Lady Gaga en Barcelona: el show debe continuar
A quienes me conoces mínimamente o habeis leído algún post musical mío o teneis la desgracia de seguirme en Twitter sabreis de sobra que Lady Gaga no es de mis artistas favoritas. Quizá por eso, cuando dije que iba a verla en concierto mis amigos y algún que otro compañero de Ambiente G hicieron bromas de lo poco fiel que soy a mis principios.
Pero siempre he creído que para criticar a alguien, en este caso a un artista, has de conocer su obra. Vaya, poder criticar con bases y con conocimiento de causa. Eso y que Gaga ha marcado, como ya lo hicieran las Spice Girls en su día, un antes y un después. Pese a quién pese.
Así que este sábado pude ver a la gran diva revolucionaria en directo en el Palau Sant Jordi de Barcelona, con el Born This Way Ball Tour. Intentaré que mi punto de vista sea lo más imparcial posible. Cosas buenas y cosas malas de un show.
Lo más negativo que tiene el Born This Way Ball es que es un concierto sólo para fans. Me explico. Gaga se ha convertido en una especie de Whedon del pop (si Whedon me leyera…). Ha creado su propio microuniverso, su mitología, sus iconos, su lenguaje. Todo está lleno de referencias que sólo los little monsters comprenden. Hasta cierto punto puedo llegar a entender e incluso defender ese colectivismo, ese sentirte parte de un algo intangible. Casi como una religión. Pero debes dejar la puerta abierta a los incautos que no conocen tanto la carrera de una artista.
Eso sí, como fan que soy, me pareció absolutamente genial ciertos momentazos en los que todo el Palau Sant Jordi se rendía ante ciertas canciones y movían los brazos a las órdenes de Gaga. El fenómeno fan es algo que sólo los fans comprendemos. El resto lo ven como algo ridículo, pero no lo es.
Otro punto negativo del Born This Way Ball Tour son los ritmos. Entiendo perfectamente que Gaga les da a los fans lo que quieren de ella. Quieren miles de cambios de vestuario. Pero si el precio a pagar son un par de minutos de bailarines e instrumental, quizá habría que plantearse las cosas. Vaya que un directo es para lucirlo y aprovechar la energía. Que para cambios de vestuario imposibles, siempre tendrás los videoclips.
No entraré en la absurda polémica del playback. Creo que Gaga no hace playback. Creo que Gaga lleva los estribillos pregrabados y cuando no los canta, siguen sonando. Pero creo que se ve a la legua. Si te estás currando una coreo demencial, normal que no te lleguen los pulmones para cantar, pero que no quieras que se pierda el estribillo. Esto es pop, en el pop es permisible que las divas no canten los estribillos. Pero si Gaga llevase micro de mano y fuera más obvio que no lo canta, quizá no habría tanto debate absurdo.
Otro de los puntos negativos es el inicio y fin de algunas canciones. Que se oiga su voz pero no se la vea cantar, no queda bonito. Retirarte del escenario y que siga sonando tu voz es como el fade out en un single: algo que no debería permitirse. Nunca.
La parte positiva-negativa de que Gaga hable tanto es que rompe los ritmos pero demuestra acercamiento. Tener a una tía hablando tanto, tanto rato puede llegar a desesperar al que no hable inglés o al que le importe un carajo que a Gaga le importe un carajo que tengamos que trabajar el domingo. Pero veo guay que hable tanto con los fans. No me gusta cuando has pagado más de 100€ por ver a una rubia en un escenario y no se digna a mirar a sus fans ni a decirles que no lloren.
De las cosas más positivas que vi en Born This Way Ball Tour y la más destacable para mi, fue la profesionalidad de Gaga. Algo que francamente no me esperaba y que me ha sorprendido gratamente. El pop es una máquina muy cruel que ha de funcionar la perfección. Desde quién compone las canciones al tío que durante la gira instala los focos. Todos y todas forman parte de un proceso milimétrico que puede hacer que algo sea un éxito o que sea un cagarro.
Bailarines atentos a que la moto-Gaga no se caiga cuando se atasca a mitad camino, bailarín que disimula mientras estás algo indispuesta, técnicos que limpian el escenario, músicos que interactuan con tus fans. Todos piezas de la maquinaria Gaga.
Pero la que más me sorprendió fue ella. ¿Que se rompe el tirante? Pues te pones la camiseta del Barça. ¿Que estás indispuesta? Disimulas, incluso bailas y, aunque con parada, acabas el concierto como está previsto. ¿Cuántas cantantas de nueva hornada han dejado a sus fans tirados por una resaca o por ir muy pedo? Cuando vimos a Gaga hacer un Bieber, pensé que la tía paraba y allí nos quedábamos todos. Pero no, show must go on, y siguió como si nada. Mucha gente ni se dio cuenta.
Gaga es consciente de quién le está pagando la comida caliente. Los fans. Que son los que pagan por sus discos, su perfume y su gira. Ella devuelve ese pago. Recuerda su primera actuación en Madrid, coge todos los regalos, habla con los fans. Ese acercamiento al pueblo llano, el olvidarte por dos horas del divismo, de las excentricidades, como fan, me gustó.
A nivel musical, todo muy correcto. Me sorprendió que el final del show fuera tan poco de hits. Quiero decir, lo más normal es acabar un show así con tu single más tocho. Pero, a gustos colores.
Superafavor de las partes intimistas de Gaga con un piano, demostrando que canta bien y que sabe tocar algo más que una guitarra eléctrica o una pandereta. Supernecontra de cuando se ponía un pianillo falso en plan atrezzo porque desmerecía a las veces que el piano era real.
Resumiendo y acabando: el Born This Way Ball Tour es todo un espectáculo, con ese castillo de Greyskull que se abre y se cierra, que entretiene, que te pone de pie para bailar y te hace vibrar.
Nota: las entradas para el Born This Way Ball Tour de Lady Gaga han sido un regalo de Skype. Para más información consulta nuestra política de relaciones con empresas.
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