Activistas de la comunidad gay se congregaron el miércoles frente a la oficina en Doral del senador Marco Rubio para protestar que el Comité Judicial del Senado rehusó incluir a inmigrantes indocumentados gay dentro de un proyecto de ley de reforma migratoria bipartidista que el panel aprobó la noche del martes.
Mientras que el número de manifestantes en la esquina de la Avenida 87 y la Calle 36 del noroeste fue relativamente pequeño, alrededor de 30, su acción presagia potencialmente un serio problema para el polémico proyecto de ley que legalizaría a más de 11 millones de inmigrantes indocumentados en el país.
La votación 13-5 en la comisión casi no se realizó porque algunos senadores republicanos indicaron que retirarían su apoyo al proyecto de ley si los demócratas insistían en su intento de incorporar una enmienda gay dentro de la propuesta migratoria.
Alex Burgos, vocero de Rubio en Washington, se hizo eco de los sentimientos de otros republicanos.
“El senador Rubio y otros han señalado la realidad de esto”, dijo Burgos en un correo electrónico a El Nuevo Herald. “La aprobación de esta reforma migratoria va a ser algo difícil por si mismo, y si esta medida se adopta, garantizaría virtualmente que esta propuesta no pase y que la coalición que ayudó a su elaboración colapse”.
Rubio, un cubanoamericano republicano de West Miami, es uno de los ocho senadores republicanos y demócratas que redactaron el proyecto de ley migratoria.
Aunque los demócratas cedieron finalmente y retiraron la enmienda, esto enfureció a los activistas de la comunidad gay en todo el país. Estos se comprometieron a organizar una campaña nacional de cabildeo para incrementar la presión para que los senadores acepten añadir una cláusula que favorezca a la inmigración gay cuando el proyecto de ley sea traído a debate en el pleno del Senado después del receso del Memorial Day.
Aún está por verse si el tira y afloja sobre la enmienda gay arruina el proyecto de ley de reforma migratoria. Pero lo que ocurrió la noche del martes en el Comité Judicial del Senado parece indicar que el asunto se ha convertido en un tema potencialmente decisivo para la suerte de la propuesta. Podría ser también un presagio de futuras batallas épicas en el Congreso sobre si los inmigrantes gay merecen ser reconocidos como una categoría con beneficios similares a los matrimonios entre hombres y mujeres.
Si la propuesta se convierte en ley, los inmigrantes indocumentados gay recibirían estatus legal como cualquier otro ciudadano extranjero sin papeles que no tenga graves antecedentes penales.
Pero lo que los activistas desean es una enmienda que obligaría a las autoridades de inmigración a permitir que ciudadanos estadounidenses y residentes legales que son gay puedan presentar solicitudes para tarjetas de residencia para sus parejas.
Según el texto de la propuesta aprobada, este no modifica la actual ley de inmigración que da poder de petición sólo a hombres y mujeres ciudadanos o residentes que estén casados.
“Yo mismo soy gay y estoy en una relación con alguien que está a punto de convertirse en ciudadano y no puede pedirme”, dijo Felipe Sousa-Rodríguez, un inmigrante brasileño de 27 años que llegó a Estados Unidos cuando tenía 14 años.
Sousa-Rodríguez fue uno de los organizadores de la protesta del miércoles.
La protesta fue organizada por varios grupos de activistas tales como GetEQUAL, una organización nacional que aboga por la plena igualdad de las personas lesbianas, gay, bisexuales y transgénero.
El proyecto de ley otorgaría estatus legal provisional a los inmigrantes indocumentados que llegaron al país antes del 31 de diciembre del 2011 y que no tengan antecedentes penales graves. Luego los inmigrantes provisionales tendrán que esperar 10 años para solicitar la residencia después de pagar multas e impuestos pendientes.
Aunque el proyecto de ley sobrevivió varios intentos en el comité para modificarlo dramáticamente, este casi se vino abajo la noche del martes cuando surgió el tema gay.
El senador Patrick Leahy, Demócrata por Vermont, dijo a la comisión que había decidido retirar su enmienda gay para evitar el colapso de la propuesta.
Mientras que los demócratas a regañadientes aceptaron el retiro de la enmienda, también creen que el tema se convertirá en asunto irrelevante si el Tribunal Supremo resuelve en junio desechar una parte de la Ley de Defensa del Matrimonio, que prohíbe al gobierno federal conceder beneficios a las parejas casadas del mismo sexo.