Republican senators
Dora Amador
Pido perdón si hiero, pero tengo que decirlo por el bien común: los miembros del Tea Party son unos fanáticos racistas llenos de odio por el presidente Obama y todo lo que él propone. Quieren que fracase. Muchos tienen un bajo nivel intelectual y los que lo tienen un poco más alto –la astucia del negociante– están retorcidos por una codicia sin límites que les ha llevado al borde de un desastre financiero que pudo afectar sus fortunas de billones de dólares, por eso dieron marcha atrás ayer, ellos mismos, los de la extrema derecha, para que Boehner, su marioneta, negociara con Obama.
Son los que forman el 1 por ciento de la sociedad, a quienes les importa un bledo que 40 millones de personas no tengan seguro médico, que el gobierno deje de funcionar, y un largo y asqueroso etcétera, que habita en cerebros como los de los hermanos Charles y David Koch, quienes gobiernan a puro billetazo este país. Tienen mucho dinero, pero quieren poder. Los miembros del Tea Party que han cometido la imbecilidad de detener el gobierno retroalimentan sus “convicciones” con las manipuladas noticias y “análisis” de Fox News, un canal dirigido, como dijo un comentarista que me hizo reír, a las personas “ brain dead”, o sea, cerebralmente muertas.
Lo que me hace recordar con tristeza que hoy culmina la cumbre del Proyecto del Cerebro Humano que se celebró en Lausana, Suiza, del 6 al 11 de octubre, lanzado por la Unión Europea. El proyecto, de una complejidad sin precedentes, cuenta con un presupuesto estimado de 1.2 mil millones de euros y da inicio precisamente hoy, cuando termina la cumbre en la que se han reunido científicos de 130 instituciones de investigación de Europa y del mundo.
Digo con tristeza porque aquí en Estados Unidos se está llevando a cabo un proyecto similar que empezó a funcionar en abril de este año por iniciativa del presidente Obama, se llama Brain Initiative (Brain Research Through Advancing Innovative Neurotechnology). Como en la Unión Europea, se busca un nuevo paradigma para nuestra comprensión, para que por medio de inéditas investigaciones del cerebro podamos entender ese misterioso órgano y descubrir nuevas formas de tratar, prevenir y curar los desórdenes mentales como el Alzheimer, la esquizofrenia, el autismo, las psicosis, la depresión profunda, la epilepsia, el Parkinson, el daño traumático causado al cerebro, etc. “Este proyecto”, dijo el Presidente, “acelerará el desarrollo y las nuevas tecnologías que harán posible que los investigadores produzcan imágenes dinámicas del cerebro que mostrarán cómo las células individuales y los circuitos neuronales interactúan a la velocidad del pensamiento”.
La cantidad inicial de dinero que se ha asignado al programa es de $100 millones para darles a los científicos los instrumentos de trabajo que necesitan para obtener un cuadro dinámico del cerebro y comprender mejor cómo pensamos, aprendemos y recordamos. Pero otras instituciones alentadas por el llamado que hizo Obama a la comunidad científica para que apoyara el proyecto, se han sumado al gigantesco esfuerzo y se han comprometido a dar millones de dólares. The Allen Institute of Brain Science aportará $60 millones para investigar como la actividad del cerebro conduce a la percepción, a tomar decisiones y actuar. Howard Hughes Medical Institute dará $30 millones anuales para desarrollar nuevas tecnologías de tomar imágenes y entender cómo se guarda y procesa la información en cadenas neurológicas. El Salk Institute for Biological Studies entregará $28 millones anuales para producir un entendimiento sofisticado del cerebro desde genes individuales hasta circuitos.
Muchos científicos creen que para alcanzar un verdadero progreso en aprender cómo trabaja el cerebro, se debe contar con una ciencia interdisciplinaria altamente fundada, como BRAIN Initiative y el Proyecto del Cerebro Humano de la Comisión Europea. Los primeros pasos han sido desarrollar tecnologías para mapear el cerebro en detalles sin precedentes en términos de actividad y anatomía, y desarrollar teorías neurocientíficas que tengan sentido (Revista Nature 17.17.13).
Triste, porque aquí, el Tea Party mandó a cerrar el gobierno y una de las organizaciones afectadas es ésta, se detuvo toda la investigación, hasta que los muertos cerebralmente decidan que es de urgencia investigar, comprender y tratar el cerebro humano. Ya que el Tea Party tampoco cede en la cuestión de las armas de fuego, apoyemos este esfuerzo científico urgente para que no caigan en manos de enfermos mentales.
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