Sólo necesitan de un pasaporte y una visa para viajar
Yoani Sánchez en el aeropuerto de La Habana
ENTREVISTA DE JAIME BAYLY A GUILLERMO FARIÑAS
Rui Ferreira | Miami |
El domingo, momentos antes de abordar un avión en La Habana rumbo a Miami, el opositor cubano Guillermo Fariñas dijo que el viaje es un derecho suyo y no un gesto simpático del Gobierno cubano de dejarlo salir del país. Después de todo, en 2010 cuando el Parlamento Europeo le concedió el premio Sajárov, el Gobierno no lo dejó viajar a Bruselas a recogerlo.
Pero lo cierto es que ahora, Fariñas pudo viajar gracias a una reforma migratoria efectuada cuando el Gobierno cubano quiso y sin ella todavía estaría por las calles de Santa Clara, al centro de la isla, donde reside habitualmente. En cierto modo, el opositor ha admitido que una eventual salida del país depende siempre del Gobierno de la isla. Tanto es así, que en enero cuando se hizo claro que los cubanos solo necesitan un pasaporte y una visa para viajar por el exterior, dos oficiales de los servicios de seguridad lo visitaron en su casa expresamente para informarle que él recibiría su documentación de viaje sin problemas. No le hablaron de derechos.
Aprobada en octubre pasado, la reforma migratoria consistió en eliminar una serie de engorrosos tramites burocráticos que consistían básicamente en solicitar un 'permiso de salida' que el Gobierno otorgada a su libre albedrío. Podía tardar meses, hubo quien esperó décadas, para muchos nunca llegó.
Pero a partir del 14 de enero esas trabas desaparecieron y muchos cubanos corrieron a las oficinas de inmigración a solicitar su pasaporte y después se apostaron durante horas frente a los consulados extranjeros en busca de una visa. No hay cifras pública de cuantos cubanos recibieron una visa desde entonces para viajar al exterior. Son números que los cónsules guardan celosamente, entre otras razones, porque no les gusta dar explicaciones sobre la cantidad de cubanos a quienes les niegan el visado. Lo que si se sabe es que la apertura migratoria cubana ha disparado el viaje de opositores porque se trata de viajes en los cuales su divulgación es la clave del éxito.
Luz verde a la apertura migratoria
Tan pronto se supo que el parlamento había dado luz verde y todavía la medida no estaba en vigencia, las figuras más importantes de la disidencia anunciaron sus planes de viaje. El caso más famoso fue el de la bloguera Yoani Sánchez que, aunque fue discreta en detalles, dijo que pretendía cumplir el mayor número de invitaciones que tenia pendientes después que el Gobierno le negó el 'permiso de salida' en 20 oportunidades.
Un mes después de la entrada en vigencia de la nueva legislación, Sánchez llegó a Brasil y desde entonces no ha parado. La prensa ha bautizado su periplo como 'la vuelta al mundo en 80 días'. Ha cruzado el Atlántico cuatro veces. Además de Brasil, estuvo en Perú, Estados Unidos, España, República Checa, Noruega, Italia y ahora está en Alemania. El regreso está pautado para las próximas semanas. Una vuelta al mundo que ha tardado mucho más que 80 días.
La segunda en salir fue Rosa María Payá, hija del fallecido disidente Osvaldo Payá Sardiñas, quien se dirigió directamente a Ginebra para denunciar ante la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas la situación en Cuba y las circunstancias en que su padre falleció. Al contrario de lo aseverado por los gobiernos de Cuba y España, Rosa María cree firmemente que su progenitor fue asesinado por el Gobierno de la isla.
Después de Suiza estuvo en España, Suecia y Estados Unidos, donde recibió el homenaje del exilio cubano y regresó a su casa en La Habana en abril pasado. Paralelamente, le tocó el turno a Eliécer Ávila, un joven universitario cubano que se hizo conocido el año 2008 por poner en aprietos al entonces presidente del parlamento cubano, Ricardo Alarcón, en un debate público y que, con el tiempo se fue apartando de la protección gubernamental y ha llegado a punto de anunciar en Estocolmo que tiene intención de regresar a la isla para fundar un partido político al cual quiere dedicarse "de manera profesional".
Tras un periplo por algunos países europeos, donde participó en reuniones con exiliados cubanos y funcionarios gubernamentales, Ávila se encuentra actualmente en Estados Unidos aunque su paradero exacto no es claro. Algunos sostienen que todavía se encuentra en New Jersey, otros que está descansando en Miami.
En abril y mayo ocurrieron otros dos viajes. Primero salió la líder de las 'Damas de Blanco', Berta Soler, quien viajó a Bruselas a recibir también el premio Sajárov otorgado el año 2005 al grupo de esposas e hijas de presos políticos. Estuvo en Washington, se fue a Madrid y, este lunes, se encuentra en Miami, donde protagonizará un acto público por ocasión de un aniversario más de la Independencia de Cuba de España, junto a la cantante cubanoamericana Gloria Estefan.
Detrás de Soler, pero con mayor discreción, viajó a Europa el líder de la Comisión Cubana de Derechos Humanos, Elizardo Sánchez Santa Cruz. La gira comenzó por Madrid, con una reunión obligatoria con el ex presidente del Gobierno español José María Aznar, y hasta el momento ha incluido a Ginebra y tiene parada previstas en Italia, Reino Unido y Bélgica para un encuentro con un grupo de Eurodiputados. Después, cruzará el Atlántico para ir a Washington y Miami.
El penúltimo en salir, hasta ahora, es Antonio Rodiles, el animador de 'Estado de Sats', que promueve debates entre varios estamentos de la sociedad civil opositora cubana que son grabados en cintas de vídeo y circulan clandestinamente en Cuba. Rodiles, visitó primero Puerto Rico y se encuentra ahora en Estados Unidos. Pero su viaje ha sido discreto. Concedió una par de entrevistas, se reunió con la junta editorial del diario 'The Miami Herald' y no ha aparecido de nuevo en público. Al llegar dijo que su viaje seria de corta duración y regresaría pronto a casa.
El domingo llegó a Miami Guillermo Fariñas, para sorpresa de mucha gente en la capital del exilio cubano. Todavía en el aeropuerto, al explicar sus intenciones el opositor terminó por resumir lo que realmente son los objetivos comunes de todos estos viajes de la disidencia cubana.
"Venimos a establecer contactos y lograr apoyos en el extranjero para nuestro proyecto de lucha", afirmó. Todos estos viajes tienen algo en común. Los opositores, particularmente en Estados Unidos, se han reunido invariablemente con líderes del exilio cubano, congresistas o senadores y alguno que otro funcionario del Departamento de Estado y la Casa Blanca.
Algo, que en el fondo, refleja una cruel realidad que ningún opositor puede eludir. Son muy mal conocidos dentro de su propio país y necesitan de todo el apoyo que puedan recabar en el exterior para sobrevivir. Tal vez, por eso, al Gobierno del presidente Raúl Castro no parece importarle esta peregrinación que, todo indica, todavía se encuentra en sus inicios.