¿ES LA IGLESIA TOLERANTE? - Cuba Eterna

¿Es la Iglesia tolerante?

Por Eduardo Quintana
Dentro del gran espectro filosófico contemporáneo quizás sean los agnósticos los más tolerantes (llegando a la frontera de la ridiculez, a veces) frente a otras tendencias o posturas dominantes o minoritarias. Pero la Iglesia católica no lo entiende así, el papa Benedicto XVI opina todo lo contrario.

Sabemos que cuando la Iglesia católica pronuncia la palabra tolerancia se nos viene la imagen de Hitler, Stalin o Stroessner hablando de libertad o democracia, pero aun así, hay que tomarla en cuenta, porque queramos o no, sigue siendo la religión dominante, al menos en los países del tercer mundo.
"El agnosticismo reinante hoy tiene sus propios dogmas y es extremadamente intolerante en referencia a nada que lo cuestione y los criterios que emplea", señaló Joseph Ratzinger el último domingo durante su homilía.
Parece desubicado por parte del pontífice hacer esa declaración, siendo la Iglesia una de las instituciones políticas y religiosas más intolerantes desde hace varios siglos. Muchos dicen que hablar de las Cruzadas, la Inquisición o el Índice de Libros Prohibidos es pérdida de tiempo. Sin embargo, hay que rescatar cómo se fue cimentando y adquiriendo más influencia aquella institución totalitaria. Y lo que es peor, una institución, a pesar de todo, la Iglesia sigue siendo intolerante. Está en su misma esencia. Lo que propone el catolicismo es el odio al ser humano, odio a la materia, odio a la creación por parte de los humanos. El Vaticano se tira contra el capitalismo, pero a la vez exige que se termine con la pobreza, la desnutrición y el hambre en el mundo. ¿Con qué sistema propone esto la Iglesia?
La muestra mayor de su incoherencia es palpable alrededor del mundo, pero tiene más protagonismo en las sociedades más conservadoras. A lo largo de la historia independiente, la Iglesia ha posibilitado el atraso y la represión no solo de sus fieles. Hasta llegó a formar parte del Estado con las constituciones autoritarias de 1940 y de 1967, apoyando legalmente varias dictaduras locales. Hasta después del derrocamiento de Alfredo Stroessner, la Iglesia intentó en todo momento seguir teniendo el mismo peso que siempre. Una de sus primeras muestras de barbarismo fue oponerse a la ley de divorcio. El entonces presidente de la Conferencia Episcopal Paraguaya, Jorge Livieres Banks, denunciado posteriormente por casos de pedofilia y pederastia, exigió a los parlamentarios de entonces defender la "fe en Cristo".
En esa misiva de octubre de 1990, la Iglesia exigía que se respetara el modelo de familia y la tradición paraguaya. En pocas palabras, no quería la "división familiar", a pesar de que las familias estaban distanciadas, hayan tenido problemas de violencia doméstica o buscaban nuevos rumbos. También, obviamente, gran parte de la Iglesia católica se opuso ferozmente a que en la Convención Nacional Constituyente se aprobara la vigencia del Estado laico, pero finalmente cedió.
Hoy, la Iglesia sigue con poder en Paraguay y, de la mano de este gobierno, tiene más preponderancia. Así también, continúa igual de intolerante, puesto que, junto con las iglesias protestantes, se opone radicalmente a la implementación de una educación sexual laica y científica en la educación secundaria. Su intolerancia también llega con las madres solteras, las parejas homosexuales, contra los que comienzan a hablar de eutanasia y contra las personas que están a favor de legalizar el aborto.
Sin embargo, tiene una disputa. Las sectas evangélicas están ganando cada vez más espacio en Paraguay y tienen más seguidores. Aun así, la intolerancia religiosa continúa y Benedicto XVI es uno de los líderes más intolerantes que tiene actualmente la humanidad. Por eso siempre es bueno encender una luz cuando la oscuridad religiosa pretende imponerse.