátiles de batería informaron a los noctámbulos de la barriada que se había emitido una nota oficial de la empresa estatal Unión Eléctrica alegando que a las 20.08 del domingo "se produjo una interrupción en una línea de transmisión de 220.000 voltios entre Ciego de Ávila y Santa Clara". La avería ocasionó "afectaciones al servicio eléctrico desde Camagüey (centro del país) hasta Pinar del Río", en el extremo oriente, explicó la citada compañía en un comunicado leído en la televisión casi cuatro horas después del corte de luz. La electricidad se restableció a las 2 de la madrugada de este lunes. Un apagón de esa magnitud no se vivía en la isla desde los años 90.