“Me siento discriminado, incluso por los médicos”
Por Veizant Boloy / LA HABANA / Cubanet | Noticias y Prensa Independiente desde Cuba
Hace 2 años, José Santana González vivía como un adolescente cubano común. Practicaba boxeo en una escuela de deporte de la capital habanera. “Mi vida cambió cuando allí mi ex novia me infectó con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH)”, dijo.
Con solo 16 años de edad y agobiado por los escasos recursos, no encuentra apoyo del Estado para combatir su enfermedad.
“No estudio ni trabajo y no es mi decisión. A veces no tengo dinero para comprar la dieta. Mi alimento habitual es pan con croqueta y guarapo. Me siento discriminado, incluso siento el rechazo de los médicos que me han atendido”, afirma.
“Vivo en un cuarto de 4 metros cuadrados junto a mi madre María González, mi tía Daine, madre soltera de una niña recién nacida, otra de 7 años y un varón de edad preescolar.
“No tienen agua potable, ni un refrigerador, ni condiciones para cocinar. La doctora del consultorio médico 5802 del municipio San Miguel del Padrón no le brinda la atención médica primaria necesaria”, indicó Marlen González, prima de Santana.
Según declaraciones a medios oficiales de la doctora María Isela Lantero, jefa del Departamento de Infecciones de Transmisión Sexual y Sida del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), “ Cuba se ha sumado a la convocatoria de ONUSIDA, de lograr cero infección con VIH, cero discriminación y cero muerte relacionada con ese mal, y ya está dando resultados”.
“El éxito es alcanzado gracias a la voluntad política del gobierno y las estrategias desarrolladas del programa Nacional de VIH/Sida, así como las autoridades sanitarias de la atención primaria de salud, promotores y educadores”, destacó Isela Antero.
Sus familiares aseguran que han acudido a todas las instituciones estatales y aún no reciben una solución. “Nos visitó la delegada del Poder Popular de la zona, un trabajador social y un funcionario de la Dirección Municipal de vivienda”.
“Tomo Polivit y Vitamina C. Hace dos años que estoy enfermo y no sé lo que es un retroviral”, aseguró Santana
Según el MINSAP, la isla invierte más de 200 millones de dólares al año en su programa de promoción, prevención y atención a estos pacientes, lo cual incluye el tratamiento gratuito a cada enfermo con retrovirales, algunos producidos en el país, con el fin de alargar y mejorar la calidad de vida de los contagiados.
Hoy Santana González es adulto en virtud de la ley cubana, aunque en gran parte del mundo la mayoría de edad se alcanza a los 18 ó 21 años. No obstante, cuando contrajo la enfermedad era un menor.
La protección a los niños en Cuba es responsabilidad de la Fiscalía, pero su madre, María, asegura que “nadie veló por su bienestar”.
José Santana González afirma que su situación empeora. Teme un destino similar a su padre, quien también está enfermo de Sida desde hace más de 12 años y sus condiciones son críticas.
“Pese a todo, aún sueño ser útil en la sociedad. Tengo una pareja sana que me entiende y tomamos las medidas necesarias para protegerla”.
“La ayuda alivia el dolor y encuentra soluciones cuando el sufrimiento no permite verlas”, señaló.