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General: La corte suprema de EEUU se muestra dividida sobre bodas gays
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جواب  رسائل 1 من 2 في الفقرة 
من: BuscandoLibertad  (الرسالة الأصلية) مبعوث: 26/03/2013 19:26
   
Primer día de debate
Supremo se muestra cauto sobre bodas gay pero cuestiona a detractores
La mayoría de los estadounidenses aseguran tener un amigo o un familiar cercano gay
 

Concentración multitudinaria ante el Supremo estadounidense en favor del matrimonio homosexualde
Bandera Gay (2)EFE / Washington -- 
Los nueve jueces de la Corte Suprema de Estados Unidos cuestionaron el martes algunos argumentos de los defensores de la Propuesta 8, la enmienda que prohibió los matrimonios gay en California, pero se mostraron cautos y divididos ante el papel que la máxima instancia judicial debe tener en el caso.
 
El juez Anthony Kennedy, magistrado conservador que ha defendido en ocasiones los derechos de los gays, llegó a cuestionar durante la audiencia si el Supremo hizo bien en aceptar el caso, que se refiere a una medida aprobada en referéndum en el 2008 que ilegalizó las bodas gay poco después de que California reconociera ese derecho.
 
No obstante, los jueces hicieron un arduo cuestionario a Charles Cooper, abogado de los defensores de la Propuesta 8, a quien Kennedy recordó que hay aproximadamente 40,000 niños adoptados o concebidos por parejas homosexuales sólo en California, que “quieren que sus padres tengan un reconocimiento completo” de su unión.
 
“Sus voces son importantes, ¿o no?”, cuestionó.
 
No obstante, Kennedy reconoció que es difícil determinar cuáles son las consecuencias para la sociedad de permitir el matrimonio gay, una experiencia históricamente reciente.
 
Cooper instó a los jueces a no mediar en “un asunto tan difícil” y permitir que sean los votantes de los estados quienes decidan si desean aprobar o no el matrimonio gay.
 
Otros magistrados cuestionaron la noción de que la procreación sea la clave para definir el matrimonio, dado que hay “muchas parejas que se casan y no tienen hijos”, en palabras del juez Stephen Breyer.
 
La jueza Sonia Sotomayor preguntó, por su parte, qué “daño” han sufrido quienes defienden la Propuesta 8, a lo que Cooper replicó que se trata más bien de un “daño al Estado”.
 
En el turno del abogado que defiende la inconstitucionalidad de la enmienda, Ted Olson, los magistrados revelaron sus dudas y divisiones respecto al asunto del matrimonio homosexual.
 
El juez conservador John Roberts dudó que la prohibición de las bodas gay sea una afrenta contra la igualdad de los homosexuales, mientras que Sotomayor preguntó si el asunto puede ser comparable a las situaciones de incesto o poligamia.
 
Se espera que la máxima corte decida sobre el caso en junio. En caso de que declare inconstitucional la Propuesta 8, el matrimonio gay volverá a ser legal en California.
 
Los jueces también podrían decidir que su veredicto no se limite a California, sino que se extienda también a todos los estatutos y enmiendas constitucionales estatales que prohíben el matrimonio gay.
 
Treinta estados prohíben cualquier tipo de enlace entre personas del mismo sexo, y otros ocho prohíben de forma explícita el matrimonio gay pero permiten otras uniones civiles entre homosexuales.
 
Otra opción es que decidan que su veredicto se aplica solo a California y a los otros siete estados que permiten algún tipo de unión civil entre parejas homosexuales -Delaware, Hawai, Illinois, Nueva Jersey, Rhode Island, Nevada y Oregon, a los que se sumará Colorado en mayo-, y a los que podría forzar a calificar esas uniones como matrimonio.
 
El Supremo se dedicará el miércoles al otro caso relacionado con las bodas gay, el que reta la Ley de Defensa del Matrimonio, que define el matrimonio como la “unión entre un hombre y una mujer” e impide, por tanto, que los homosexuales casados en los nueve estados donde es legal logren reconocimiento y beneficios fiscales a nivel federal.
La Corte Suprema de EEUU se muestra muy dividida ante el matrimonio homosexual
Los nueve jueces de la Corte Suprema de Estados Unidos se han mostrado este martes muy divididos en la audiencia sobre el primer caso de los dos que atienden esta semana relacionados con el matrimonio homosexual: el de la ley de California que los prohíbe.
 
Los abogados que se oponen al matrimonio gay y que tratan de mantener la prohibición (conocida como 'Proposition 8') afrontaron duras preguntas sobre su derecho a siquiera defender una medida ante los tribunales, ya que las autoridades estatales de California se negaron a hacerlo.
 
Los jueces más liberales también pusieron en duda la afirmación de que el matrimonio homosexual es diferente del heterosexual debido a que no puede resultar en un hijo biológico.
 
El juez Anthony Kennedy, considerado un voto bisagra clave en la Corte, manifestó su preocupación por que no existan suficientes pruebas aún para tomar una decisión sobre el permitirle o no a las parejas homosexuales contraer matrimonio y parecía incómodo con la posibilidad de que el tribunal se adentre en "aguas desconocidas", dijo.
 
Los que se oponen al matrimonio homosexual y luchan por que la 'Proposition 8' se mantenga argumentaron que se debería dejar que los 50 estados del país establezcan sus propias leyes sobre el matrimonio.
 
Su abogado, Charles Cooper, afirmó además que la definición tradicional del matrimonio existe para proteger a los niños que podrían nacer de una relación de este tipo, por lo que "parejas del mismo sexo y de sexos opuestos no están en la misma situación".
 
El otro punto de vista
Entretanto, el principal argumento de los defensores de que la unión de las parejas del mismo sexo obtenga el mismo reconocimiento -y derechos- que las heterosexuales dijeron a la Corte Suprema que el matrimonio es un "derecho personal" que debe ser ampliado a parejas homosexuales.
 
El abogado Ted Olson afirmó que la "Proposition 8" viola la Constitución estadounidense porque "separa a gays y lesbianas del matrimonio" por su orientación sexual.
 
En declaraciones posteriores a la audiencia, frente a la Corte Suprema, miembros del equipo que acudió a presentar los argumentos en defensa del matrimonio entre personas del mismo sexo agradecieron ante las cámaras la oportunidad que la audiencia de este martes proporcionaba de "por primera vez poner los focos de atención en el lado humano" de la disputa legal.
 
El caso Edith Windsor
Además de la controvertida 'Proposition 8' presentada hoy, los jueces del máximo tribunal estadounidense deberán escuchar el miércoles un caso relacionado con una ley federal, el Acta de Defensa del Matrimonio (DOMA, por sus siglas en inglés), que prohíbe al gobierno federal el reconocimiento de matrimonios homosexuales -y por tanto garantizarles los mismos beneficios- incluso si éstos son legales según las leyes de los estados.
 
Se trata del caso de Estados Unidos contra Edith Windsor, una mujer de 83 años de Manhattan, Nueva York, cuya pareja durante 40 años y esposa legal durante seis -se casaron en 2007 en Canadá- murió en 2009.
 
Por ser una pareja homosexual, es decir, no reconocida a nivel federal, Windsor tuvo que abonar más de 360.000 dólares (277.000 euros) en impuestos de herencia, algo que no habría sido necesario de haber estado casada con un hombre. Este caso, de impuestos, es el que ha convertido ahora a esta anciana en una de las abanderadas del movimiento por los derechos de los homosexuales con su campaña contra el DOMA.
 
Las opciones
Los defensores del matrimonio gay esperan que los nueve jueces de la Corte Suprema determinen que el matrimonio entre parejas del mismo sexo está protegido bajo la Constitución estadounidense, por lo que revertirán las actuales prohibiciones de las uniones homosexuales. Sus oponentes por el contrario quieren que la Corte proteja la definición tradicional del matrimonio como una unión entre un hombre y una mujer.
 
Con todo, el alto tribunal podría eludir el tema de fondo y centrarse meramente en cuestiones jurisdiccionales, según expertos.
 
Las parejas homosexuales que quieren contraer matrimonio en Estados Unidos afrontan en la actualidad un entramado de leyes estatales que hacen que sus opciones difieran mucho dependiendo de dónde vivan. Sólo nueve estados, más el Distrito de Columbia donde se ubica la capital, Washington, permiten en la actualidad el matrimonio gay, si bien éste no es reconocido a nivel federal, el problema de fondo que llega ahora a la Corte Suprema. Además, 38 estados prohíben este tipo de uniones.
 
El caso ha despertado una gran atención mediática y popular. Cientos de defensores y opositores al matrimonio gay se concentraron ante la sede de la Corte Suprema en Washington, donde además en los últimos días se habían formado largas colas -pese a las invernales temperaturas- con personas ansiosas por asegurarse un puesto dentro de la sala que podría tomar una decisión histórica.

 


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جواب  رسائل 2 من 2 في الفقرة 
من: BuscandoLibertad مبعوث: 26/03/2013 19:46
 
Así llegó el matrimonio homosexual hasta el Supremo de Estados Unidos
Un caso de impuestos puede acabar con la limitación federal al matrimonio gay
  
Kris Perry y Sandy Stier (Izda) y Paul Katami y Jeff Zarrillo, los cuatro demandantes contra la Proposición 8,
uno de los dos casos de matrimonio gay ante la corte.
  
Por Cristina F. Pereda  / Washington / el país
Una viuda de Nueva York y dos parejas de California, una de ellas formada por dos lesbianas madres de cuatro niños, protagonizan esta semanas dos casos históricos que han llegado al Tribunal Supremo tras un largo proceso de denuncias, apelaciones, victorias y derrotas. Son los demandantes que han llevado la Proposición 8, la eliminación del derecho al matrimonio homosexual en California, y contra la ley de Defensa del Matrimonio, que impide reconocer las uniones homosexuales a nivel federal, hasta la más alta autoridad judicial del país.
  
Ambos casos pueden cambiar el panorama del matrimonio gay en Estados Unidos en diferente grado, pero su llegada al Supremo, coincidiendo con el giro en la opinión pública acerca de los derechos de los homosexuales, ha llevado a definir estos casos como "la lucha por los derechos civiles" del presente en EE UU, como antes lo fue el derecho a voto de la mujer o la igualdad de las minorías raciales. Sin embargo, cada una de las denuncias ha seguido una evolución diferente y, tal y como han sido planteadas, también pueden lograr resultados distintos.
  
Edith Windsor, de 83 años, y Thea Spyer se casaron en 2007 en Canadá. Su unión estaba reconocida en el estado de Nueva York, pero no a nivel federal, por el límite que establece desde 1996 la ley DOMA al definir el matrimonio como “la unión entre un hombre y una mujer”. Cuando Thea falleció dos años después, y tras 44 años de convivencia, Windsor obtuvo una herencia por la que, hasta ahora, ha debido pagar más de 300.000 dólares. Si una de ellas hubiera sido un hombre, -su matrimonio hubiera sido válido entonces a nivel federal-, Windsor no habría pagado ni un solo dólar.
  
Así, un caso relacionado de impuestos puede acabar con la limitación federal al matrimonio gay en EE UU. Más de 1000 regulaciones federales, entre ellas la que establece el porcentaje impositivo a pagar en el caso de una herencia nominal, o por matrimonio, están afectadas por DOMA. Windsor alega que el sistema legal incurre así en una discriminación contra ciudadanos como ella basándose únicamente en su orientación sexual.
Sus abogados pedirán al Tribunal Supremo esta semana que se pronuncie sobre si el Congreso puede definir el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer dentro de los límites constitucionales o si esto supondría denegar a parejas gais derechos fundamentales que son avalados para el resto de los ciudadanos. Los denunciantes cuentan con el respaldo de la Administración Obama, que hace unas semanas presentó un sumario ante la corte, argumentando la inconstitucionalidad de la ley DOMA.
 
Un juez federal ya ha dado anteriormente la razón a Windsor, reconociendo que la definición vigente del matrimonio viola los derechos de los ciudadanos gais al discriminarlos con base en su orientación sexual. El próximo mes de junio, los jueces del Supremo podrían respaldar a Windsor, revocando la ley DOMA, aunque eso no supondría la legalización del matrimonio gay a nivel federal. Allí donde aún no ha sido regularizado o está prohibido, las parejas del mismo sexo no se podrán casar.
 
A pesar de los avances del matrimonio gay en los últimos años, y del cambio de la opinión pública norteamericana, en EE UU todavía hay 41 estados que lo prohíben explícitamente. Estas jurisdicciones estarán pendientes del otro caso -cuya vista se celebra este martes- contra la Proposición 8 de California. Aprobada en referéndum en 2008, denegó por primera vez derechos que ya habían sido reconocidos por la cámara legislativa estatal.
 
Las dos parejas denunciantes de California, Kristin Perry y Sandra Stier, y Paul Katami y Jeffrey Zarrillo, han puesto en duda si el Estado puede prohibir su matrimonio y al mismo tiempo cumplir con la obligación constitucional de proteger el derecho a la igualdad de todos los ciudadanos. Los nueve jueces del Tribunal Supremo, en su sentencia, deberán responder por tanto si un Estado tiene competencias para definir el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer y, de ser así, si esto violaría los derechos de los homosexuales.
 
La decisión de los magistrados podría por tanto declarar ilegal la prohibición del matrimonio gay, eliminando las regulaciones que existen al respecto en 41 Estados del país. Los jueces no están obligados, sin embargo, a declarar que los Estados deben garantizar el derecho al matrimonio para las parejas del mismo sexo o que este sea legal. Pueden limitarse a decir que el Estado no puede prohibirlo. Tradicionalmente reacio a imponer regulaciones a los Estados, el Supremo podría optar por dejar que cada Estado apruebe el matrimonio gay individualmente, a través de sus cámaras legislativas y de acuerdo con los avances defendidos por los ciudadanos.
 

Los políticos de Estados Unidos, ante el matrimonio gay
El senador republicano Rob Portman, de Ohio, cita la homosexualidad de su hijo para justificar su cambio de opinión
 
Cristina F. Pereda   Washington
El expresidente Bill Clinton, el presidente Barack Obama, el Departamento de Justicia, empresarios, líderes y personalidades de todo el país se han pronunciado a favor de los derechos de los homosexuales, que serán examinados esta semana por el Tribunal Supremo. Pero pocos de ellos han reflejado tanto el cambio de opinión de los estadounidenses al respecto, como sus representantes en el Congreso.
 
Según una encuesta reciente del Centro Pew de Investigación, el 48% de los estadounidenses considera que el matrimonio entre personas del mismo sexo debe ser legal, frente a un 44% que lo rechaza. El estudio demuestra además que el 14% de los estadounidenses ha cambiado de opinión al respecto recientemente, incluidos el 28% de los que ahora dan su apoyo a las bodas gais.
 
Un ejemplo de este viraje es el senador Rob Portman, del Estado de Ohio, y que hace pocos meses pudo haberse convertido en candidato republicano a la vicepresidencia, junto a Mitt Romney. Portman publicó la semana pasada una columna de opinión en un diario local en la que aseguraba que el hecho de que su hijo sea homosexual le hizo cambiar de opinión.
 
“Intenté encontrar una manera de reconciliar mi fe cristiana con mi deseo de que Will tenga las mismas oportunidades y alcance la misma felicidad que su hermano y su hermana”, escribe Portman. “Al final, todo se redujo a los temas principales de la Biblia, el amor y la compasión y mi creencia de que todos somos hijos de Dios”.
 
La denuncia contra la ley DOMA, que establece el matrimonio como “la unión entre un hombre y una mujer” e impide así reconocer las uniones homosexuales a nivel federal, ha empujado a varios legisladores a replantearse si hoy respaldarían una ley que defendieron en 1996, cuando fue aprobada y firmada por el entonces presidente Clinton -quien ha pedido al Supremo que revoque su legislación, al considerarla discriminatoria.
 
“Mi cambio de opinión no se debe a una circunstancia familiar”, explicó el senador demócrata Dick Durbin a la radio NPR. “Pero sí refleja que he desarrollado amistad con muchas personas durante años, que mantienen relaciones comprometidas, algunos de ellos con niños. Sentí que al final del día, ésta es la verdadera lucha por los derechos civiles de nuestro tiempo”.
 
“Mi perspectiva en este sentido ha cambiado con el tiempo”, reconoció la senadora demócrata Claire McCaskill, en su blog personal. “Pero conforme mis amigos gais y lesbianas, mis empleados y colaboradores entablan relaciones comprometidas, me siento incapaz de mirarles a los ojos sin enfrentarme honestamente a esta incómoda igualdad”. McCaskill asegura que apoyar el matrimonio gay es “hacer lo correcto” para el país.
 
Los argumentos son similares al empleado por Obama el pasado mes de mayo cuando anunció en una entrevista que los homosexuales deberían tener derecho a casarse. Entonces, el presidente -el primer candidato a la Casa Blanca que ha defendido esta postura- citó conversaciones con sus hijas en las que no podía justificar un trato diferente hacia gais y lesbianas. Clinton, el presidente demócrata que firmó la ley DOMA, pidió también hace dos semanas que se revocara el texto por considerarlo discriminatorio. Su esposa y exsecretaria de Estado, Hillary Clinton, solicitaría lo mismo unos días después.
 
El cambio de tendencia entre la población estadounidense coincide con la aceptación del matrimonio gay entre los más jóvenes. Según Pew, el 70% de los menores de 30 años apoyan la legalidad de estas uniones, frente a un 38% de los ‘baby-boomers’, los estadounidenses que nacieron entre 1946 y 1964. Todos los grupos de población han incrementado su apoyo a la igualdad de los homosexuales a lo largo de la última década, excepto por un descenso entre los mayores de 55 años. El próximo mes de junio, el Tribunal Supremo, con sus dos sentencias relacionadas con el matrimonio homosexual, demostrará si sus nueve jueces votan o no de acuerdo con la tendencia de la sociedad estadounidense.
El Tribunal Supremo en Washington este lunes
 


 
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