El acceso a la internet en la isla es bastante restringuido, y algunos logran romper el bloqueo informativo del régimen.
Juan Carlos Chavez
Cuando hace siete años la filóloga cubana Yoani Sánchez tuvo la idea de abrir su reconocido blog Generación Y, la mayoría de los activistas pacíficos y líderes de la oposición interna en Cuba sabían poco o nada sobre internet y otros medios de comunicación alternativos.
El servicio de telefonía celular era un lujo destinado únicamente a los altos funcionarios del gobierno. Las memorias flash no pasaban de mano en mano. Twitter y sus 140 caracteres estaban fuera de alcance.
De hecho eran tiempos en lo que se escuchaban más preguntas que respuestas: ¿De qué manera puede influenciar un sitio electrónico en la búsqueda de libertades y democracia? ¿Qué daño puede hacer un comentario incómodo en la red? ¿Para qué sirve un blog crítico en el ciberespacio cuando solo unos cuantos tienen acceso a internet en Cuba?
Parecía una batalla perdida en una nación plagada de limitaciones y políticas de mano dura. Pero el milagro se hizo.
“Ese ingenio que hemos desarrollado en 54 años para sortear los obstáculos diarios de la vida también lo desarrollamos para conseguir noticias y acceder a información que solo está en internet”, comentó Sánchez, de 37 años.
Sánchez es fundadora del primer blog antigubernamental desde dentro de la isla. Hace unos días estuvo en Miami para cumplir con una de las escalas más relevantes de su gira internacional de 80 días
“Está funcionando la internet donde no funciona la internet”, agregó.
La evolución de las redes alternativas y digitales en Cuba ha sido suficientemente dinámica y contagiosa para que el gobierno financie y capacite anualmente a cientos de internautas con un solo propósito: silenciar y entorpecer el crecimiento de esta nueva generación de blogueros y medios de información.
El plan de descrédito se realiza a pesar de que el promedio de acceso a internet de los cubanos continúa siendo el más bajo del hemisferio occidental. Cuba es uno de 60 países que censuran la comunicación y limitan o acosan constantemente a sus usuarios. Las autoridades de la isla han priorizado el acceso y uso social de internet únicamente a centros de investigaciones, oficinas estatales y profesionales, así como periodistas del gobierno y médicos.
Para el ciudadano de a pie se bloquea el acceso a muchas páginas consideradas “enemigas”. Asimismo se cobran tarifas que están fuera de su presupuesto. Al mismo tiempo se interfieren muchos teléfonos celulares y smartphones registrados en el país para que no puedan bajar páginas de la red.
Solo en noviembre el blog de Sánchez recibió 15,000 ataques cibernéticos. Otro popular espacio en la red, Desde Cuba, un sitio electrónico que actualmente reúne 45 blogs, la mayoría críticos al gobierno de los Castro, también ha sido blanco de innumerables ataques en los recientes meses para borrar sus entradas y actualizaciones diarias.
El cerco gubernamental, sin embargo, no se da abasto para cortar las alas de quienes crean o sacan a flote plataformas alternativas y críticas al régimen castrista.
Uno de los primeros programas “alternativos” de este tipo fue la iniciativa Celulares para Cuba, de la organización Raíces de Esperanza, radicada en Miami. El programa ha conseguido llevar hace casi cuatro años más de 2,500 aparatos a la isla. Su aporte ha contribuido consistentemente a la expansión de la telefonía inalámbrica en un país donde tener un teléfono continúa siendo un privilegio.
Otro elemento que ha transformado el escenario opositor al compás de las nuevas fuentes de información digital es el intercambio de terabytes, es decir, memorias masivas de 1,000 gigabytes. Millones de páginas web circulan actualmente por la isla en formatos de diverso tipo, incluyendo CDs y DVDs, memorias flash y teléfonos celulares con Bluetooth.
Las antenas parabólicas y la señal que emiten radioemisoras de Estados Unidos, tales como Radio y TV Martí han contribuido en la suma de posibilidades. Radio y TV Martí ha sido “estigmatizada y demonizada por el aparato de propaganda revolucionaria” con el propósito de que su programación no llegue a la sociedad civil, recordó Sánchez.
Otros programas que circulan a espaldas de las autoridades cubanas son algunos espacios de televisión y de actualidad que se graban en Miami, y documentales como la caída del Muro de Berlín, ocurrida en 1989. Otro incentivo ha sido la popularidad de Twitter, una herramienta que la propia Sánchez comenzó a usar en mayo del 2008 para informar sobre la realidad cubana.
Ted Henken, un experto en temas de la isla y profesor de Baruch College en Nueva York, declaró recientemente que el aporte de los blogueros cubanos va más allá del simple comentario puntual y crítico.
“Proyectan una humanidad que deslumbra”, declaró Henken.
Otro reconocido disidente, Eliécer Avila, dijo que el gobierno cubano está perdiendo espacios para imponer sus políticas de represión. Mencionó el impulso de las denuncias de los opositores y el intercambio de información en medios digitales.
“Creo que ahora hay un contexto más hostil, internacional y nacionalmente, hacia ese tipo de políticas represivas”, aseveró.