Por Esteban Fernández
De niño me impresionó mucho una película llamada EL RETRATO DE DORIAN GRAY. Esto, más o menos, es lo que recuerdo: Dorian Gray era un tipo bien parecido, rico y joven que vivía en Londres y comete muchos pecados y errores garrafales que lo llevan a la miseria y al desastre.
De pronto el personaje posa para un retrato que pinta un amigo, y Dorian desea que su pintura pudiera envejecer en lugar de él. Realiza esta afirmación ante la presencia de una estatua egipcia, que supuestamente tiene el poder de conceder deseos.
Al cabo del tiempo, Dorian ya tiene más de 40 o 45 años, pero parece que tiene 20. La gente del pueblo estaba asombrada por su juvenil apariencia física. Dorian mantiene por mucho tiempo el retrato escondido. Es decir que mientras el dibujo de Dorian se ha deformado en un ser horripilante él sigue luciendo igualito.
Al final de la película son hallados los restos de Dorian, pero ahora es la criatura feísima de la pintura mientras el retrato de Dorian se muestra como un hombre joven y bonitillo. Y todos en el cine Campoamor aplaudimos ese tétrico final.
Han pasado muchos años y hoy nos parece que estamos viendo en Cuba el reverso de esa moneda. Fidel Castro Ruz parece un “dinosaurio con tos ferina”, luce un chicle masticado, sin embargo sus fotos en la prensa oficial lo presentan como un roble.
Porque yo les voy a decir a ustedes una cosa: yo conozco, y he conocido, a cientos de ancianos cubanos, a algunos los he acompañado- como a Ángel Torres- hasta los últimos momentos de sus vidas y ¡ninguno luce, ni lucía, peor que lo que parece este esperpento!
Yo definitivamente no creo en esas cosas pero les juro que a veces da la sensación que el tipejo este hizo verdaderamente un pacto con el Diablo, o no sé con qué poder diabólico, para hacer “desastre y medio” y lograr seguir viviendo después de una gravísima enfermedad.
A mí me parece sinceramente que hizo el mismo convenio que Dorian Gray pero al revés. Satanás le otorgó: “Vas a hacer y lograr lo que te dé la gana, vas a vivir hasta los 86 años, vas a parecer un espantapájaros pero en tus fotos públicas lucirás que tienes 40”...Y el H.P. aceptó.
En las fotografías de Granma se asemeja un poco al actor cubano César Évora cuando la realidad es que en la vida real luce muchísimo peor que Matusalén. Hoy en día nada más lo puedo comparar con el Jorobado de Notre Dame.
Estoy seguro que Fidel Castro en su confusión mental actual verá un periódico y dirá: “¡Oye, mira Dalia, pusieron una foto de mi hijo Fidelito”!
Ahora lo que se necesita es que acaben de encontrar el cadáver de Castro. Da lo mismo como luzca, once millones de cubanos vamos a aplaudir la posibilidad de que su muerte pudiera lograr el final de la película actual.
Tema anterior
Primer 