Se acuesta junto al sacerdote mientras este da la comunión, o se sienta junto al altar durante la misa con la mirada perdida y aire nostálgico. Los feligreses se han acostumbrado a él y lo ven como uno más dentro de la iglesia.
Esta historia recuerda a la de otro perro, Hachiko, cuya vida fue llevada al cine en una gran película protagonizada por Richard Gere, ese perro que estuvo durante años esperando el regreso de su amo, que había fallecido, en una estación de tren.
Mary Margaret era soltera, no tenía hijos y su madre murió unos meses antes que ella. Tenía pasión por los perros. Alimentaba a los perros callejeros o los atendía si los veía en mal estado, pero entre todos ellos Ciccio ocupaba un lugar especial.
Ciccio se ha convertido en una celebridad en San Danos, un pueblo de 7.000 habitantes. Es un poco el perro de todos. Lo alimentan, le dan cobijo y sobre todo, mucho cariño.
Este es uno de esos vínculos que van más allá de la muerte.
¿Quien dijo que los perros no tienen sentimientos.