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General: El novio del periodista del caso Snowden en problemas
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: cubanet201  (Mensaje original) Enviado: 25/08/2013 13:22
 
“Fue un abuso para mandar un mensaje a mi compañero”
El novio del periodista del 'caso Snowden'
está en el punto de mira de los servicios de inteligencia británicos
  
foton

Greenwald y Miranda, a la llegada de este último a Río de Janeiro
 
María Martín   São Paulo| el país
David Miranda, brasileño de 28 años y novio de Glenn Greenwald, el periodista estadounidense de The Guardian que destapó el caso de espionaje de Estados Unidos está en el punto de mira de los servicios de inteligencia británicos. Miranda volvía a Brasil desde Berlín después de reunirse con la cineasta Laura Poitras, colaboradora de Greenwald en la serie de reportajes basados en las filtraciones de Edward Snowden, el exagente de la NSA (Agencia Nacional de Seguridad, en sus siglas en inglés). Tras detenerlo durante casi once horas en el aeropuerto de Heathrow y requisarle todos sus aparatos electrónicos, Scotland Yard lanzó una investigación criminal contra él. Los datos encontrados en los dos lápices USB y el disco duro que Poitras le había dado podrían atentar "gravemente contra la seguridad nacional", mantiene la policía.
 
La abogada de Miranda, Gwendolen Morgan, consiguió el jueves una pequeña victoria para la pareja. La Royal Court de Londres determinó que los documentos, con los que Greenwald iba a trabajar, solo puedan revisarse en base a esa amenaza a la “seguridad nacional”. La Justicia prohíbe que puedan distribuirse, copiarse o usarse para investigaciones criminales. También ha marcado un plazo máximo para examinar el material, el próximo 30 de agosto.
 
Greenwald, de 46 años, y Miranda se conocieron en 2005. El americano alquiló un apartamento en Rio de Janeiro cuando decidió dejar Nueva York para alejarse de su día a día como abogado. Miranda, que trabaja desde que es adolescente para ayudar a su familia, creció en la comunidad del Jacarezinho, en el norte de Rio de Janeiro, una favela ahora pacificada pero antes dominada por el narcotráfico.
 
En una entrevista de julio al diario carioca O Globo, Greenwald contaba que cuando conoció a su pareja fue amor a primera vista y que enseguida decidieron vivir juntos. Escogieron Brasil porque Estados Unidos no contempla conceder la residencia a un extranjero por una unión homosexual. Brasil sí.
 
Desde que estalló el caso del espionaje global de Estados Unidos, Miranda se ha convertido en el escudero de su pareja. Profesionalmente dice que solo se dedica a ayudarle o a orientarle sobre dónde publicar. Un ejemplo de esa colaboración, además del viaje que acabó con su detención, es la exclusiva que Greenwald firmó en colaboración con otros dos periodistas de O Globo en la que se revelaba que Brasil fue objetivo prioritario de los estadounidenses. Por las tardes, y hasta las once de la noche, Miranda estudia márketing en la universidad.
 
En esta entrevista telefónica desde la casa que comparte con Greenwald en una urbanización de Rio de Janeiro, el brasileño critica el “abuso de poder” de las autoridades y cómo se sienten vigilados.
 
Pregunta. ¿En Alemania usó su móvil brasileño?
 
Respuesta. Usé mi móvil brasileño porque podía conectarme a cualquier red wifi y llamaba por Skype. Creo que estoy siendo vigilado desde el comienzo de esta historia, desde que comenzaron a publicarse los reportajes, ellos sabían que yo iba a viajar y estaban esperando el momento. No quiero especular sobre si planearon mi detención, pero estoy seguro de que hay una vigilancia importante sobre nosotros.
 
P.¿Sospecharon que algo de esto podría ocurrir?
 
R. No sospechábamos nada. Laura ya había viajado pasando por Gran Bretaña. Muchas personas del Guardian también pasaron por ese aeropuerto para ir a Brasil y a EE UU y no las pararon. A mi me detuvieron porque soy brasileño. Inglaterra y EE UU tienen aún esa mentalidad imperialista de que somos como colonias para ellos y pueden hacer lo que quieran con nosotros.
 
P
 
. ¿Cómo fue su detención?
 
R. Una vez que vieron mi pasaporte me llevaron de inmediato a una sala. Allí me quedé ocho horas sin tener contacto con nadie del mundo exterior. Luego pude contactar con un abogado. Pasé una hora más allí y después me tuvieron dentro del aeropuerto con mi pasaporte retenido durante otras dos horas.
 
Eran siete policías que entraban de dos en dos. Me repetían la misma amenaza de que si no cooperaba iría a la cárcel. Porque cuando EE UU y Londres hablan sobre terrorismo, sabes que no tienen límites. Ellos detienen a una persona en un país diferente, la llevan a la cárcel y la dejan cinco, seis, siete años sin juicio alguno.
 
P. ¿Le preguntaron lo que había en sus dispositivos?
 
R. Sí. Les dije que en mi móvil había grabaciones de varias reuniones, material confidencial. El ordenador lo había comprado el día anterior por lo que no había nada. Y les dije que no sabía lo que había dentro de los dos lapices USB y el disco duro.
 
P. ¿Grabaron su interrogatorio? ¿Llegó a firmar alguna declaración?
 
R. Ellos me dijeron que no, pero había una cámara en el techo. Claro que estaban grabando.
 
No firmé ninguna declaración, porque ellos escribían a mano en un cuaderno. Firmé solo un papel que era la copia de la ley contra terrorismo. Y no quise firmar el documento de aprensión de los dispositvos.
 
P.¿ Tuvo miedo?
 
R. Acompaño lo que hace Glenn hace mucho tiempo. Veo lo que hacen cuando dicen que están utilizando una ley contra terrorismo y eso me hizo sentir mucho miedo en aquel momento. A pesar de todo, colaboré. Les tuve que dar la contraseña de mi móvil, de mi ordenador...
 
El móvil es uno de los bienes más próximos de una persona. La vida entera de una persona está en un móvil. Ellos ahora saben todo de mi. .
 
P. ¿Qué le preguntaron durante tanto tiempo?
 
R. Me preguntaron sobre mi país, sobre las protestas, sobre mi relación con mi compañero. Me preguntaron sobre la empresa que tenemos juntos, sobre mi relación con su trabajo, lo que hacemos, si conocía los documentos con los que él trabaja.
 
P. ¿Como valoró la respuesta del Gobierno brasileño?
 
R. El gobierno estuvo bien en la respuesta pero no fue suficiente. Fueron rápidos l, pero quiero una respuesta más fuerte. Fui juzgado por ser brasileño.



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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: cubanet201 Enviado: 25/08/2013 13:25
 
La ley permite nueve horas de detención sin una “sospecha razonable”
Calificada cuanto menos de arbitraria, la retención de David Miranda
en el aeropuerto de Heathrow fue perfectamente legal

foton
Greenwald y Miranda, a la llegada de este último a Río de Janeiro. /
P. T. Londres
Calificada cuanto menos de arbitraria, la retención de David Miranda en el aeropuerto de Heathrow es perfectamente legal. La Terrorism Act de 2000 (ley antiterrorista) permite a la policía detener, registrar e interrogar durante un máximo de nueve horas a los pasajeros de todos los puertos, aeropuertos y terminales ferroviarias internacionales. A diferencia de las potestades que las fuerzas de seguridad tienen en otros ámbitos, en este caso no es preceptiva siquiera una “sospecha razonable” de que el individuo esté implicado en alguna actividad terrorista. El pasado domingo, los agentes no plantearon al brasileño una sola pregunta relacionada con el terrorismo, y se centraron exclusivamente en las informaciones periodísticas que prepara su pareja.
  
Aprobada por el gobierno laborista de Tony Blair, esta legislación exige al interpelado que brinde “cualquier información en su posesión que el oficial le reclame” y avala, asimismo, la confiscación de sus posesiones, fijando su retorno en un plazo de siete días. En el caso de aparatos tecnológicos como móviles u ordenadores, la policía puede dilatar su incautación y descargar información de los mismos. La falta de cooperación del retenido se considera un delito. El caso Miranda aporta otra mirada hacia ese Reino Unido tradicionalmente considerado paraíso de las libertades civiles: cualquier inocente pasajero puede ser objeto de la amarga experiencia que vivió el brasileño.
 
Los defensores de la ley esgrimen el código de conducta establecido por el Ministerio del Interior británico, resumido en que “los poderes policiales no deben ser utilizados arbitrariamente” y en que su aplicación debe tener en cuenta “la amenaza que plantean los diversos grupos terroristas activos dentro y fuera del país”. Tal como razonan sus críticos, se contempla el entorno, pero no al propio individuo que va a ser interpelado y acosado con toda indefensión.
 
El mismo laborismo que promovió la Terrorism Act 2000, y cuyo “abusos” acaba de denunciar hipócritamente, decidió seis años después ir todavía más lejos con otro paquete legislativo que avala la detención de los sospechosos de terrorismo, y sin habeas corpus, hasta un plazo de 28 días. Todo en nombre de la llamada guerra contra el terror y que ahora le deja sin argumentos frente a los excesos permitidos por el gobierno de Cameron.



 
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