Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

Cuba Eterna
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 BANDERA DE CUBA 
 MALECÓN Habanero 
 *BANDERA GAY 
 EL ORIGEN DEL ORGULLO GAY 
 ALAN TURING 
 HARVEY MILK 
 JUSTIN FASHANU FUTBOLISTA GAY 
 MATTHEW SHEPARD MÁRTIR GAY 
 OSCAR WILDE 
 REINALDO ARENAS 
 ORGULLO GAY 
 GAYS EN CUBA 
 LA UMAP EN CUBA 
 CUBA CURIOSIDADES 
 DESI ARNAZ 
 ANA DE ARMAS 
 ROSITA FORNÉS 
 HISTORIA-SALSA 
 CELIA CRUZ 
 GLORIA ESTEFAN 
 WILLY CHIRINO 
 LEONORA REGA 
 MORAIMA SECADA 
 MARTA STRADA 
 ELENA BURKE 
 LA LUPE 
 RECORDANDO LA LUPE 
 OLGA GUILLOT 
 FOTOS LA GUILLOT 
 REINAS DE CUBA 
 GEORGIA GÁLVEZ 
 LUISA MARIA GÜELL 
 RAQUEL OLMEDO 
 MEME SOLÍS 
 MEME EN MIAMI 
 FARAH MARIA 
 ERNESTO LECUONA 
 BOLA DE NIEVE 
 RITA MONTANER 
 BENNY MORÉ 
 MAGGIE CARLÉS 
 Generación sacrificada 
 José Lezama Lima y Virgilio Piñera 
 Caballero de Paris 
 SABIA USTED? 
 NUEVA YORK 
 ROCÍO JURADO 
 ELTON JOHN 
 STEVE GRAND 
 SUSY LEMAN 
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
  
 
 
  Herramientas
 
General: EL CÓLERA INCONFESABLE DE CUBA
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: cubanet201  (Mensaje original) Enviado: 19/01/2013 14:14
 
El cólera inconfesable
Por primera vez desde que tengo memoria
estoy viendo a los empleados de las “carnicerías” trabajando con guantes y gorros.
 
Cafetería en La Habana, Cuba, donde se puede ver un cartel alusivo al control sanitario tras los casos del cólera  
Por Miriam Celaya
El mismo cuadro se presenta en las panaderías, en las que usualmente los dependientes manoseaban el pan a mano desnuda, sin importar que segundos antes hubiesen estado fumando, rascando la caspa de sus cabezas o hurgándose la nariz. Esta saludable práctica en los comercios de la red “subsidiada” por la cartilla de racionamiento, resulta sencillamente una novedad insólita.
 
Por su parte, en la red de mercados recaudadores de divisas también se toman precauciones. Hasta hace poco las mismas manos que restregaban los billetes en la caja registradora eran las que, sin ceremonia alguna, despachaban “a pelo” la comida que nos llevaríamos a la boca. Ahora se colocan cuidadosamente guantes o bolsitas de nailon para no tomar contacto directo con los alimentos.

Los tanques colectores de basura, habitualmente desbordados, están siendo recogidos más de una vez al día, los spots televisivos insisten sobre la importancia de lavarse bien las manos y hervir el agua de tomar, y los inspectores de las cafeterías y quioscos de cuentapropistas que no han sido cerrados alertan los alimentos que no se pueden vender por estos días: nada de refrescos, batidos y jugos; tampoco panes con mayonesa casera ni dulces con merengue u otros que se elaboran con huevos crudos. Para todos nosotros esas señales evidencian que algo grave está ocurriendo y que el cólera está más extendido de lo que pensamos. La violación hasta de las más elementales normas de higiene ha sido tan común entre nosotros que la aplicación de cualquier medida sanitaria salta a la vista por contraste y grita lo que callan las autoridades… Por supuesto, el cólera no es propio de las potencias médicas; mucho menos de un destino turístico.

En la ciudad la gente no habla de otra cosa. No es un susurro temeroso ni un secreto entre comadres, sino una alarma creciente que hablan los vecinos de ventana a ventana, los amigos que se encuentran en cualquier lugar, los taxistas, vendedores y viandantes en cualquier esquina: hay muchos casos de cólera en la capital y un número indeterminado de fallecidos, entre ellos un niño. Varios círculos infantiles y escuelas han cerrado, así como numerosas cafeterías. Ya no solo existen focos de la enfermedad en poblaciones de la periferia como Regla o San Miguel del Padrón, sino que se ha extendido a municipios tan populosos como Cerro, Diez de Octubre y Centro Habana. Todos sabemos que el hospital Salvador Allende (Covadonga), del municipio Cerro, está a tope entre enfermos de dengue y de cólera. Una epidemia como esta era quizás lo único que nos faltaba para el retorno a las condiciones del siglo XIX.

Sin embargo, pese a que el cólera llegó a la capital desde muchas semanas atrás, los informes finales del año 2012 destacaban por su triunfalismo en referencia a los estándares de salud. También la presidenta de la Organización Mundial de la Salud tuvo palabras de encomio para el sistema médico cubano y sus fabulosos avances. Sobre todo, los admiradores del Gobierno de la isla insisten en sus loas a los programas “que garantizan la atención médica de los cubanos y de otros pueblos del mundo”. En un plano más espiritual, tampoco las autoridades eclesiales y los babalaos, que tan preocupados se han mostrado por la salud del presidente venezolano, no parecen muy motivados para invocar la protección de Dios y de los orishas para este pueblo. Obviamente, no tenemos hacia dónde volvernos.

Por el momento, los medios no han informado sobre la presencia del cólera en Cuba ni de la magnitud de la epidemia. Al parecer no sienten presión alguna por parte de las organizaciones internacionales de salud de las cuales Cuba es miembro. Mientras los vendedores de comidas cierran sus establecimientos o enguantan sus manos, el Gobierno cubano -literalmente- se las lava.
 
 
 
 

 


Primer  Anterior  Sin respuesta  Siguiente   Último  

 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados