Mujeres cubanas son pilares de la disidencia
Por Juan Carlos Chavez/
Sus actos de protesta encarnan la frustración y el dolor de una sociedad civil oprimida. Son víctimas de acoso y hostigamiento de parte de la Seguridad del Estado cubano y las turbas organizadas por el gobierno.
Las llaman traidoras. Las acusan de ser mercenarias al servicio de intereses extranjeros. Pero al final del día son simplemente ellas mismas: mujeres de la oposición interna.
“La mujer cubana es una mujer sufrida, resistente y luchadora”, afirmó Berta Soler, portavoz de las Damas de Blanco, madres y esposas de presos políticos cubanos.
El protagonismo de las mujeres fue tan relevante en el 2012 que las autoridades de la isla poco o nada pudieron hacer con sus operaciones de vigilancia y encarcelamientos temporales para silenciarlas. Lejos de bajar el tono a sus demandas, la mayoría ha encontrado más razones para continuar con su lucha pacífica.
La lista es tan amplia como variada. Incluye casos como el de la popular bloguera Yoani Sánchez, víctima de una de las detenciones más absurdas e incoherentes del año, y el de la economista disidente Marta Beatriz Roque, de 67 años y diabética.
Sánchez, creadora del blog Generación Y, es constantemente vigilada por la Seguridad del Estado. Se ha convertido en uno de los símbolos mundiales de la lucha por la libertad de expresión y el intercambio abierto de ideas.
Fue detenida en octubre junto con su esposo, el periodista independiente Reynaldo Escobar, y el bloguero Agustín López. El grupo intentaba asistir al juicio del español Angel Carromero, acusado de la muerte de los disidentes Oswaldo Payá y Harold Cepero en el choque de un auto el 22 de julio. Su arresto de aproximadamente 30 horas estuvo marcado por el maltrato psicológico, la violencia y el abuso de autoridad.
“Me aplicaron una llave en el brazo, me aguantaron por las piernas y caí al piso”, recordó Sánchez., quien declaró que el arresto le dio la oportunidad de aleccionar con la palabra al grupo de policías que la custodiaban en el centro de investigaciones de Bayamo.
“Les di una larga diatriba, les dije que era una activista y una persona que usa argumentos, no la fuerza”, añadió Sánchez.
El arresto de Sánchez, de 37 años, fue solo uno de miles que se multiplicaron en diferentes pueblos y ciudades de la isla. En el 2012 agentes cubanos realizaron 6,602 detenciones a corto plazo de disidentes pacíficos. La cifra supera ampliamente a las 4,123 en el 2011 y las 2,074 en el 2010, según las conclusiones de un informe de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, radicada en La Habana.
El caso de Roque fue también otra muestra de coraje y fuerza. Roque se declaró en huelga de hambre durante varios días a mediados de septiembre por la excarcelación del activista pacífico Jorge Vázquez Chaviano. Sufrió temblores y tuvo las extremidades adormecidas por la falta de comida y medicación.
“Vivir en Cuba y pensar diferente al gobierno es un problema tremendo. En mi caso son más de 20 años en la oposición. Yo perdí amistades y familia. Prácticamente llegó un momento en que estaba sola”, comentó Roque desde su casa en La Habana. “El dolor de perder personas por presiones de la Seguridad del Estado te lacera. Desde el punto de vista personal es una prueba muy difícil”.
Como Sánchez y Roque, la figura de Soler se ha consolidado en años recientes como una de las voces más pujantes y vigorosas del género femenino.
Soler, de 49 años, está casada hace más de dos décadas con el ex preso político Angel Moya. El matrimonio tiene dos hijos jóvenes. Moya fue liberado hace dos años en una negociación histórica en el 2010 entre el gobierno cubano y representantes de la Iglesia Católica, encabezados por el cardenal Jaime Ortega Alamino, arzobispo de La Habana.
“Nosotras somos mujeres que tratamos de guiar a nuestras familias e hijos. Pero cuando nos meten presas, la única tabla de salvación que tenemos muchas de nosotras son nuestras hermanas de dolor y lucha”, agregó Soler. “No hay tiempo para sentir miedo”.
Otro ejemplo de tenacidad y valentía es el de Rosa María Payá, hija del fundador del Movimiento Cristiano Liberación.
En octubre Rosa María y sus dos hermanos, Oswaldo José y Reynaldo Isaías, fueron acosados e impedidos de acercarse al lugar de la audiencia judicial contra Carromero.
Hace unas semanas, Rosa María fue invitada a un curso para obtener un Diplomado Internacional en Teoría Política y Gestión Pública en la Universidad Miguel de Cervantes, del 8 al 15 de enero de 2013. Las autoridades cubanas le negaron el permiso de salida sin ofrecer detalles.
La joven tenía listo el visado chileno. Había cumplido con todos los trámites de ley para que le otorgasen el permiso final en La Habana. La universidad chilena cubrió generosamente algunos gastos administrativos, tales como la carta de invitación.
“A mí me parece que los problemas de los cubanos no son de género, pero ciertamente las mujeres hemos sido más oprimidas por nuestra condición”, indicó Rosa María, de 23 años, en una entrevista telefónica con El Nuevo Herald. “En el 2012 tuvimos más visibilidad y eso es importante. Quizá signifique que ha comenzado un nuevo despertar por la libertad y la solución de los problemas de Cuba”.