Vivir juntos pero separados
EL SISTEMA LAT (LIVING APART TOGETHER) EN LA PAREJA
El sistema LAT (living apart together), que traducido sería algo así como “vivir juntos pero separados” se refiere a una manera de llevar una relación de pareja, que cada vez más personas adoptan en nuestra cambiante sociedad. En personas jóvenes es más habitual que la pareja viva en la misma vivienda, ya que se da muy a menudo la proyección de la futura o incluso inmediata formación de una familia, o simplemente el deseo de experimentar una vida en común. En cambio, en personas separadas o divorciadas, el sistema LAT se muestra como muy aconsejable en determinados casos. Por ejemplo cuando hay hijos, sobre todo adolescentes, ocurre que una “nueva familia” no da siempre buenos resultados, son muchas las variables y pueden crearse conflictos tan fuertes, que llegan a afectar muy seriamente la propia vida de pareja así como el equilibrio afectivo de los niños o jóvenes.
Pienso que todavía está muy arraigada la idea romántica tradicional de que una pareja, si se quiere de verdad, debe inexorablemente vivir junta. Las críticas más frecuentes y “tópicas” del sistema LAT son: “eso no es amor, es un rollete”, “si uno se quiere desea vivir siempre con su pareja”, “son unos egoístas”, etc. Personalmente creo también en el amor romántico, en la vida en común, pero reconozco que no es la única manera de tener una relación y que está bien ser flexible y capaz de cambiar los esquemas tradicionales si la situación lo requiere, o simplemente si uno desea que así sea porque es como mejor puede llevar una relación.
En el supuesto que el hecho de convivir sea complejo porque hay hijos, o por lugares distintos de residencia y trabajo u otros motivos, el sistema LAT es tan válido a nivel de relación estable como otro más tradicional. No olvidemos que una buena y sólida relación de pareja se basa en tres pilares imprescindibles: amistad profunda, pasión, compromiso. Nuestra pareja debe ser nuestro gran amigo/a, esa persona en la que se puede confiar a todos los niveles; debe darse también, lógicamente, el factor atracción física, la hermosa pasión, y en el 99% de los casos, las parejas quieren compromiso, que implica fidelidad, trato con familiares y amigos, ese “mostrar al mundo” esa persona tan especial para uno/a.
Las ventajas del sistema LAT (con hijos o sin ellos) son que cada persona mantiene su espacio, se da el factor de “intimidad afectiva consigo mismo”, ese “llenarse” para poder luego dar más al otro. Si una persona vive por ejemplo sola pero tiene pareja, a la cual ve principalmente los fines de semana, compartiendo entonces todo tipo de actividades, o simplemente estando juntos, dispone durante la semana de su espacio propio, tanto para el trabajo como para llevar a cabo actividades que le hagan crecer como persona y eso no es para nada incompatible con una relación de estable y con mucho amor. Lógicamente, llevando una relación de ese tipo, la persona ha de saber que “puede siempre contar con el otro”, que el otro está ahí, aunque no vivan juntos los siete días de la semana.
Espero haber contribuido con este escrito a abrir nuevas perspectivas para no limitarse sólo a los esquemas tradicionales de nuestra sociedad. Para terminar: el amor es amor, eso es lo más importante, el modo cómo se viva ese amor ya depende de las circunstancias de cada uno.
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Conxita Fuentes
Psicóloga-Coach personal
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