El estelar lanzador de Grandes Ligas, José Ariel Contreras, se convirtió en el primer deportista desertor de visita en Cuba luego de entrar en vigor la reforma migratoria, que flexibiliza las regulaciones para el retorno de los emigrados a la isla.
Contreras, de 41 años, dijo que no había tenido problemas para ingresar al país, pero declinó ofrecer declaraciones argumentando que estaba en un viaje personal compartiendo con su familia.
"Su viaje fue por un asunto estrictamente humanitario y me alegro que haya podido ir para ver a su madre, pues su padre murió en el 2003 sin que él pudiera volver a verlo", dijo Orlando Chinea, entrenador personal del lanzador.
Tratado con cordialidad
Agregó que a su llegada al aeropuerto de La Habana fue tratado con cordialidad.
"Lo trataron correctamente, ni siquera le pesaron el equipaje", contó Chinea en conversación telefónica desde Tampa.
Contreras viajó el sábado en un vuelo directo desde Tampa a La Habana. El lanzador se encuentra en Tampa iniciando su etapa de preparación para la venidera temporada de Grandes Ligas, tras culminar la rehabilitación de una compleja cirugía en su brazo de lanzar, a mediados del pasado año.
"El salió para Cuba luego de entrenar aquí", contó Chinea, quien escapó de la isla en una embarcación, junto al pelotero Kendry Morales, en el 2004. "Contreras va a seguir entrenando en Tampa a su regreso, a finales de este mes".
El entrenador se sintió confiado en la recuperación de Contreras y aseguró que estará listo para febrero, con plenas opciones para ser contratado por alguna franquicia de Grandes Ligas. Antes de lesionarse durante una salida como relevista, el pasado junio, el lanzador formaba parte del equipo de los Phillies de Filadelfia, con un salario anual de $2.5 millones anuales.
Testimonios de residentes del poblado pinareño de San Juan y Martínez indican que Contreras estuvo en parque de la localidad y compartió con gente de pueblo reunida allí.
Desertores que vuelven
Oriundo de Las Martinas, Pinar del Río, Contreras desertó de la selección nacional cubana en Monterrey, México, en octubre del 2002, acompañado por el entrenador Miguel Valdés. Un año después inició su trayectoria en Grandes Ligas con los Yankees de Nueva York.
Los deportistas cubanos que abandonan equipos nacionales en el extranjero son considerados "desertores" y "traidores" por las autoridades gubernamentales, y hasta ahora tenían prohibido el retorno al país. La nueva política migratoria estipula la entrada para deportistas, médicos, profesionales y balseros que abandonaron el país ilegalmente, siempre que hayan pasado ocho años de la salida.
Contreras ha cumplido ya 10 años y tres meses sin regresar a Cuba, donde fue considerado un ídolo y se impuso como uno de los lanzadores más dominantes de la pelota cubana de todos los tiempos. En 10 series nacionales, tuvo balance de 117 ganados y 50 perdidos, propinó 1,346 ponches y 26 lechadas, con promedio de efectividad de 2.82.
Fidel Castro llegó a calificarlo como un nuevo "Titán de Bronce", en alusión al héroe independentista afrodescendiente Antonio Maceo.
En 10 campañas con cuatro conjuntos de Grandes Ligas, el pinareño compila récord de 78-67 con promedio de efectividad de 4.45 y 884 ponches en 1,168 entradas lanzadas. En el 2005 ganó un anillo de Serie Mundial con los Medias Blancas de Chicago.
El lanzador José Ariel Contreras apareció este lunes jugando softbol en un terreno en las afueras de La Habana, acompañado de otro estelar del pitcheo cubano, su coterráneo Pedro Luis Lazo.
"Estoy feliz por haber podido regresar, en Cuba está mi gente, la afición y esto es como un sueño hecho realidad", declaró Contreras en un reportaje realizado por la CNN en la capital cubana.
Son las primeras imágenes del célebre deportista pinareño compartiendo con ex colegas del béisbol y seguidores desde su viaje a Cuba, donde ha permanecido por 10 días. Contreras, que escapó de la selección nacional en el 2002 para jugar en Grandes Ligas, es el primer pelotero desertor que retorna a la isla tras la puesta en práctica de la nueva política para el retorno de los emigrados, en vigor desde el 14 de enero.
En el video aparece el jugador en un improvisado terreno de béisbol, al parecer en las afueras de La Habana, jugando primera base. Entre los asistentes está Pedro Luis Lazo, ex compañero de los equipos pinareños y la selección nacional. Lazo se retiró oficialmente del béisbol el pasado año, aunque luego firmó un contrato para jugar en la liga profesional mexicana.
"Siento un poquito de nostalgia", confiesa Contreras al reportero de CNN. "Es duro 10 años sin ver a mi hermano, pero es bueno que haya podido venir y estoy disfrutando el momento".
Admiradores piden tomarse fotos con él y otros lo filman. Algunos le estrechan la mano y le abrazan.
Contreras, de 41 años, viajó a Cuba directamente desde la ciudad floridana de Tampa, con el fin de visitar a su madre enferma, a quien le fue amputada una pierna en un hospital habanero.
Su entrenador personal, Orlando Chinea, declaró que el viaje había sido por estrictas razones humanitarias.
Oriundo de Las Martinas, Pinar del Río, desertó del equipo Cuba en Monterrey, México, en octubre del 2002, acompañado por el entrenador Miguel Valdés. Un año después inició su trayectoria en Grandes Ligas con los Yankees de Nueva York.
En 10 campañas con cuatro conjuntos de Grandes Ligas, el pinareño compila récord de 78-67 con promedio de efectividad de 4.45 y 884 ponches en 1,168 entradas lanzadas. En el 2005 ganó un anillo de Serie Mundial con los Medias Blancas de Chicago.
José Ariel Contreras regresa a Cuba El lanzador cubano, que desertó en 2002 durante un viaje a México,
se encuentra de vuelta en la isla para ver a su familia.
El pelotero de Grandes Ligas, José Contreras, se beneficiará
de las reformas que permiten el retorno de quienes desertaron en busca de éxito
Por Patrick Oppman - LA HABANA, CUBA (CNN) —
José Contreras fue llamado en algún momento el 'Titán de Bronce' por el expresidente cubano, Fidel Castro
El campo de béisbol luce igual que cualquier otro al que acude la gente para jugar a la pelota durante los fines de semana en Cuba.
A unas calles del océano de cegador color turquesa, los jugadores se apresuran a cerrar las entradas entre tragos de cerveza Cristal.
Sin embargo, este juego era diferente de otros que se estaban jugando.
No fue solo que las leyendas de las ligas cubanas hubieran llegado durante la mañana para jugar en este polvoriento campo a las afueras de La Habana. Entre la pequeña multitud que se formó nadie los volteó a ver siquiera. Todas las miradas estaban en el jugador que no debería estar ahí: José Ariel Contreras.
Contreras, lanzador estrella en Cuba, formó parte del equipo que ganó el oro olímpico, fue nombrado atleta cubano del año en tres ocasiones y en 1999 lanzó ocho entradas sin permitir carrera con los Orioles de Baltimore.
Fidel Castro, quien alguna vez fue un pelotero ávido, lo llamó cariñosamente el Titán de Bronce.
En 2002, desertó mientras jugaba en México.
Después de varios años en los que apenas lograba ganar lo suficiente para vivir en Cuba, Contreras firmó un contrato de 32 millones de dólares con los Yankees de Nueva York.
El gobierno cubano consideraba traidores a las estrellas del deporte que habían abandonado Cuba por un enorme salario en el extranjero. Si abandonaban la isla seducidos por las ligas mayores, se les podía prohibir regresar a su tierra y nunca volverían a ver a sus amigos y familiares.
Eso fue hasta enero, cuando las autoridades implementaron reformas largamente esperadas y levantaron muchas de las restricciones que pesaban sobre los cubanos que querían viajar al extranjero y regresar a la isla.
Las estrellas del deporte y los funcionarios del gobierno todavía necesitan un permiso especial para partir. Sin embargo, por primera vez se permite que regresen los desertores de alto nivel, como Contreras.
Contreras es la primera estrella del deporte que pone a prueba la nueva ley.
“Ya iba llorando en el avión. Esperé esto por 10 años”, dijo Contreras a CNN mientras los aficionados cubanos se formaban para tomarle fotos con sus teléfonos.
“Fueron años de dolor que no pueden borrarse, pero mantuve la esperanza de que algún día (volvería)”, dijo.
Mientras que otras estrellas del deporte que dejaron Cuba dijeron que regresar los hacía sentir inquietos –temerosos de seguir vetados o de ser encarcelados—Contreras estaba ansioso. Su madre estaba internada en el hospital y él dijo que había extrañado su hogar todos los días que estuvo lejos.
Otros de los jugadores cubanos que desertaron, como Orlando El Duque Hernández, se quejó de que los cubanos que viven en el extranjero aún tienen que pedir al gobierno que les otorgue una visa para regresar.
Sin embargo, Contreras dijo que el que finalmente se haya abierto la puerta para que los desertores regresen era una señal importante.
“No deberían temer, (las estrellas del deporte que desertaron) seguirán regresando”, dijo. “Es el sueño de todos los que viven fuera de Cuba, poder regresar para estar con tu familia y los aficionados”.
A Contreras no le falta orgullo por su ciudad natal. Aunque el gobierno cubano repudie a las estrellas deportivas que parten para construir una carrera en Estados Unidos, muchos cubanos apoyan discretamente a sus paisanos que triunfan en el extranjero.
Durante el partido informal, los jugadores salieron del campo para abrazar a Contreras; algunos de ellos lloraban.
“Estoy verdaderamente feliz de que esté de vuelta, de vernos y de recordar las cosas que hicimos juntos”, dijo el pitcher cubano, Pedro Luis Lazo. “Gracias a Dios que ahora puede regresar cuando quiera. Ahora nos veremos con más frecuencia”.
Contreras dijo que se quedaría en Cuba por un tiempo más. La salud de su madre ha mejorado y ya salió del hospital.
También quería regresar al pequeño pueblo en el que creció, donde lo descubrió un cazatalentos mientras trabajaba en el campo. Luego, regresará a Estados Unidos para seguir entrenando con la esperanza de volver a jugar profesionalmente.
Luego de que jugara para los Yankees, los White Sox y los Phillies, Contreras quedó fuera a causa de las lesiones, pero dijo que estaba seguro de que aún podía jugar unas cuantas temporadas en las ligas mayores.
Dijo que llevaría consigo los olores, sonidos y recuerdos de Cuba. “Cada vez que pueda estaré aquí”, dijo. “Este es mi país”.