En la magna reunión de la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) ocupará un asiento un señor que dice representar a un país cuyo pueblo no ha sido consultado de manera libre, soberana y democrática por más de cincuenta años. Hoy usurpa la silla del pueblo cubano un general a quien un comandante le cedió el poder de forma dinástica.
Cuba es uno de los últimos reductos del totalitarismo en el mundo, con ausencia total de libertades, bajo el yugo de un partido político único. Un país convertido en feudo de un grupo de sanguinarios militares octogenarios, supeditados a un dictador que ocupará la silla presidencial de la CELAC.
Solicitamos respetuosamente de los líderes de la democracia americana y europea, decisiones trascendentales para promover la democracia y los derechos humanos y lograr la libertad de nuestro pueblo esclavizado. Esperamos que exijan al gobierno de Cuba la puesta en vigor de “la cláusula democrática”. Cláusula que implica elecciones libres y libertad de expresión como fundamento ineludible para establecer el libre comercio con Europa. No existen justificaciones, promesas, excusas ni atenuantes, para que un indiscutible dictador dirija la reafirmación de la democracia y de los valores democráticos; así como la vigencia de las instituciones y el Estado de Derecho. Tal investidura es una contradicción vergonzosa que degrada y compromete la razón de ser de vuestra institución. Este bodrio histórico será fatal para el futuro de la Celac.
No se puede practicar la hermandad si ésta implica complicidad. La paz no es una excusa para justificar la represión de las libertades civiles sino un contrasentido. El siglo XXI tiene que ser la escoba que barra la basura inmoral y antipueblo de los poderes absolutos. Ustedes, excelentes señores, tienen en sus manos el destino histórico de botar las palas, cavadoras de las tumbas de los pueblos, y asir valientemente las escobas redentoras. Ese destino histórico es la democracia de América y del mundo.
Los pueblos disfrutan o sueñan con la palabra libertad y los cubanos seguiremos luchando por ella. Soñamos con el día de no tener que emigrar para poder ser libres y progresar. Soñamos con un horizonte de luces que ponga fin a más de cinco lustros de luto y terror. Soñamos que la verdad y el valor triunfan sobre la cobardía y la hipocresía. Soñamos que los pueblos son gobernados por patriotas que ni se rinden ni se venden. Soñamos que un mandatario, que tenga el decoro que le falta a los demás, se niegue a ser dirigido por la tiranía más vieja y sanguinaria de América; y que pronuncie la frase que la mayoría de ustedes quieren escuchar: ¡Basta ya, hasta aquí hemos llegado!
Pedro López, Presidente
Ramiro Gómez, Secretario General
Partido Liberal Cubano
El gran dictador en la Cumbre