Cubanos veneran a Babalú Ayé Desde que se inició el mes, los habaneros acuden al santuario de El Rincón, iglesia que lidera el venerado San Lázaro o Babalú Ayé, en el sincretismo afrocubano.
Un hombre camina con un cuadro con la imagen de San Lázaro el domingo 16 de diciembre de 2012,
una procesión en el Santuario de El Rincón, Cuba.
Por Carlos Ríos Otero El 17 de diciembre es el día de San Lázaro y ya el domingo 16 comenzaron los devotos a "cumplir las promesas" y así celebrar el día de San Lázaro, el santo de las muletas y los perros. Según los creyentes y fanáticos, Lázaro es un santo muy agradecido pero no se debe incumplir una fe o promesa a él, porque retira su protección. Se le atribuye ser el sanador de las infecciones cutáneas y de los huesos rotos. Para esta celebración, los fanáticos realizan las promesas más inverosímiles. En estos días, se ven en La Habana adoradores ataviados con saco de yute y con el color purpúreo y arrastrando piedras desde un carrito, donde va montado su santo salvador. En peregrinación van, la mayoría a pie, al Santuario Nacional de San Lázaro, en el municipio Boyeros, de la capital cubana.
Muchos le llaman Babalu Aye, con fama de santo milagroso que otorga cada petición pero al cual hay que cumplirle cada promesa. También le llaman popularmente El Viejo, y se sincretiza en los cultos afrocubanos con Babalú Ayé, o Tata Panzua y es, junto a la Virgen de La Caridad del Cobre, patrona de la isla, uno de los santos más venerados por los cubanos.
El Lázaro venerado no es San Lázaro hermano de Santa Marta y Santa María de Betanía, quien celebra también el 17 de diciembre.
En La Habana, en el rincón de San Lázaro desde ayer domingo se veían largas filas de peregrinios que empezaron temprano a "pagar" sus promesas. El Papa Juan Pablo II, cuando visitó Cuba en enero de 1998, visitó el Santuario.
En el condado Miami-Dade el homenaje tiene como punto central en la iglesia “El rincón de San Lázaro” que se encuentra en 1190 E. 4 Ave, Hialeah, FL 33010 El 16 de diciembre, en la víspera del día de San Lázaro, van a Santiago de las Vegas, a cuatro kilómetros del santuario El Rincón, y arrastran cadenas .Lo hacen a pie. Luego entran en una vigilia alumbrada con 17 velas.