Vida de hoy
El cardenal Rubén Salazar se ve inquieto y preocupado. A partir de este viernes, los jueces y notarios tendrán que formalizar las uniones entre parejas del mismo sexo mediante un contrato solemne que las equiparará al nivel de una pareja de un hombre y una mujer, con los mismos derechos y deberes del matrimonio.
Salazar, presidente de la Conferencia Episcopal, insiste en que jueces y notarios tienen derecho a la objeción de conciencia y afirma que darles a los gays el derecho a la familia y a la figura del matrimonio contradice la naturaleza humana.
¿Por qué la Iglesia siempre reacciona cuando aparecen temas de la comunidad gay?
No es así. Este es un tema más frente al cual la Iglesia debe predicar la verdad.
¿Y en este caso cuál es la verdad?
No se puede subvertir el orden fundamental de la familia y el matrimonio. Estamos yendo en contra de la naturaleza misma del ser humano. Lo único que estamos haciendo es defender el matrimonio y la familia.
Pero notarios y jueces deben formalizar esas uniones...
Hay una realidad muy importante y es la objeción de conciencia, que se quiere desconocer, al igual que en el caso del aborto. Quieren obligar a los que se resisten a cometer actos con los que no están de acuerdo según su conciencia. Esa es una violación fundamental a un derecho inalienable.
El superintendendente de Notariado y Registro, Jorge Enrique Vélez, insiste en que la objeción de conciencia no aplica para los notarios...
Eso es un sofisma. ¿Quién es él (Vélez) para determinar qué es lo que en la conciencia humana hay que respetar o no?
Pero ya existen parejas gays con hijos; es una realidad.
Que haya parejas homosexuales con hijos, porque uno de ellos lo adoptó o por ser hijo biológico de uno de ellos, no significa que debe ser aceptado moralmente. El hecho de existir no lo hace válido ni se puede proponer como ideal. Al volverlos familia, se aceptan como un modelo para la sociedad.
Los gays se sienten atacados y rechazados por la Iglesia.
No hay ningún ataque ni desprecio. Nadie los está excluyendo. Las cosas son como son y no podemos cambiarlas. Ellos no pueden pretender derechos a los cuales no tienen ningún derecho. No es que rechacemos al pecador o al que aparentemente está violando una norma fundamental en este campo.
¿Y los gays son pecadores?
No soy nadie para juzgar a nadie.
Raúl Castro a su hija Mariela, el Vaticano tambien tiene un Lobby gay