Credo de la esperanza. Si nos parece que Dios no escucha siempre nuestras peticiones,
es porque nos ama, y sabe mejor que nosotros qué es lo que necesitamos.
Le pedí a Dios la fuerza para alcanzar el éxito, Él me hizo débil para que aprenda humildemente a obedecer.
Le pedí la salud para hacer grandes cosas, Él me ha dado la discapacidad para que haga cosas mejores.
Le pedí la riqueza para que pueda ser feliz, Él me ha dado la pobreza para que pueda ser sabio.
Le pedí el poder contar con el reconocimiento de los hombres, Él me ha dado la debilidad para que experimente la necesidad de Dios.
Le pedí un compañero para no vivir solo, Él me ha dado un corazón para que pueda amar a todos mis hermanos.
Le pedí todas las cosas que podrían alegrar mi vida. Él me ha dado la vida para que me alegre en todas las cosas …
No he tenido nada de lo que había pedido, sino más bien todo lo que había esperado …
Casi a pesar de mí mismo, mis oraciones no formuladas han sido escuchadas.
¡ Soy, entre los hombres, el más ricamente colmado!
* Hans Viscardi
Esta oración ha sido grabada en una placa de bronce en un instituto de readaptación en Nueva York. Fue compuesta por Hans Viscardi, americano en los años 1910, con una discapacidad severa ya que no tenía piernas. Dedicó toda su energía en crear y dirigir una pequeña empresa que fabricaba pequeño material eléctrico en subcontratación. La única condición para ser contratado: ser discapacitado. -