Los Marlins de Miami despiden al controversial Ozzie Guillén
LUIS E. RANGEL
Las sonrisas se evaporaron. Lo que en un principio fue irreverencia se convirtió en malestar, y Oswaldo Guillén ya no gustó más.
Los Marlins de Miami anunciaron el despido del dirigente venezolano, poco más de un año después de su arribo entre bombos y platillos y tras recibir un contrato de cuatro temporadas por $10 millones.
Guillén fue una de las grandes firmas del conjunto marino para el 2012, el primer año de la repotenciada franquicia que estrenó estadio y una nueva identidad.
Con el estratega venezolano al frente y la adquisición de tres agentes libres por $191 millones (José Reyes, Mark Buehrle y Heath Bell), el equipo llegó al complejo primaveral de Jupiter con grandes expectativas, las mayores en la historia de la organización.
Sin embargo, los peces nunca levantaron vuelo y en medio de una ofensiva que jamás carburó, las esperanzas se fueron volviendo una humareda.
Al concluir la contienda, los peces dormían en el sótano de la división con balance de 69-93.
“Sentíamos que teníamos un buen equipo al empezar la temporada, pero sencillamente no jugamos bien”, declaró el presidente de operaciones de béisbol de la organización, Larry Beinfest, durante una conferencia de prensa telefónica. “Al final fue una campaña decepcionante para todos. Sentimos que todos debimos haber hecho un mejor trabajo”.
El único mánager latino en haber ganado una Serie Mundial también es conocido por sus controversiales declaraciones y su paso por Miami no fue la excepción. Durante una entrevista con la revista Time, el estratega afirmó que “quería a Fidel Castro”, palabras que de inmediato iniciaron una reacción en cadena en la ciudad, en donde el ex gobernante cubano es quizás el tema más sensible de la comunidad.
Guillén pidió disculpas de forma pública y fue suspendido por cinco partidos.
“Aquello fue un ojo morado para Ozzie y la organización. Eso lo reconocemos. Pero no es justo decir que lo despedimos por eso. Ozzie fue despedido tras la evaluación de una serie de cosas y decidimos seguir adelante”, apuntó Beinfest.
El despedido de Guillén es el segundo movimiento importante que hace el club en la semana, después de haber enviado a Bell a los Diamondbacks de Arizona a cambio de un pelotero de Ligas Menores. Pese a que no estarán más en el club, los Marlins serán responsables de pagarle los restantes $7.5 millones del contrato a Guillén y más $8 millones a Bell.
En cuanto al resto del cuerpo técnico, Beinfest no quiso hacer comentarios al respecto.
Desde finales de la temporada se empezó a rumorar la posibilidad de que Guillén fuera despedido. Fue durante las reuniones que realiza el alto mando —en las que participa el propietario Jeffrey Loria— que se tomó la decisión.
“Yo fui el encargado de hablar con Guillén”, indicó Beinfest, quien se comunicó con el dirigente alrededor de las 3 p.m. “Lamentablemente tuvimos que hacerlo por teléfono porque él está viajando. Fue una conversación rápida en la que él agradeció la oportunidad que le dimos. Fue muy profesional”.
Ahora los peces buscarán su octavo mánager de los últimos 12 años, lapso en que el Loria adquirió la organización. También sería el quinto estratega en las últimas cinco contiendas.
“Estamos empezando nuestra búsqueda en este momento. Toda la organización hará recomendaciones y vamos a crear una lista. La idea es que la próxima persona pueda, junto con todo el talento que tenemos, encontrar la manera de reencontrar nuestra cultura ganadora”, añadió Beinfest.
Entre los candidatos se ha mencionado al ex catcher Mike Redmond, así como al ex antesalista Mike Lowell, uno de los peloteros más emblemáticos en la historia de los Marlins. El boricua, sin embargo, dijo recientemente que no estaba buscando un puesto como dirigente.
Aunque ninguno tiene experiencia dirigiendo —Redmond lo ha hecho dos años pero en Ligas Menores—, Beinfest aseguró que los peces no descartaban la posibilidad de contratar a alguien que nunca haya sujetado las riendas de un club.
“Estamos abiertos a todo. Hay buenos ejemplos de personas como [Mike] Matheny [mánager de los Cardenales de San Luis] y [Robin] Ventura [de los Medias Blancas de Chicago], que tuvieron años tremendos y justo acababan de retirarse [como peloteros] cuando fueron contratados como dirigentes”, comentó Beinfest.
En todo caso, el equipo tiene delineado el perfil de la persona que están buscando para sustituir a Guillén.
“Lo que buscamos es ganar. Buscamos a alguien que pueda sacar el máximo de nuestro talento, que sepa como inspirar a los muchachos cuando estén cabizbajos o no estén rindiendo, que tenga buena comunicación con la gerencia y el dueño. Alguien con el que trabajemos juntos hacia la meta final, que es ganar”, enfatizó el ejecutivo.