A lectores dentro de Cuba
Bueno ,bueno, bueno, tambien aveces nos visitan nuestro grupo desde Cuba..
¿Quienes son?.. No lo se...
Pero he visto el contador de visita algunas veces gentes desde Cuba por un largo rato....
Eso me alegra y es el motor de mantener el grupo abierto para todos..
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Por Oscar Peña
He recibido por varias vías la afortunada información que las páginas electrónicas del Nuevo Herald se están leyendo mucho dentro de Cuba y que se han convertido en un verdadero desafío y duelo para los periódicos nacionales porque los cubanos ahora cuentan con otra opción de lectura independiente que antes no tenían.
Ello me ha motivado a invitar a los lectores de la isla a reflexionar por un momento sobre una situación de violación oficial de derechos que acaba de suceder dentro de nuestro país.
En la Cuba gobernada por los hermanos Castro suceden todavía hoy fechorías y barbaridades que fueron traídas y patentizadas por ellos hace más de 50 años para cerrar puertas y ventanas a la diversidad. Borraron del diccionario cubano la palabra adversario de ideas y solo dejaron la de enemigo del pueblo.
Las peripecias de Cuba han sido muy largas y penosas. Ni con el sucesor Raúl Castro con el cual existen todavía ciertas esperanzas de evolución no se dejan de hacer crímenes de conciencia. Acabamos de conocer del último circo político en el Oriente del país para sacar a un estudiante de la Universidad por expresar ideas u opiniones personales. Nada que ver con resultados académicos.
Meditemos entre cubanos con ejemplos: España tiene varios partidos y los dos de más fuerza y arraigo popular, que se alternan en la dirección del país, son el Partido Socialista y el Popular. Igual pasa en Estados Unidos con el Republicano y el Demócrata y así en otros países.
Se imaginan los lectores en Cuba que un representante de esos partidos gane la presidencia y disponga que “el país solo es de nuestros partidarios y seguidores”. Los ciudadanos de esos países pensarían que es un extraterrestre y no su gobernante. La verdad es que no se dan esos salvajismos sociales y políticos. Independiente del partido que esté en el poder los países, sus instituciones y calles siguen siendo de todos sus ciudadanos, piensen como piensen.
Para que nadie dentro de Cuba piense según los tienen acostumbrados que escribe un “contrarrevolucionario” o un “enemigo del pueblo de Cuba”, expresando mentiras como acusa La Habana, resumiré partes de las palabras expresadas por el rector de la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba, el Sr. Antonio José Víctor López Gutiérrez, para la expulsión del alumno San Miguel Molina:
“Es un buen estudiante” desde el punto de vista “académico” pero mantiene “una actitud de falta de respeto hacia los principios de nuestra revolución. Sueña con ser médico pero mantiene una falta de disciplina muy grave e incumple los deberes ciudadanos de trabajar y defender a la patria con las armas si fuera necesario”. El rector expulsó al estudiante de su centro y de todos los centros de Educación Superior del país.
Antes de 1959 nunca Cuba había sufrido algo parecido. El propio Fidel Castro pudo graduarse de abogado en la Universidad de la Habana sin que el gobierno del país, institución o persona de la época cuestionara sus estudios o carrera por su forma de pensar o de actuar. Incluso militando dentro de grupos violentos de aquellos tiempos.
El propósito de todas las universidades del mundo es graduar jóvenes que estén comprometidos con aportar al país y a la humanidad en general, no a un partido o filosofía política.