En Miami, una larga espera cargada de escepticismo
Algunos pronostican un aluvión
de visitantes, pero otros creen que no habrá grandes cambios
Por Silvia Pisani | LA NACION
IAMI.- Entre la expectativa y el escepticismo, miles de cubanos que rehicieron su vida en esta ciudad y bien lejos de lo que llaman la "pesadilla de los Castro" esperan hoy la entrada en vigor del sistema que, por primera vez en décadas, anuncia la posibilidad de que los isleños viajen al exterior sin la necesidad de permisos especiales.
Movidos, sobre todo, por la urgencia económica y la desesperación de conseguir divisas, hay quienes pronostican un aluvión de visitantes hacia Florida, el estado que mayor población de cubanos registra en todo el país. Otros, más escépticos, dudan de un cambio tan de fondo.
"No creo que se vaya a producir una llegada masiva de isleños", dijo Jorge Duany, director del Instituto de Investigaciones Cubanas (CRI, por sus siglas en inglés) de la Universidad Internacional de la Florida (FIU).
Su escepticismo apunta, primero, a la cautela de quien espera ver cómo se desarrolla el nuevo sistema. Pero, también, al hecho de que Estados Unidos aún no produjo cambios de fondo y "sigue exigiendo visa" para el ingreso legal de cubanos al país. Aun así, no hay duda de que la nueva medida está destinada a tener potencial impacto en esta tierra, a sólo 150 kilómetros de la isla y refugio para la mayor cantidad de los dos millones de exiliados que tiene Cuba.
Con ese panorama, Washington llamó a la cautela. "No podemos predecir si esta reforma implicará cambios en el patrón migratorio desde Cuba", dijo la vocera del Departamento de Estado, Victoria Nuland.
La funcionaria, al mismo tiempo, ratificó que el país está "listo" para dar respuesta a "cualquier aumento en la cantidad de solicitudes de visa".
Los más entusiastas hablan de la posibilidad de que se genere un "éxodo legal" desde la isla, sumergida en una de sus más graves crisis económicas. Otros dudan de que la cuestión rija para todos y otros sostienen que con el costo de los pasaportes y los visados la anunciada apertura se vuelva poco menos que un espejismo para la mayoría de la población.
Ésos son los interrogantes que se reflejan en esta tierra, donde el exilio recuerda las reiteradas crisis migratorias experimentadas entre Washington y La Habana a lo largo de los años. Entre ellas, el éxodo masivo de 1980 (la llamada crisis de Mariel) y la ola de "balseros" de 1994.
Consultados por LA NACION, en medios diplomáticos norteamericanos la impresión recogida da por segura una mayor presión migratoria, aunque no sólo hacia los Estados Unidos, sino también hacia países que no exigen visado a los viajeros cubanos.
Lo cierto es que, al momento de entrar en vigor, la cuestión levanta no pocas dudas. Entre ellas, la posibilidad de acceder al pasaporte, cuyo precio supera lo que la mayoría de los cubanos gana en dos meses.
"Hay que ver cómo se consigue esa plata y quién puede permitírselo", era ayer el lamento en Little Havana, el barrio cubano por excelencia en esta ciudad. El epicentro del debate fue el Versalles Café, un local que se volvió institución para la colectividad.
En el día tras día, el corazón de la nueva etapa late más espontáneamente en otros sitios, donde los exiliados de la isla se integraron a la vida cotidiana e hicieron de Florida su nuevo hogar. Se los ve en todos lados: al volante de buena parte de los taxis, a la cabeza de comercios, en inmobiliarias o en bancos. Da igual.
"Hace 20 años que vivo aquí. Ésta es mi casa y puedo decirle que muchos de los que llegan ahora de la isla ya no son exiliados políticos, sino, en buena parte, económicos. Gente que busca un mejor pasar", dijo Elías Franco, que trabaja en mantenimiento en un edificio de la elegante zona de Brickell. "Le apuesto lo que quiera que muchos de los que ahora lleguen lo primero que harán, en cuanto ganen unos dólares, será volver a Cuba a presumir del dinero fresco ante sus parientes", pronosticó.
Al igual que muchos otros, Franco dice que buena parte de las medidas que ahora se anuncian tienen origen en los problemas económicos de la isla. Con eso coinciden varios analistas. "El aumento en los ingresos por medio de los viajes, las remesas y la importación de mercancías del exterior" está en el eje de la reforma, concluyó Duany..