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General: Texto leído por Yoani Sánchez en la Torre de la Libertad de Miami
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Resposta  Missatge 1 de 2 del tema 
De: administrador2  (Missatge original) Enviat: 02/04/2013 16:03
Yoani Sánchez en la Torre de la Libertad de Miami: “Cubanos y punto”
Yoani Sáchez recibe la Medalla al valor de FIU. 
Por CubaNet
Texto leído por Yoani Sánchez en La Torre de la Libertad de Miami, el 1ero de abril de 2013.
Hace unos años, cuando salí por primera vez de Cuba, estaba yo en un tren que partía desde la ciudad de Berlín hacia el Norte. Un Berlín ya reunificado, pero que todavía conservaba fragmentos de esa fea cicatriz que fue aquel muro que dividió a una nación. En el compartimento de aquel tren y mientras recordaba a mi padre y mi abuelo ferroviarios, que hubieran dado cualquier cosa por viajar en esa maravilla de vagones y locomotora, entablé una conversación con un joven que iba sentado justo frente a mí.
 
Después del primer intercambio de saludos, de maltratar el idioma alemán con un “Guten Tag” y aclarar que “Ich spreche ein bisschen Deutsch”, el hombre me preguntó inmediatamente de dónde yo venía. Así que le respondí con un “Ich komme aus Kuba”.
 
Como siempre ocurre después de la frase de que uno viene de la mayor de las Antillas, el interlocutor trató de demostrar lo mucho que sabía sobre nuestro país. Normalmente, durante ese viaje me encontraba con gente que me decía “ah… Cuba, sí, Varadero, ron, música salsa”. También hallé hasta un par de casos que la única referencia que parecían tener sobre nuestra nación era el disco “Buena Vista Social Club”, que justamente por esos años estaba arrasando en popularidad en las listas de temas más escuchados. Pero aquel joven en un tren de Berlín me sorprendió. A diferencia de otros no me respondió con un estereotipo turístico o melódico, llegó más allá. Su pregunta fue: “¿Eres de Cuba? ¿De la Cuba de Fidel o de la Cuba de Miami?
 
Mi rostro se puso rojo, se me olvidó todo la poca lengua germana que sabía y le respondí en mi mejor español de Centro Habana: “Chico, yo soy cubana de José Martí”. Ahí terminó nuestra breve conversación. No obstante, el resto de viaje y el resto de mi vida, he tenido muy presente aquella charla. Me he preguntado muchas veces qué ha llevado a aquel berlinés y a tantas otras personas en el mundo a ver a los cubanos de dentro y de fuera de la Isla como dos mundos separados, dos mundos irreconciliables. La respuesta a esa pregunta recorre también parte del trabajo en mi blog Generación Y.
 
¿Cómo fue que dividieron nuestra nación? ¿Cómo fue que un gobierno, un partido, un hombre en el poder, se atribuyeron el derecho de decidir quién debía llevar nuestra nacionalidad y quién no? La respuesta a esas preguntas la saben ustedes mucho mejor que yo. Ustedes, que han vivido el dolor del exilio, que partieron la mayoría de las veces sólo con lo que llevaban puesto. Ustedes, que dijeron adiós a familiares, a muchos de los cuales nunca más volvieron a ver. Ustedes que han tratado de preservar a Cuba, la única, la indivisible, la completa, en vuestras mentes y vuestros corazones.
 
Pero yo sigo preguntándome ¿Qué pasó? ¿Cómo fue que el gentilicio de cubano pasó a ser algo que sólo se otorgaba por considerandos ideológicos? Créanme que cuando uno ha nacido y crecido con una sola versión de la historia, una versión mutilada y conveniente de la historia, no puede responderse esa pregunta. Por suerte, del adoctrinamiento siempre es posible despertar. Basta que cada día una pregunta, cómo ácido corrosivo, se nos adentre en la cabeza. Basta que no nos conformemos con lo que nos dijeron. El adoctrinamiento es incompatible con la duda, el lavado de cerebro termina justo cuando ese mismo cerebro empieza a cuestionarse las frases que le han dicho.
 
El proceso de despertar es lento, comienza como un extrañamiento, como si de pronto le vieras las costuras a la realidad. Así fue como se inició todo en mi caso. Fui una pionerita adocenada, todos ustedes lo saben. Repetí cada día en los matutinos de la escuela primaria aquella consigna de “Pioneros por el comunismo, seremos como el Che”. Corrí infinidad de veces con la máscara antigás bajo el brazo hacia un refugio, mientras mis maestros me aseguraban que pronto seríamos atacados desde algún lugar. Lo creí. Un niño siempre cree lo que le dicen los mayores. Pero había algunas cosas que no encajaban.
 
Todo proceso de búsqueda de la verdad tiene su detonante. Justo un momento en que una pieza no encaja, en que algo no tiene lógica. Y esa ausencia de lógica estaba fuera de la escuela, estaba en mi barrio y en mi casa. Yo no entendía bien el por qué si aquellos que se habían ido en el Mariel eran “enemigos de la Patria”, por qué mis amigas estaban tan felices cuando alguno de aquellos parientes exiliados les enviaba algo de comida o de ropa.
 
¿Por qué esos vecinos que habían sido despedido con un acto de repudio en el solar de Cayo Hueso donde yo había nacido, eran los que mantenían a la madre anciana que había quedado atrás, quien regalaba parte de aquellos paquetes a los mismos que habían lanzado huevos e insultos a sus hijos? Yo no entendía. Y de esa incomprensión, dolorosa como todo parto, nació la persona que soy ahora.
 
Por eso, cuando aquel berlinés que nunca había estado en Cuba intentó dividir mi nación, salté como un gato y lo encaré. Por eso, estoy aquí ante ustedes hoy, tratando de ayudar a que nadie, nunca más, pueda dividirnos entre un tipo de cubano u otro. Los vamos a necesitar para la Cuba futura y los necesitamos en la Cuba presente. Sin ustedes nuestro país estaría incompleto, como alguien a quien se le ha amputado sus extremidades.
 
No podemos permitir que nos sigan dividiendo. Como mismo estamos luchando para que habitar un país donde se permitan los derechos a la expresión, la asociación y tantos otros que nos han arrebatados; tenemos que hacer todo -lo posible y lo imposible- porque ustedes recuperen esos derechos que también les han sido quitados. Es que no hay un ustedes y un nosotros… solo hay un “nosotros”. No permitamos que nos sigan separando.
 
Aquí estoy porque no me creía la historia que me contaron. Como muchos otros tantos cubanos que crecieron bajo una sola “verdad” oficial, hemos despertado. Tenemos que reconstruir nuestra nación. Nosotros solos no podemos. Los aquí presentes -y bien que lo saben- han ayudado a muchas familias de la Isla a poner un plato de comida sobre la mesa de sus hijos.
 
Se han abierto camino en sociedades donde tuvieron que empezar desde cero. Han llevado y cuidado a Cuba. Ayúdennos a unificarla, a derrumbar ese muro que. a diferencia del de Berlin, no es de concreto ni ladrillos, sino de mentiras, silencios, malas intenciones.
 
En esa Cuba con la que muchos soñamos no hará falta aclarar qué tipo de cubano uno es. Seremos cubanos a secas, cubanos y punto, cubanos.
 


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Resposta  Missatge 2 de 2 del tema 
De: administrador2 Enviat: 02/04/2013 16:09
Yoani Sánchez llama a la unidad de cubanos dentro y fuera de la isla
 
 
Juan Carlos Chavez y Juan O. Tamayo / Imprimir
La reconocida bloguera Yoani Sánchez lanzó el lunes un emotivo llamado a la unidad entre cubanos dentro y fuera de la isla que arrancó lágrimas y repetidas olas de aplausos en la Torre de Libertad, icónico foco del exilio cubano.
“Sin ustedes no estamos completos. No hay un ustedes y nosotros. Solo hay un nosotros. No permitamos que nos sigan separando … por un muro de mentiras, silencio y malas intenciones,” agregó ante una audiencia de unas 800 personas.
 
En su discurso en español, leído y repetidamente cortado por aplausos, tambien agregó que durante su visita a Miami había visto “caer estereotipos y mentiras” del gobierno cubano sobre una ciudad que ahora conoce como “dinámica y moderna”.
 
Y en Miami, agregó, ha visto a los cubanos que hablan en voz alta y expresan sus opiniones.
 
Los cubanoamericanos también han conservado parte de la historia, cultura y hasta la comida de la isla, había dicho antes la bloguera durante una visita a El Nuevo Herald y The Miami Herald.
 
“Mucho de lo que hemos perdido en Cuba por la reescritura de la historia se puede rescatar. Ustedes lo han preservado,” dijo. “Ese rompecabezas nacional se puede armar. Las piezas están.”
 
Cuando se le preguntó durante su visita a la junta editorial si aceptaría la participación de los exiliados en las decisiones sobre el futuro de la isla, Sánchez respondió que “no sólo lo aceptaría. Necesitamos de los cubanos del exilio”.
 
Los cubanos de fuera “han estado haciendo un entrenamiento intensivo en democracia, un entrenamiento intensivo en mercado, que nos falta a los cubanos en la isla. Necesitamos de ellos para reconstruir la nación”, declaró.
 
Unas 20 cámaras de televisión filmaron la presentación de Sánchez en la Torre de La Libertad, donde fueron procesados miles de cubanos que acababan de escapar del gobierno castrista en la década de 1960.
 
Durante el acto, Sánchez recibió la Medalla Presidencial del Miami Dade College, una bandera de Estados Unidos que ondeó sobre el Capitolio cuando visitó Washington el mes pasado, las llave de la Ciudad de Miami y del Condado Miami-Dade, además de ser honrada por el Consejo por la Libertad de Cuba y la ciudad de Doral.
 
En su visita a El Nuevo Herald y The Miami Herald, Sánchez declaró que la mejor manera en que el exilio puede ayudar a los cubanos en la isla es mandando información, tecnología y ayuda material para disminuir las presiones y necesidades de la vida diaria.
 
“Al gobierno cubano le conviene el ciudadano que está en el ciclo de la sobrevivencia”, dijo la bloguera.
 
La ayuda puede consistir en el envío de computadoras portátiles, teléfonos móviles, quemadoras de CD o DVD o memorias flash, dijo Sánchez durante un encuentro de 90 minutos que fue transmitido en vivo a través de la internet.
 
En Cuba ya se intercambia o se compra información a nivel de terabytes — memorias masivas de 1,000 gigabytes — con decenas de programas de televisión y millones de paginas de internet y otra información digital, agregó.
 
Entre los programas que se ven están los de los periodistas Oscar Haza y María Elvira Salazar, así como documentales sobre el dictador soviético José Stalin, la revuelta que tumbó al gobierno comunista de Rumania y la caída del Muro de Berlín — que ocurrió en 1989 pero que ella no vio en imágenes hasta 1994 porque el gobierno cubano las censuró.
 
Cuando se le preguntó sobre la sucesión de liderazgo político en Cuba, la bloguera afirmó que el gobernante Raúl Castro ahora tiene el poder de imponer sus propias decisiones, como es el caso del nombramiento del Miguel Díaz Canel como primer vicepresidente y aparente sucesor.
 
Pero tras la muerte de Castro, “el que venga después no va a ser así,” y además Díaz Canel no tiene su propia base del poder. “Es el hombre en más peligro en Cuba. Está rodeado de una manada de lobos”.
 
Sánchez agregó que aunque hace unos años pensaba que el fin del sistema cubano se presentaría de un día para otro, ahora piensa “que no vamos a tener fecha. Un día vamos a mirar hacia atrás y nos vamos a dar cuenta que el sistema se desarmó en el camino”.
 
“La generación histórica en el poder se está muriendo”, añadió. “La biología va a hacer lo que la rebeldía no ha podido”.
 
Y aunque las reformas del sistema migratorio puestas en marcha por Castro en enero no son las deseadas, Sánchez afirmó que le han dado a la oposición la oportunidad de salir al exterior a pregonar sus posiciones y aprender de las experiencias de otros.
 
La posibilidad de volver a Cuba después de estos viajes les da oxígeno a los disidentes que antes podían salir pero no volver. Ahora “el que está zambullido sale, toma una bocanada de aire y vuelve a zambullirse”. dijo.
 
Agregó que Cuba también tiene serios problemas por el racismo, la violencia contra las mujeres y el suicidio, pero el gobierno no los ataca para no lucir mal.
 
El alcohol, puntualizó, es “la gran pandemia nacional, para parar la frustración, para olvidar las penas, para ahogar la rebeldía”.
 
Unos 30 miembros del Movimiento Democracia le dieron una cálida bienvenida a Sánchez frente a la Torre de Libertad, mientras que unos siete militantes anticastristas y seis partidarios del gobierno cubano protestaban contra ella en los alrededores del edificio. Varias rastras organizadas por el Movimiento Democracia pasaron frente a la Torre de la Libertad haciendo sonar sus bocinas y mostrando carteles exigiendo aclarar la muerte de los opositores Oswaldo Payá y Harold Cepero y respaldando la lucha por los derechos humanos en la isla.
 
En horas de la noche Sánchez asistió a un foro organizado en la Universidad Internacional de Florida para analizar la situación interna de la isla y hablar sobre tecnología, entre otros temas de interés. En ese contexto Sánchez inició su presentación recordando la cruzada humanitaria de activistas y disidentes pacíficos inmediatamente después del paso del huracán Sandy el año pasado en el oriente cubano. La ayuda superó expectativas gracias al poder de convocatoria de plataformas en internet como Twitter y mensajes de texto, explicó Sánchez.
 
“Recuerdo que mi teléfono empezó a sonar después del huracán y hablamos sobre qué pudiéramos hacer”, dijo Sánchez. “El Twitter fue la plataforma para reclamar la solidaridad, para ayudar a nuestros compatriotas durante Sandy. Esa tecnología ha cambiado la vida de los cubanos”.
 
Tal como ocurrió en su primera presentación en la Torre de la Libertad, Sánchez fue ovacionada repetidamente por los asistentes al foro de FIU. La bloguera y filóloga de 37 años no dudó en afirmar que cada vez “la Cuba virtual influye a la Cuba real” a pesar del cerco gubernamental a la información libre y oportuna.
 
En otro momento Sánchez habló sobre el trabajo informativo y la cobertura de los corresponsales extranjeros. Al respecto consideró que más de un periodista ha sido obligado a dejar la isla por sus reportajes al tiempo que no han faltado aquellos que pudieran haber recibido beneficios, apuntó Sánchez.
 
Sobre los viajes turísticos a la isla, Sánchez consideró vital que se dé forma a un turismo conciente. Explicó que cada visitante debería ayudar a “liberar” a un cubano.
 
“A mí me ayudó mucho el turismo conciente, libertador, responsable, que ayuda a los cubanos, que trae memoria flash”, comentó Sánchez. “Me cambió la vida”.
 
En la actividad de FIU el comisionado condal José “Pepe” Díaz le entregó a Sánchez una medalla de honor que este recibió cuando estaba en la Marina.
 
Sánchez llegó recientemente a Miami para cumplir con una de las escalas más relevantes de su gira internacional de 80 días. Fiel a su estilo subrayó la importancia de mirar el futuro de Cuba con esperanza.
 
“Las remesas no tienen que ser dólares, pueden regalar también esperanza”, declaró.
 
Dijo también que su lucha pacífica en defensa de la libertad de ideas y pensamientos le ha representado un alto costo personal.
 
“He perdido muchos amigos, le digo que lo más que he sufrido es ver a la gente dejar de ir a mi casa por temor”, indicó Sánchez. Sin embargo dijo que es necesario seguir insistiendo en el camino de la apertura y la democratización.
 
“No se puede entregar la patria a una ideología”, apuntó.
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