La insoportable lucha cotidiana de una familia cubana
El mal estado de la vivienda es uno entre muchos problemas que viven diariamente los cubanos
POR IVÁN GARCÍA / LA HABANA
Del primero de julio al primero de agosto, la familia de Augusto, 46 años, gastó 2.794 pesos (alrededor de 130 dólares) sólo en comida.
Augusto es electricista en una empresa estatal. Su esposa Yadira, 42 años, es enfermera. Los tres hijos, Anselmo, Noemí y Yunier de 20, 17 y 14 años respectivamente, estudian.
Anselmo promovió al tercer año de ingeniería civil en la CUJAE, una universidad de formación técnica situada en el distrito de Marianao. Noemí, estudia segundo nivel de bachillerato en una desvencijada escuela del municipio 10 de Octubre. Yunier, el más pequeño, comenzará noveno grado en un colegio próximo a su casa.
Ahora sus hijos están de vacaciones. De la familia forma parte también Inés, madre de Augusto, quien a sus 74 años padece una ligera demencia senil. La familia reside en un caserón amplio y antiguo, construido en 1928, en la barriada habanera de Santos Suárez.
La casa pide a gritos una reparación a fondo. “Al menos no tenemos problemas eléctricos, cableé toda la casa con unos rollos que ‘luché’ en mi empresa. También puse tomacorrientes y encendedores nuevos que me llevé del trabajo”, confiesa Augusto.
Haciendo cálculos al vuelo, la familia necesitaría entre 7.000 y 8.000 dólares para remozar su vivienda. “Es un estimado por lo bajo”, dice Yadira.