Carta de una activista Transexual al Papa Francisco
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¿Quién soy yo para juzgar a los gays?
Ecuador: Carta de Diane Rodriguez al Papa Francisco
A su Santidad
Papa Francisco I Ciudad del Vaticano.
Dada la prometedora apertura vista de la religión Católica ante su dirección y liderazgo, me permito dirigir esta misiva, la cual agradezco su detenida lectura.
Mi nombre es Diane Marie Rodríguez Zambrano, anteriormente llamada por mis parientes (irrefutablemente católicos) Luis Benedicto Rodríguez Zambrano y que en la actualidad, soy una activadora de los derechos humanos con énfasis en diversidad sexual o grupos TILGB. Cabe mencionar que pertenezco identitariamente a este grupo poblacional, pues soy una transexual femenina.
Luego de un proceso de agnosticismo en la actualidad soy ateísta y sin ser la presente, una carta parcializada, quiero agradecer en nombre de las poblaciones TILGB, la modestia que ha tenido su Santidad, al incluir en este cuestionario de treinta y nueve preguntas, tópicos relacionados a las poblaciones sexo genéricamente distintas. Este hecho, a pesar que no es una declaración implícita de apertura por parte de la religión Católica, crea una arrolladora esperanza en las poblaciones creyentes TILGB.
Así mismo, habremos quiénes pertenecemos a otros cultos, religiones, ideologías, cientistas, humanistas, etc. que en ejercicio de nuestra libre conciencia, nos vemos en el deber de consultar varias incógnitas respecto al planteamiento de las mismas.
En un breve análisis, de las nueve preguntas subdivididas en treinta y nueve, podemos agruparlas de la siguiente forma macro: la primera competencia de la Religión Católica y la segunda competencia y compromiso con los Derechos Humanos. El macro que le concierne a la religión católica, no voy a permitirme indagar, pues es una materia que la religión adoctrina muy bien, y que en consecuencia aquellas estructuras, sin ser impositivas, se escapan del meollo de la presente. En este sentido, las preguntas uno, dos, tres, siete, ocho y nueve, no serán objeto de este epígrafe. Las preguntas cuatro, cinco, y seis son competencia implícita de los activistas defensores, a pesar que todas tienen que ver con derechos humanos, en esta ocasión reitero, no serán objeto de la revisión.
Por tanto partiendo desde este ángulo, consulto sobre la pregunta cuatro literal B: ¿Qué interés tiene una religión ante las uniones civiles con respecto a los estados democráticos? ¿No deberían interesarle únicamente las uniones eclesiásticas, por no haber consagrado su matrimonio ante la Iglesia? Y ante estas preguntas dirigidas a su Santidad, me surgen otras pero a la ciudadanía común: ¿Tienen en claro los ciudadanos que existe una gran diferencia entre matrimonio eclesiástico y la unión civil? No voy a emitir juicios de valor, únicamente a clarificar a través de los siguientes sinónimos: Matrimonio = Religión – Civil = Derechos.
La pregunta cinco literal A, es explícita sobre las uniones de hecho civiles del mismo sexo, sin comprender aún cual podría ser el interés de una Religión, ante una competencia de los Estados (democráticos) y de lo cual entiendo las religiones no deben influir ante la misma.
Aterrizando en Ecuador, nuestro país pluriforme y exquisito en diversidad, está supeditado a una Constitución denominada hasta el momento, como la lista de derechos más grande del mundo. Paso de ser, un “Estado de Derecho”, que al ser leído se entiende como el derecho de ese momento, a un “Estado Constitucional de Derechos”, es decir, un compromiso en ese momento, de “democracia directa”, entre la Sociedad y el Estado, siendo este último garante de todos los tipos de “Derechos”, del momento y de los que se suscitasen.
Ahora bien, me anticipo a responder que en nuestro país existe el “Matrimonio Civil” y la “Unión de Hecho”desde los aspectos legales. Entendiendo el interés de su Santidad, es menester mencionarle que a criterio de quienes hacemos ejercicio de los derechos y respetamos la constitución actual, la figura o el término “Matrimonio” debería desaparecer de los aspectos legales de nuestro país, estimando que sus raíces etimológicas vienen del derecho canónico, que responde a la religión católica, por lo cual resulta inconsistente, según el artículo 1 de nuestra apreciada constitución, que manifiesta que Ecuador es un estado “Laico”, y que por ende debería figurar en todo el territorio ecuatoriano únicamente la “Unión civil”.
El literal C de esta misma pregunta, estimo es un interrogación de condolencia ante aquellas parejas GLBTI´s, que han decido vivir una relación conforme a su libertad de credo, (plausible en un estado Laico) y que me recuerda la actitud afligida de las religiones que hicieron poco, nada o en contra ante la esclavitud de los afrodescendientes y posterior las uniones interraciales. ¿Su santidad, somos el contraste de un proceso histórico que se repite coyunturalmente?
El literal D es una pregunta orientada a aquellos GLBT´s católicos que viven en constante depresión moral y psicológica, ante el “ser y creer” (en mis 25 años de catolicismo lo viví) para poder transmitir de forma “adecuada” aquellos dogmas instaurados por la religión católica a sus hijos ya sean naturales, In vitro o adoptados, que por su puesto resulta trascendental una pregunta para la postura local católica, pero que coloca en recriminación a aquellos GLBT´s que pertenecen a otra religión o no son creyentes, pues se sobreentiende que la única vía educacional adecuada es la católica.
Cabe mencionar que la inmediatez nos permite analizar hasta qué punto aún, con todo el respeto que se pueda merecer su Santidad, los poderes facticos continúan tomándose el privilegio de otorgar y/o quitar derechos a un grupo poblacional. No porque las preguntas sean explícitas o las haya auto – contestado, pero si son implícitas. No quepa la menor duda que vivimos otro momento represivo para las poblaciones TILGB, y en lo personal, le cuesta a mis principios ideológicos el tener que pedir permiso o aprobación para poder ejercer mis derechos, en un estado con 444 artículos de los cuales 73 están orientados a promocionarlos y 152 a avalarlos, mientras la opinión del poder factico local se atreve a concederme o quitarme, el libre desarrollo de mi personalidad, por su influencia en cada uno de aquellos que ejercen algún tipo de poder.
Siendo consistente con su cuestionario le comento, tengo 31 años y las influencias de la religión católica local no me permiten: identificarme como me siento a través de mi cedula, no me permiten casarme civilmente, tampoco quieren que adopte, tampoco con mi aspecto femenino me permiten mantener una relación con una mujer para concebir “naturalmente”, no me permiten trabajar en una empresa por mi aspecto femenino y mi voz gruesa que me delata el ser XY, tampoco puedo estudiar sin que se me cuestione mi identidad, y seguramente si algún día llego moribunda a un hospital al ver mi aspecto femenino y mi sexo de macha, peligrará doblemente mi vida. Estas experiencias vividas las comparto para que sacudan los radicalismos, no para el cimiento de las penas.
Siendo honesta conmigo misma, no busco que responda alguno de mis planteamientos, porque entiendo su posición política, pero lo que si espero es que mis hijos/as adoptados/as, In vitro, o concebidos mágicamente, en el debido momento, de ser alguno TILGB, no tenga que pasar lo que yo sufrí, o lo que sufrieron las generaciones pasadas o esta generación de personas, que por tener una orientación sexual o identidad de género distintas a la Cis-Hetero-normadas, nos ha costado sacrificios, sangre y hasta otros y otras la muerte, por rebelarnos ante el piso de todo el estigma, discriminación, violencia y TILGBsidio que nos rodea.
Abrazos sexualmente revolucionarios y libertarios.
Srta. Diane Marie Rodríguez Zambrano
Activadora de los Derechos Humanos