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General: Afirman que represor cubano vive en Florida
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De: cubanet20  (Mensaje original) Enviado: 26/10/2012 15:55
 
Afirman que represor cubano vive en
 el sur de la Florida
Guillermo Fariñas
Futuro de CubaImprimirPor Juan O. Tamayo
Se afirma que un ex jefe de prisiones en la provincia de Villa Clara, en Cuba, está viviendo en el sur de la Florida a pesar de acusaciones de que le negó tratamiento médico a un preso y le arrancó los tubos de alimentación intravenosa a otro que se encontraba en huelga de hambre.
También se informó que Marino Rivera, de unos 80 años de edad, y su esposa, una ex oficial de migración en la capital provincial, Santa Clara, han hecho más de un viaje a la isla, aunque generalmente Cuba le impide el regreso a los desertores.
 
Santiago Alpízar y Wilfredo Allen, abogados de inmigración de Miami, informaron que contactaron a fiscales federales de EEUU para saber cómo se le pudo permitir la entrada a Estados Unidos a Rivera a pesar de sus antecedentes.
 
Rivera y su esposa eran ambos altos oficiales en el Ministerio del Interior, a cargo de la seguridad interna, las prisiones y los bomberos, y eran miembros del Partido Comunista. No se pudo localizar a ninguno de los dos para que hicieran comentarios.
 
Guillermo Fariñas, un disidente de Santa Clara ganador del premio Sájarov de derechos humanos del Parlamento Europeo en el 2010, dijo que Rivera le arrancó dos agujas intravenosas de sus brazos en un brote de cólera durante una de sus muchas huelgas de hambre en 1998.
 
Fariñas agregó que cumplía una sentencia a tres años de prisión por incitación al delito cuando comenzó la huelga de hambre y después de 35 días terminó en el Hospital Celestino Hernández, en Santa Clara, con tubos intravenosos de alimentación en ambos brazos.
 
“Yo estaba en una cama en la sala penal y él entró, como jefe de cárceles y prisiones, para hablarme de buena manera para que dejara la huelga”, aseguró Fariñas desde su casa por teléfono el jueves.
 
“Pero entonces empezamos a discutir y el explotó y entró en cólera. Me arrancó las dos agujas de un tirón. Simplemente me las arrancó”, declaró Fariñas. “El gritó que los opositores no necesitaban sueros. Necesitaban que los mataran”.
 
Ayudantes de Rivera lo apartaron, agregó Fariñas, pero “se pudo ver la esencia criminal de este represor”.
 
Benito Ortega, un disidente que afirma que estuvo 22 años en las prisiones de Castro y ahora vive en Virginia, declaró que Rivera era jefe provincial de prisiones en 1994, cuando él solicitó tratamiento médico por una fístula anal muy infectada.
 
“El me dijo que los disidentes queríamos caer presos para recibir mejor tratamiento médico y que él no aprobaba eso”, relató Ortega a El Nuevo Herald. La fístula se sanó eventualmente por sí misma.
 
Rafael Pérez, un disidente que vive actualmente en Houston, indicó que fue hostigado muchas veces por Rivera y su esposa cuando él vivía enfrente a la casa de la pareja en Santa Clara. La esposa era una teniente coronel del Ministerio del Interior, agregó.
 
Rivera irrumpió varias veces en su casa y le dijo que lo arrestaría si salía de ella, agregó Pérez. La pareja también participó en varios “actos de repudio” contra él y otros disidentes en Santa Clara.
 
Rivera se jubilo hace unos siete años como coronel del Ministerio del Interior, aseguraron Fariñas y Rivera. Después de su retiro, la pareja hizo unos tres viajes a EEUU para visitar a una hija que vive en el sur de la Florida, y decidieron quedarse en su cuarta visita.
 
Todos los cubanos pueden quedarse una vez que ponen pie en territorio de EEUU, pero generalmente se les requiere declarar si tuvieron altos cargos en el gobierno o eran miembros del gobernante Partido Comunista, y pueden ser expulsados si mienten.
 
Los tres disidentes afirmaron que recuerdan a Rivera como un oficial del gobierno particularmente agresivo y a menudo desagradable.
 
Fariñas, quien sirvió en las fuerzas especiales elite del Ministerio del Interior hasta que rompió con el gobierno en los 1980, indicó que conoció por primera vez a Rivera cuando trabajaban para el temido departamento de Seguridad del Estado en las décadas de 1960 y 1970. Fariñas no sabía cuál era el trabajo de Rivera allí, pero Rivera lo hizo lo suficientemente bien para que el gobierno lo premiara con una carro Lada rojo, un símbolo de alto estatus en Cuba.
 
Rivera fue promovido a comienzos de la década de 1980 a director de reeducación de las prisiones juveniles de la provincia de Villa Clara, donde Fariñas volvió a encontrárselo. Fariñas declaró que escribió su tesis doctoral de Psicología sobre los abusos en ese mismo sistema y citó como ejemplo que los oficiales demandaban sexo o dinero a las madres de los reclusos.
 
Relató que Rivera lo citó a la oficina, “me sacó la pistola y me amenazó con meterme un tiro si no cambiaba los resultados de mi tesis”, declaró Fariñas. La tesis fue posteriormente confiscada por el gobierno y nunca fue publicada.
 
Ortega amplió que conoció a Rivera en 1994, cuando ya era jefe de prisiones en la provincia, en un momento donde se reportaban muchos abusos contra los presos. Tres reclusos que padecían de asma murieron por falta de atención en la prisión de Alambradas de Manacas, agregó.
 
Pérez, quien fue su vecino, relató a El Nuevo Herald que oyó que Rivera y su esposa habían regresado hacía unos meses a Santa Clara y no fueron recibidos muy bien por sus otros vecinos.
 
“Los comunistas no los recibieron bien” debido a su mudada a Estados Unidos, indicó Pérez. “Y los que están contra Castro, menos”.



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De: cubanet201 Enviado: 01/11/2012 14:18
 
Ex represor cubano mantiene bajo perfil en Miami
   Esta imagen de video, grabado por disidentes,  muestra el mal estado de la prisión Combinado del Este en La Habana. Marino Rivero, un ex director de prisiones en Villa Clara y vinculado a maltratos recibidos por disidentes presos, está viviendo en el sur de la Florida.
Esta imagen de video, grabado por disidentes, muestra el mal estado de la prisión Combinado del Este en La Habana. Marino Rivero, un ex director de prisiones en Villa Clara y vinculado a maltratos recibidos por disidentes presos, está viviendo en el sur de la Florida.
 
Por Juan Carlos Chavez y Juan Tamayo
Crescencio Marino Rivero, un temido ex jefe de prisiones cubano que recientemente se estableció en el sur de la Florida junto con su esposa, una ex oficial de migración, habría ordenado hace sólo dos años la agresión contra la hija de un disidente pacífico en Santa Clara, según fuentes consultadas por El Nuevo Herald. En Miami, sin embargo, mantiene un bajo perfil lo que le había permitido pasar inadvertido.
Rivero, de 71 años, ha sido calificado por activistas y ex presos políticos como un hombre particularmente agresivo y a menudo desagradable. Las denuncias también coinciden en señalarlo como un personaje que se aprovechó de su alto rango en el Ministerio del Interior para someter a los disidentes a tratos crueles e inhumanos.
 
“En dos o tres ocasiones estuvo en mi casa amenazándonos”, recordó Magda Monteagudo Barrio, esposa del opositor Rafael Pérez González. “Por eso nosotros pensamos que fue Rivero quien ordenó una agresión que sufrió mi hija cuando estaba embarazada”.
 
La agresión ocurrió en junio del 2010 y en septiembre de ese año Rivero y su esposa estaban viajando a Estados Unidos, explicó Monteagudo.
 
Rivero se jubiló aproximadamente hace siete años como coronel del Ministerio del Interior. Después de su retiro, él y su esposa Juana Ferrer, de 65 años, realizaron unos tres viajes desde Cuba para visitar a una hija que vive en el suroeste del Condado Miami-Dade. En su cuarta visita la pareja decidió establecerse definitivamente e iniciar los trámites de rigor para obtener un estatus legal en el país. El ex coronel es actualmente residente legal de Estados Unidos.
 
Un reportero de El Nuevo Herald intentó entrevistar el miércoles a Rivero. Cuando el reportero tocó la puerta del apartamento donde vive, una mujer que se identificó como la hija de Rivero abrió la puerta y dijo escuetamente que su padre no haría declaraciones públicas ni tendría contacto con los medios.
 
“El no va a hablar con la prensa”, indicó la mujer. Luego se escuchó la voz de un hombre mayor que, desde el interior de la vivienda, le ordenó a la joven que no siguiera hablando.
 
“Cierra esa puerta ya”, dijo el hombre, presumiblemente Rivero.
 
Al menos dos abogados de inmigración, Santiago Alpízar y Wilfredo Allen, han cuestionado abiertamente la forma en que Rivero y su esposa consiguieron permisos de residencia. Ambos ocuparon puestos en el gobierno cubano, eran miembros del Partido Comunista y enfrentan acusaciones de acoso y maltrato.
 
Todos los cubanos tienen la posibilidad de quedarse una vez que ponen pie en territorio de Estados Unidos. Sin embargo, pueden ser expulsados si mienten o tergiversan sus testimonios con el propósito de obtener el permiso correspondiente de residencia y ciudadanía.
 
“Personas como Rivero no pueden vivir en Estados Unidos con total impunidad”, comentó Alpízar. “Está viviendo cómodamente en Miami y a costa de los impuestos que nosotros pagamos”.
 
Vecinos del área aseguraron haber visto “en raras ocasiones” a Rivero. Una mujer que prefirió mantener su nombre en el anonimato indicó que las pocas veces que coincidió con Rivero en el vecindario fue cuando éste sacaba la basura muy temprano en la mañana. Otro vecino lo describió como un hombre distante y poco comunicativo.
 
El historial de Rivero se conoce por testimonios de algunos ex presos políticos cubanos y activistas que abogan por el respeto de las libertades individuales.
 
Rivero trabajó para la Seguridad del Estado cubano en las décadas de 1960 y 1970. Posteriormente fue promovido a director de reeducación de las prisiones juveniles de la provincia de Villa Clara, un puesto de absoluta confianza y al que sólo acceden funcionarios de carrera.
 
En 1994 Rivero ya era jefe de prisiones en la provincia en un momento particularmente sensible y cuando se reportaban frecuentes abusos contra los presos políticos.
 
Sobre la esposa de Rivero ha trascendido que se trata de una mujer que llegó a teniente coronel del Ministerio del Interior. Algunos disidentes aseguran que participó junto con su marido en actos de repudio y amenazas contra la oposición pacífica.
 
Guillermo Fariñas, premio Sájarov del Parlamento Europeo 2010, indicó que Rivero siguió colaborando con el gobierno cubano después de su retiro. Añadió que era conocido su liderazgo en la directiva de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana.
 
“Rivero estuvo involucrado en los actos contra [Rafael] Pérez y su familia”, manifestó Fariñas en una conversación telefónica desde su casa en Santa Clara. “El, junto con un grupo de represores, han dado golpes y amenazas. Rivero tenía el rango más alto de ese grupo porque es un coronel retirado del Ministerio del Interior”.
 
La situación de Rivero y las condiciones de su estatus en Estados Unidos recuerdan el caso de Eriberto Mederos, un ex enfermero del Hospital Psiquiátrico de La Habana (Mazorra), que fue hallado culpable de mentir sobre su pasado en las solicitudes de ciudadanía estadounidense.
 
Mederos fue reconocido por varios exiliados en Miami como un torturador de prisioneros políticos en Cuba. El ex enfermero murió en el 2002 debido a un cáncer. Su deceso ocurrió justamente cuando un tribunal debatía su situación legal y evaluaba la posibilidad de una sentencia de cárcel.
 
Elizardo Sánchez Santa Cruz, presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, radicada en La Habana, manifestó que el caso de Rivero se suma al de otros colaboradores y funcionarios del gobierno cubano que intentan ocultar su identidad para proteger su futuro y vivir cómodamente.
 
“Aquí en nuestra comisión estamos a favor de la reconciliación nacional”, afirmó Sánchez. “Pero esto no debe incluir los casos en que se han cometido crímenes y abusos porque éstos deben ser ventilados en procesos justos”.
 


 
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