El mismo día que ha conocido la sentencia Isabel Pantoja se queda sin figura en el Museo de Cera de Madrid
Se ha librado de la cárcel, al menos por el momento, pero no de la condena popular. Isabel Pantoja, que ha conocido este 16 de abril la sentencia por su delito de blanqueo de capitales, salía de la Audiencia Provincial de Málaga entre abucheos y zarandeos. Mientras en las redes sociales es blanco de las críticas porque consideran que la Justicia no ha sido justa, el Museo de Cera de Madrid ha decidido retirar su figura.
El juicio popular
Ha sido un día intenso este 16 de abril para Isabel Pantoja. La tonadillera abandonaba la Audiencia Provincial de Málaga a las 11.30 horas tras conocer la sentencia por el 'Caso Blanqueo': 24 meses de cárcel y una multa de más de un millón de euros era la condena por un delito de blanqueo de capitales.
Isabel se libra de momento de la cárcel pero no de la multa de 1.147.148,96 euros que sus abogados ya han anunciado que piensan recurrir y llegar hasta Estrasburgo si es necesario porque la consideran demasiado elevada.
Pero hay un juicio paralelo, el de la opinión pública, del que Isabel no se ha librado todavía. La cantante ha sido abucheada y zarandeada a la salida de la Audiencia Provincial hasta el punto de que entre el griterío y la tensión se ha desvanecido.
Su imagen desfallecida ha recordado a otra igual de dolorosa para ella, la de la muerte de Paquirri.
Cuando todos estábamos recordando esa escena de una viuda de España desgarrada, conocíamos la noticia de que el Museo de Cera de Madrid ha decidido retirar su figura, que se encontraba, precisamente, junto a su gran amor.
La escultura de cera de la cantante ha desaparecido hoy del escenario taurino en el que se encontraba: junto al que fuera su marido, el fallecido torero Francisco Rivera Paquirri y la actriz estadounidense Elisabeth Taylor, gran asidua de los ruedos en la década de los cincuenta.
Dicha figura se colocó en el Museo de Cera de Madrid a los 7 meses de la muerte del torero y, en noviembre de 1985 fue la propia cantante la que, durante una visita privada, supervisó la reproducción y la instalación, como han contado desde el museo.