Los últimos días del embargo a Cuba
La victoria de un demócrata en la comunidad cubana
en Florida crea el escenario idóneo para levantar la medida.
Por: Antonio Caño http://elpais.com/Entre los cambios históricos que se registraron en las elecciones presidenciales norteamericanas del 6 de noviembre, uno de los más notables fue el de la victoria, por primera vez, de un candidato del Partido Demócrata, entre la comunidad cubana de Florida. Eso, unido a las tímidas medidas aperturistas puestas en marcha por el régimen cubano en los últimos meses y al mayor margen de maniobra de que dispone en Washington un presidente que no puede ser reelegido, crea el mejor escenario que se ha conocido nunca para el levantamiento del embargo económico de Estados Unidos a Cuba, una reliquia de la política exterior norteamericana que ha sobrevivido hasta ahora pese a su ineficacia y su falta de apoyo internacional.
La semana pasada, en la ritual votación anual en la Asamblea General de las Naciones Unidas, todos los países condenaron ese embargo, con excepción del propio Estados Unidos, que solo tuvo el apoyo de Israel y Palau. La impopularidad de esa medida es evidente desde hace tiempo. También es obvio que, después de 50 años en vigor, no solo no ha servido para obligar al Gobierno cubano a adoptar medidas democratizadoras, sino que muchas veces ha sido la excusa para no tomarlas.
Si el embargo ha sobrevivido hasta ahora ha sido, simplemente, porque tenía el apoyo del exilio cubano, de fuerte influencia en el sur de Florida, un estado fundamental en la pugna electoral en este país. Pero eso ha cambiado ya. Nuevas generaciones de cubanos nacidos o crecidos en Estados Unidos no se sienten obligados a ser fieles al Partido Repúblicano como la única garantía frente al comunismo ni creen que la batalla contra Fidel Castro deba de ser el motivo de sus vidas. Por primera vez, un cubano-americano del Partido Demócrata, Joe García, ha sido elegido para ocupar un escaño por Florida en la Cámara de Representantes. Educados más en la solidaridad con sus familiares y compatriotas de la isla que en el odio a quienes obligó a sus antepasados al exilio, esa generación simpatiza con las medidas para facilitar el intercambio tomadas por Barack Obama y tiene el deseo de aumentarlo todo lo posible.
Esa corriente se ve, igualmente, favorecida por todos aquellos, sobre todo en Florida, que ven oportunidades económicas en Cuba y quieren que sus posibilidades de negocio no se vean limitadas por decisiones políticas que, además, resultan anacrónicas. Estados Unidos favorece la relaciones económicas con otro país comunista, como China, y, hasta hace poco, ha permitido cierto intercambio comercial con naciones rivales, como Irán, y continúa permitiéndolo con otras, como Venezuela. Los empresarios están desde hace tiempo entre los sectores que favorecen el levantamiento del embargo.
Siguen existiendo algunos que se resisten a dar ese paso. Los representantes republicanos de la comunidad cubana en el Congreso aún estiman que el levantamiento del embargo serviría para dar oxígeno al régimen de los hermanos Castro, precisamente en el momento en que ambos se aproximan al final de sus vidas.
Ese argumento, sin embargo, es débil ante el potencial que un mayor intercambio tendría para agilizar la transición democrática y estimular a los reformistas. El levantamiento del embargo podría, efectivamente, mejorar las condiciones económicas de los cubanos. Pero también facilitaría la presencia en Cuba de los grupos de oposición que actúan desde Florida y, sobre todo, pondría en manos de la oposición interna instrumentos de movilización de los que ahora mismo carecen. Con más dinero, más ordenadores, más teléfonos móviles, acceso a Google y a Twitter, las posibilidades de comunicar la realidad sobre el sistema político cubano se ampliarían considerablemente. Por otra parte, es dudoso que una población menos angustiada por la economía no estuviera también más interesada en la democracia.
Barack Obama, que inició su presidencia con gestos de buena voluntad hacia el Gobierno de La Habana parecía compartir ese punto de vista. Pero, frustrado por la poca receptividad del régimen, y acuciado, como sus antecesores, por el calendario electoral, abandonó enseguida ese camino. Ahora, más preocupado por su legado histórico, tiene una gran oportunidad de hacer algo que, probablemente, sería recordado como el principio del fin del comunismo en Cuba. El levantamiento del embargo tendría, junto a sus repercusiones previsibles, un efecto político y sicológico que serviría para marcar un antes y un después en las relaciones de Estados Unidos con Cuba y con toda América Latina. En estos momentos, eso es posible sin dejar sobre el siguiente candidato presidencial demócrata el pesado lastre de una derrota segura en Florida. Más bien, todo lo contrario. ..
Comentario
No se haga ilusiones, aunque intenta hacer un buen análisis, la gente con acertada opinión sabe perfectamente, que el tema de Castro no pasa por la alternativa de levantar el bloqueo. Aquí no se trata si funciona o no el bloqueo y que si se levantase el gobierno cubano se vería obligado a hacer cambios democráticos. Hace más de medio siglo que están en el poder y ninguna decisión en Washington les hará cambiar de parecer, su comunismo es irreversible, ya lo dijo el Sátrapa. De nada vale cantos de sirenas ni aperturas económicas millonarias para las arcas de los dictadores, como siempre se aprovecharan de ello y buscaran alguna justificación antiimperialista para no abandonar el poder ni cambiar su política. Durante el subsidio de la era Soviética el bloqueo no le araño ni la pintura a la revolución, pensaron que el comunismo seria eterno, pero con la caída del campo socialista Cuba sufrió un apocalipsis económico. Te doy un ejemplo más notorio y actual, el caso de Siria; acaso había necesidad de llegar al punto sin retorno de tales barbaries, creo que no, pero… hombre, la mente de un dictador, los anhelos mesiánicos de un dictador son difíciles de doblegar, demasiadas promesas o ninguna, demasiado tiempo en el poder para renunciar con aperturas que ponga en peligro su imperio monárquico. Los Castros y sus Jenízaros se apropiaron de la isla con su contenido, demasiado orgullo, hostilidad, aberración, enfermedad. Esos viejos a estas alturas son incapaces de hacer nada para cambiar el destino de ese pueblo miserable, durante décadas, fueron discriminados en su propio país, Apartheid. Ahora lograron conseguir un nuevo socio para seguir chupando y para ello han trabajado mucho, Venezuela se pudiera decir que es su nueva colonia y su gobierno y órganos administrativos están sitiados por los asesores e inteligencia de los castros, incluso sus fuerzas armadas. No pueden darse el lujo de perder el envió de diesel. El levantamiento del bloqueo no cambiara nada, mucho menos la generación que le precede una vez que mueran los Castros, porque no tendrán posibilidades, la dinastía castrista seguirá gobernando, todos sus progenitores reemplazaran las principales carteras del gobierno y cuba seguirá gobernada por los siglos de los siglos por la sombra de los castros. La única salida en Cuba es una revolución a lo Árabe, para que ninguno de los Castros tenga posibilidades de seguir gobernando. En el año 94 hubo un levantamiento, El Maleconazo. Cuba necesita uno de mayor envergadura, pero lamentablemente esa sangre disidente, rebelde, mambisa que heredo de sus ancestros, el Sátrapa se la extirpo al pueblo, lo dividió, lo rompió en mil pedazos y los enfrento.
sanml
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